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Paté de campaña
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los pijos también votan

La visita a Pronovias de Soraya Sáenz de Santamaría es un triunfo del PP para demostrar que el empresariado les apoya

Cristian Segura

Los pijos votan según la subespecie a la que pertenecen. El pijo progre no se censura ningún capricho y lo compensa con su carnet de Médicos Sin Fronteras. El pijo loco no tiene complejos: su vida es guasa y dinero. El deshielo en el Ártico o los desahucios le importan más bien poco. El pijo progre sabe cuál es el último título que ha publicado Anagrama; el pijo loco conoce la mejor fiesta privada de Ibiza. El ídolo del pijo progre es un híbrido entre Naomi Klein y Jacobo Siruela; el del pijo loco, uno entre Julio Iglesias y Bibis Salisachs. El pijo progre catalán vota a Colau, antes a la difunta ICV. El pijo loco había votado en la era Antes del Procés al sector negocios de CiU. Ahora el pijo loco está encantado con Ciudadanos, pero el PP sabe que ahí también puede pescar votos.

La visita ayer a la sede de Pronovias de Soraya Sáenz de Santamaría es un triunfo del PP para demostrar que el empresariado les apoya, pero también tiene mucho que ver con la caza del votante pijo. Alberto Palatchi, presidente de Pronovias, y Susana Gallardo, su mujer y accionista de la farmacéutica Almirall, son referentes de la beautiful people de Barcelona. Pasarela por aquí, photocall por allá. Sus hijos, que fueron presentados como los herederos, son perfectos ejemplares de un gueto que seguirá en Pedralbes aunque nos invadan los marcianos. Besitos, abrazos, sonrisas entre niñas monas y pronunciación engolada de palabras como “maravilloso” o “encantado”. “Bienvenida vicepresidente [SIC.] a la fábrica de los sueños”, dijo Palatchi. Es uno de los valores que Pronovias ha escrito para su 50 aniversario: “Soñar y hacer realidad nuestros sueños”. También insistió que en Pronovias se sienten “muy orgullosos de ser Marca España y Marca Barcelona”. Soraya no cabía en su gozo. Luego, en la visita a la fábrica, pasaron de largo por un almacén con cientos de cajas de la marca St. Patrick con unas letras bien grandes que decían Made in China. García Albiol se lo pasó pipa posando con dos modelos, Milou y Michaela. Al ver a Milou, Albiol comentó “es una muñeca, espectacular”. A lo que Gallardo añadió: “Pues cuando veas a la otra”. Gallardo, Albiol y Soraya estaban encantados con Michaela aunque la chica, algo esmirriada, necesitaba un buen estofado de lentejas; eso sí, marca España.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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