Una exalumna también denuncia abusos en los Maristas de Les Corts
El centro asegura que puso en marcha un protocolo en 2013. Fiscalía no recurrirá la libertad con cargos del exprofesor
Los Mossos d'Esquadra recibieron el pasado domingo una nueva denuncia de abusos sexuales en el colegio de los Maristas de Sants-Les Corts. En esta ocasión se trata de una exalumna que asegura que fue agredida por un profesor distinto al confeso pederasta Joaquín Benítez, docente de gimnasia del centro. Manuel, el padre que destapó el caso de Benítez, aseguró ayer que acompañó a la posible víctima a relatar los hechos en comisaría y que ya hay cuatro denuncias presentadas ante juzgados. La Fiscalía aseguró que no recurrirá la decisión del juez que dejó el libertad al exprofesor. La AMPA del centro, por su parte, pidió a la dirección del colegio una reunión urgente para evaluar los protocolos y evitar futuros casos.
Manuel, que es padre de una de las víctimas, explicó que por el momento hay cuatro denuncias contra Benítez en el juzgado a las que hay que sumar dos más presentadas el fin de semana en comisaría, cuatro presentadas ayer ante los Mossos y una docena más que aún sopesa si recurrir a las autoridades. De acuerdo con la versión de la exalumna de los Maristas de Sants-Les Corts, los abusos no los realizó Benítez sino otro profesor, aunque no dio más detalles.
Con ello la lista de docentes pederastas del colegio concertado subiría a cuatro si se tienen en cuenta los casos que ayer publicó El Periódico de Catalunya. Un exalumno acusó a un hermano marista de dar clases con un estudiante en su regazo, a principios de los años setenta y otro denunció tocamientos por parte de un tutor durante los campamentos vacaciones, en la década de los ochenta. Este último estudiante acudió a los juzgados cuando era adulto, pero el posible delito ya había prescrito.
La AMPA pide explicaciones al centro
La Asociación de Padres y Madres de Familia del colegio Maristes Sants–Les Corts pidió ayer, a través de un comunicado, una “reunión urgente” con la dirección del centro para revisar conjuntamente “todos los protocolos de prevención y actuación” para evitar que se repitan casos de pederastia como los denunciados durante los últimos días. Además invitó a los padres a enviar por correo electrónico sus dudas.
El colegio también rompió ayer su silencio para asegurar que nunca había tenido denuncia alguna por abusos de menores antes de 2011. Así salía al paso de las nuevas denuncias publicadas en los medios de comunicación. Fue en ese año que se enteraron del caso de Joaquín Benítez, que entonces fue cesado de su trabajo como profesor de gimnasia. Por ello, dice el comunicado del centro, activaron en 2013 un protocolo de protección de menores contra el abuso sexual. La nota, sin embargo, no especifica cómo funcionaba dicho dispositivo.
“Somos consientes que los actos denunciados contradicen y menoscaban los valores y principios de los centros educativos de esta institución, que se basan en la protección y desarrollo integral de todos los alumnos”, acaba la nota del colegio, que también resalta “la profesionalidad de los educadores y el personal del centro”.
El padre de familia que destapó el caso anunció ayer que se ha reunido con un letrado para personarse como acusación particular contra el exprofesor de gimnasia. Pero después de tener constancia de otros abusos también se personará contra los responsables del centro a quién acusa de encubrir los abusos sexuales. Según el padre, en 2005 se informó a los Mossos de forma telemática de otro abuso pero “no se admitió por defecto de forma”.
Los Mossos no han confirmado oficialmente cuántas denuncias han recibido. Sin embargo, en una entrevista a Catalunya Ràdio, el consejero de Interior Jordi Jané confirmó que “hay más de una persona denunciada (...) Es un dato que hay que tener en cuenta”.
La Fiscalía, por su parte, anunció que no recurrirá la decisión del juez que dejó a Benítez en libertad tras confesar que había abusado de dos menores. Desde que se destapó el escándalo, el exprofesor sale poco de casa, en un pueblo del Alt Empordà. y cuando lo hace tapa su rostro con una especie de pasamontañas. Asegura que ya dijo lo que tenía que decir y no quiere hacer ningún comentario. “Estoy cansado”, dijo.
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