El pleno sobre Barcelona deriva en una enmienda unánime a Colau

Incluso los candidatos a alcanzar un pacto estable con Barcelona en comú, PSC y ERC, tuvieron duras palabras para la alcaldesa. El republicano Alfred Bosch siguió afirmando que Colau no tiene proyecto de ciudad y le pidió concreción; y el socialista Jaume Collboni, volvió a reivindicar “los consensos” de los gobiernos socialistas, se mostró muy molesto porque el gobierno no le adelantó el borrador del PAM. Tras pedir “humildad” a Colau en consonancia con sus 11 concejales, le advirtió: “Estamos más lejos de un pacto de gobernabilidad que ayer”. Por la CUP, María José Lecha criticó que Colau “no haya hecho ninguna medida que rompa con la vieja política” y le invitó a “no estar pendiente de los semáforos rojos de algunos diarios”.

La idea de trasladar el pleno al Saló de Cent para abrirlo a la ciudadanía resultó fallida en parte. Muchos de los bancos los ocupaban militantes de los partidos que aplaudieron a los suyos entre peticiones de respeto de la alcaldesa. Finalizado el pleno de la ciudad, durante el pleno ordinario, los bancos quedaron casi vacíos. Tras la enmienda unánime a la gestión de colau, en las resoluciones del pleno ordinario, el PP logró el apoyo de CiU y Ciutadans para denunciar la “parálisis del gobierno”.

La alcaldesa abrió la sesión repasando los principales indicadores del informe sobre el estado de la ciudad, que de nuevo se centraron en subrayar las desigualdades de renta, paro, o salud entre barrios ricos y pobres. Colau admitió que la brecha “no es atribuible a un mandato u otro”, pero manifestó: “Puede ir vinculado a medidas que frenen o aumenten la desigualdad”.

Tras los datos, enumeró las medidas que han tomado o anunciado para acabar con un nuevo llamamiento “al diálogo y el acuerdo”, sobre todo con las fuerzas de izquierdas a quien emplazó a conseguir “acuerdos estables poniendo Barcelona por delante de intereses partidistas”. “No somos arrogantes, desde la cooperación se hacen mejor las cosas”, zanjó.

Por primera vez desde que relevó a Xavier Trias, la alcaldesa hizo alusiones a “las cuestiones que se han hecho bien en mandatos anteriores”. El ex alcalde volvió a pedirle que “escuche a todo el mundo no solo a los afines”, le tendió la mano “en los grandes temas”, pero pidió “respeto” por la oposición y evocó que hay problemas de ahora que comenzaron durante los 30 años de gobiernos progresistas. Como la falta de vivienda pública en la transformación del litoral. Sobre la brecha social recordó que su ejecutivo aumentó el gasto en bienestar un 43%: “¿Qué hicieron de 2008 en adelante, hacia dónde miró ICV, que ahora gobiernan con ustedes?”.

Por parte de Ciutadans, la líder del grupo municipal, Carina Mejías, criticó duramente a Colau a quien tachó de prepotente, de hacer política de gestos y delegar las decisiones en procesos participativos, hostigar a los agentes económicos y criminalizar el turismo. En una línea parecida, el popular Alberto Fernández Díaz acusó a Colau de “gobernar por el pueblo sin el pueblo” y afirmó que lo paraliza todo.