Xavier Domènech pide el voto a los “socialistas traicionados”

En Comú Podem celebró ayer en la plaza mayor de Nou Barris su último gran mitin en Barcelona con la convicción de que puede ganar en Cataluña y de que está en condiciones de disputarle la victoria al PP. Bajo el grito remontada, exhibido con unas letras gigantes, Xavier Domènech pidió el voto de la izquierda que aspira al cambio real y del 80% de los soberanistas, incluidos los “socialistas de corazón traicionados” para la única lista que hará posible “el referéndum”. “Esta es vuestra casa”, remachó. Ada Colau añadió que la suya es la única lista que tiene un aliado en España, con Pablo Iglesias a la cabeza, que puede dar respuesta a la reivindicación de Cataluña.

No fue gratuito que el escenario fuera Nou Barris, el distrito mimado de Colau, que la catapultó a la victoria y que la traicionó el 27-S a favor de Ciutadans. En Comú Podem cree que eso fue una anomalía por el plebiscito, pero aún así Colau avisó del riesgo de que el mapa sea otra vez “naranja” y no “en comú”. La candidatura ayer exhibió músculo. Impasibles al frío, 3.000 personas escucharon a Colau, Mónica Oltra, vicepresidenta del Gobierno valenciano, Iñigo Errejón, el activista inglés Owen Jones, o al alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro. El acto sirvió para constatar que las medidas del alcalde Ferreiro contra la pobreza energética o la retirada de nombres franquistas en las calles llevan la misma música que las de Barcelona.

El mitin visualizó la defensa de la idea de España como “nación de naciones” y el tejido construido por las distintas mareas. “Ha sido el peor Gobierno en décadas. Y eso que hemos tenido a Aznar”, exclamó Oltra en medio del alborozo. “Rajoy y Rato son lo mismo y hay que recordárselo a la gente”, añadió Oltra, que pidió no olvidar la reforma laboral, la ley Wert o las tarjetas black.

12.000 personas gritan dan la cara en Madrid  por el derecho a decidir y hay soberanistas que se ponen nerviosos”, lamenta la alcaldesa

“Estamos en plena remontada”, aseguró, en catalán, Errejón, que definió las políticas del PP como “un golpe de Estado pequeñito y silencioso”. Colau fue esta vez prudente y mostró su estupor por las críticas que ha recibido por decir que quería que Madrid volviera a ser la capital de los catalanes. “Voy a Madrid con Iñigo y Pablo, 12.000 personas gritan Visca Catalunya, dan la cara por el derecho a decidir y hay soberanistas que se ponen nerviosos. No lo entiendo”, dijo tras señalar que pedirá a Podemos si gobierna que agilice ya las obras de La Sagrera.