“Por soñar, me gustaría que se rodara más en Andalucía”

Tiene 26 años y dos premios Goya como mejor actriz. La jiennense Natalia de Molina (Linares, 1989) es ya una referencia del cine en Andalucía y España. Este mes ha conseguido el segundo premio por su interpretación en la película Techo y comida, del director andaluz Juan Miguel del Castillo. Un duro relato sobre la vida de Rocío, una madre soltera que se enfrenta a un desahucio y que procura sobrevivir en Jerez. Era la segunda vez que recogía la estatuilla, ya ganó la primera como mejor actriz revelación en 2014 con la película de David Trueba Vivir es fácil con los ojos cerrados.

Pregunta. Tienes dos Goyas con 26 años. ¿Qué supone esto para tu carrera?

Respuesta. Lo estoy digiriendo. Esto es muy grande, estoy contentísima. He pasado de actriz revelación a protagonista. La palabra gracias se queda pequeña para expresar todo lo que estoy sintiendo.

P. Un premio por un personaje complejo, dramático, duro...

R. Es una película con un tema delicado y los académicos han sido muy valientes con la nominación. Lo importante es que venga bien para que la gente se anime a verla.

P. La película representa una realidad difícil contada desde Andalucía

R. Es una situación global pero que se cuenta ubicada en Jerez, en Cádiz. Si la historia se concreta en una vivencia se hace más universal. Fuera de España se ha entendido muy bien.

P. ¿Qué potencial tiene Andalucía en el cine?

R. Hay una grandísima historia, mucho arte, gente con talento. Es una tierra sufrida, que sale adelante con una sonrisa. En Cádiz he conocido a gente que está bastante mal pero te habla con una sonrisa.

P. Y en concreto, ¿Jaén qué le ha aportado?

R. Nací en Jaén y mi padre vive allí. Conozco su realidad porque he visitado mucho esa tierra. Ahora además se está apostando por ciclos de cine español en Jaén que reúnen a profesionales y promueven el sector. A los dos años me fui a Granada, una ciudad con mucho movimiento cultural.

P. ¿Qué esperaría que mejorara en el sector?

R. Por soñar, me gustaría que se rodara más en Andalucía. Tiene buenísimo nivel fotográfico y cinematográfico. Se podría crear una industria potente que la dejara retratada. Es una manera positiva de generar interés por visitar las zonas y promover y traspasar las fronteras. Por ejemplo, en la película Vivir es fácil con los ojos cerrados aparecen los paisajes desérticos de Almería, y conocí a gente en el extranjero que me decía que quería venir a verlo.

P. Como andaluza, ¿cree que el acento ha sido un problema para encontrar trabajo?

R. Al principio sí. Antes de que David Trueba me seleccionara para Vivir es fácil con los ojos cerrados siempre me echaban para atrás por mi acento. Preparaba los castings disimulándolos, pero precisamente, para esa película lo que querían era a una andaluza. De todas formas, ahora se respetan más las distintas formas de hablar que representan a la diversidad de España. El acento neutro en realidad no existe.

 P. Tras recoger el Goya esta pasada edición, reclamó en su discurso que encontrar trabajo cuesta más a las mujeres, dijo que son la mitad.

R. Sí, en el cine y en cualquier parte, es sorprendente que haya tan pocas mujeres en ciertos puestos. Cuesta mucho llegar. Como dije, todos venimos de una mujer y lo interesante sería que no se diferencie, que hablemos de personas, que haya equilibrio.

P. Extendió su discurso tras recibir el galardón en Twitter, con un mensaje en el que se leía 'No me dejaron acabar y decir lo que quería decir, así que lo grito por aquí: ¡TECHO, COMIDA Y DIGNIDAD PARA TODOS!'

R. Sí, me cortaron el micrófono, pero quería terminar así. Hay muchas Rocíos que no se pueden olvidar.