El Hivernacle, de nuevo en obras

Los ficus y palmeras de uno de los dos pabellones del Hivernacle del parque de la Ciutadella están envueltos en una fina malla de tela que les da un extraño aspecto. Parecen seres raros. O capullos. O telas de araña. En realidad es la forma que los expertos han encontrado para protegerlos durante las obras de rehabilitación que acaban de empezar. Como quien cubre el sofá antes de pintar el salón, en versión plantas que, dicen los expertos, se estresan al más mínimo cambio.

Las obras se prolongarán hasta el verano y tendrán un coste de 800.000 euros, ha explicado este viernes la comisionada de Ecología, Eva Herrero. Lo que no ha revelado es qué uso tiene pensado el nuevo Gobierno municipal para el espacio, aunque descarta volver a autorizar la ubicación de un bar. "Tiene que ser un uso que satisfaga alguna necesidad de la ciudad y especialmente del territorio", ha dicho. Ubicar un bar en su interior "no seria un uso prioritario", ha aclarado.

El Hivernacle fue construido para la Exposición Universal de 1888, pero durante décadas permaneció cerrado. En 1985 fue pavimentado y en 1995 se recuperó su uso como invernadero. También fue entonces cuando en la nave central se permitió la ubicación de un bar. En el conjunto se celebraban eventos, como bodas, y en primavera se programaban conciertos. Pero volvió a cerrarse en 2006 por las quejas de los vecinos, al finalizar la licencia de la cafetería.

En 2007 se restauró la nave Picasso, la que toca al paseo del mismo nombre. Se rehabilitó toda la carpintería, se recuperaron los esgrafiados de la parte superior de la ventana y se repusieron ventanas. Ahora les toca el turno a la nave Magnòlies, la que mira al interior del parque, y a la central.