Canciones porno para la Navidad

Artte, el contenedor cultural (según las palabras de sus responsables) de la barcelonesa calle de Muntaner, ha decidido elevar el tono de su propuesta navideña. Si hasta ahora el local permitía degustar todo tipo de tés sazonados con conciertos de música clásica o jazz, visitar pequeñas exposiciones y hasta disfrutar de unos minutos de silencio hábilmente programados, a partir de estas Navidades ofrecerá también un ciclo de canciones pornográficas.

Porno Songs, un título que no admite dobles lecturas, iniciará su andadura mensual el próximo 26 de diciembre. “Una fecha totalmente justificada tras el delirio navideño”, explicó Claudia Greco, directora artística de la sala. “Otra forma de ver las cosas, un tratamiento de choque para todas esas personas que sufren involuntariamente el empacho de villancicos”.

La propuesta unirá canciones, lecturas, monólogos y representaciones a cargo, entre otros, de Alfonso de Vilallonga, Maria de Medeiros, Elsa Rovayo La Shica o Lydie Salvayre, reciente Prix Goncourt 2014. “No será un espectáculo explícito”, se apresura a matizar el siempre explosivo Vilallonga. “El salto de lo erótico a lo pornográfico se realizará pero de forma metafórica”.

“Hemos seleccionado una serie de canciones adecuadas a la ocasión pero en fino”, explica La Shica, “incluido algún villancico del que no podemos explicar el final”. “Todo muy cabaretero e incestuoso y poco ensayado que es como mejor salen las cosas, puntúo Vilallonga antes de explicar que el Museo de la Erótica colaborará en el espectáculo y que se repartirán golosinas porno realizadas especialmente para estas sesiones.

Micro ópera y fado

Como no solo de porno vive el mundo, Artte, con la entrada del nuevo año también iniciará diversas propuestas que irán de las acciones de micro ópera o a convertirse en la casa de fados y que comenzarán con una Cita a ciegasmensual entre la bailarina Sol Picó y el pianista de jazz Marco Mezquida. La primera cita será el 4 de febrero, no será totalmente a ciegas pero casi. “Nos conocemos muy poco”, explicó Sol Picó. “Se tratará de interrelacionarse y buscarse.

Una sinestesia piano-danza. Además es un reto bailar ene un local en el que prácticamente no hay espacio para bailar. Tendremos que utilizar el piano, el mobiliario, la barra, la gente,...”.