El banco malo cede 200 pisos a Colau un mes después de las amenazas
Las viviendas, la mitad ya con familias viviendo, se destinarán a casos de emergencia social
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la Sareb, el banco malo, han firmado este miércoles una tregua. La sociedad que gestiona los llamados activos tóxicos de las entidades financieras y el Ayuntamiento han llegado a un acuerdo por el cual el banco malo cederá 200 de los 562 pisos que tiene en la ciudad. Las viviendas se destinarán a emergencias sociales y el convenio se ha firmado por ocho años.
De los 200 pisos, la mitad están ocupados por familias con pocos recursos y distintas situaciones: desde personas que no pueden pagar alquileres o hipotecas, okupas que han entrado ilegalmente o casos de víctimas de estafa que pagan rentas ilegales. Colau ha explicado que se analizará caso por caso: si los ocupantes tienen derecho a piso de emergencia o se ponen en la cola del registro de solicitantes de vivienda pública.
Desde 2013 la Sareb ha firmado convenios de cesión de 1.500 pisos con comunidades autónomas (900 con la Generalitat), pero el acuerdo de Barcelona es el primero con un Ayuntamiento. "Hoy estamos contentos", ha reconocido Colau, que ha sacado pecho: "Si hemos llegado al Ayuntamiento es para hacer cosas como ésta". Con todo, tanto ella como el concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, han insistido en que el convenio de hoy "es un primer paso; hemos solicitado la cesión de 1.400 viviendas" en manos de entidades financieras.
"Si hemos llegado al Ayuntamiento es para hacer cosas como ésta", ha dicho Colau
Quién fue muchos años portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y la Sareb se conocen desde hace tiempo, desde que Colau y familias amenazadas de desahucio negociaban con la sociedad que las personas hipotecadas pudieran quedarse a los pisos de alquiler. Cuando se convirtió en alcaldesa en junio, el primero que hizo fue citar las entidades financieras y el banco malo para empezar a negociar cesiones. El derecho a la vivienda es para ella una prioridad, ha dicho siempre.
Las negociaciones han tenido momentos de acercamiento y buenas palabras; y momentos de duras advertencias por parte de la alcaldesa. Como cuando hace un mes y medio Colau lanzó un ultimátum y dijo que o la Sareb, el principal tenedor de pisos vacíos de la ciudad, cedía las viviendas tal y cómo prevé la ley, o los llevaría a los tribunales. "Hace cuatro meses que negociamos y tenemos prisa", decía Colau a finales de octubre sobre un tira y afloja que el regidor de vivienda, Josep Maria Montaner, calificó de "pulso con la banca".
La PAH lo celebra. Mejías dice que es electoralismo
Si hace solo unas semanas la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) exigía a quien fue su fundadora y hoy es alcaldesa, Ada Colau, "determinación" en la política de vivienda, este miércoles la entidad ha celebrado el convenio.
Desde la oposición, la presidenta del grupo municipal de Ciutadans, Carina Mejías, ha tachado de "electoralista" el anuncio de la cesión de vivienda por parte de la Sareb "a cuatro días de las elecciones". Mejías ha advertido de que "controlará" la gestión de los pisos cedidos para que "todas las familias vulnerables tengan las mismas oportunidades".
Entonces Colau también criticó duramente que la Sareb pretendiera que fuera el Ayuntamiento quien pagara la rehabilitación de los pisos cedidos. Finalmente, pagarán las obras a medias. Otro escollo de la negociación ha sido la duración de los convenios: el Ayuntamiento quería que fuera por el máximo de tiempo y la Sareb está firmando convenios por un máximo de cinco años. Sobre el precio, el Ayuntamiento pagará un alquiler a la Sareb de entre 125 y 75 euros, en función de la situación de sus habitantes.
La cesión de pisos vacíos está prevista al artículo 7 de la ley aprobada al Parlament este año fruto de la ILP que impulsaron la PAH y la Alianza contra la pobreza energética. La ley prevé la cesión obligatoria en el caso de los grandes tenedores que tienen más de 100 pisos vacíos desde hace dos años. El que argumenta la norma es que, estando vacíos, son viviendas que no cumplen su función social. Según el registro de la Generalitat, en Barcelona hay 2.591 pisos vacíos en manos de la Sareb y entidades financieras, de los cuales quienes más tiene es el banco malo.
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