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Cultura en las suites

Teatro, conciertos, presentaciones de libros... los hoteles han decidido usar las habitaciones para algo más que para hospedar a sus clientes

Sergio C. Fanjul

Desde el piso 15 se domina una gran panorámica de la ciudad. Allí está la suite presidencial del hotel NH Collection Madrid Eurobuilding. Una habitación que tiene dos pisos, más grande que el domicilio de la mayoría de los madrileños —150 metros cuadrados—, en la que se respira lujo a tutiplén. Por aquí ha pasado mucha gente importante, o al menos adinerada: pernoctar en este espacio exclusivo cuesta entre 1.500 y 3.000 euros. Pero aunque uno no disponga de ese capital, puede llegar a conocer este espacio vedado a los simples mortales. La cultura es la llave que permite traspasar el umbral.

Las noches de la suite es una iniciativa reciente que viene a llenar este espacio de cultura en varias de sus facetas y siempre a pequeña escala, en un entorno íntimo. No es el único hotel que ofrece cultura en sus instalaciones: también lo hace el Hotel de las Letras, con sus eventos La habitación número 13, que tienen especial querencia por lo literario, y, desde ayer hasta el sábado tiene lugar en el Sercotel Gran Hotel Conde Duque la representación de la obra Lógicas Oníricas, del dramaturgo Darío Facal, con Javier L. Patiño, Jaime Chávarri y Vicente León a la dirección. Aquí solo dos espectadores por función recorrerán los entresijos del edificio, pasando por tres escenas, cada una en una habitación. Hay pequeñas exposiciones en el familiar hotel Artrip o apuesta por la fotografía en la cadena One Shot Hotels. Una senda que muestra cómo la iniciativa privada puede ayudar a la difusión de la cultura cuando pintan bastos en los presupuestos públicos, continúa el azote del IVA cultural y la mecha de la Ley de Mecenazgo no llega a prender.

Por Las noches de la suite, que comenzaron en el Eurobuilding hace unas semanas, ya han pasado Los Secretos o el cómico Manuel Manquiña, el actor Roberto Drago adaptando teatralmente El contrabajo de Patrick Süskind, una pieza de lo que llaman ultrateatro, con Carlos Iglesias y Verónica Perona, dirigida por Sigfrid Monleón, o una Experiencia Gastroacústica con Ariel Rot. “Esta experiencia permite que el público vea de cerca a los artistas e incluso pueda tomar una copa y charlar con ellos”, dice el promotor Juan García.

Los espectadores son tratados aquí como verdaderos presidentes: les recogen en el hall, les llevan a la suite, les ofrecen un canapé exclusivo ideado por el chef Luis Bartolomé y un cóctel obra de Diego Cabrera. “La idea es que si esto funciona se extienda a otros hoteles de la cadena y se cree un pequeño circuito”, dice García. “Nuestro objetivo es fabricar recuerdos”.

¿Qué gana un gran hotel con esto? “La propuesta llegó en un buen momento, cuando acabábamos la remodelación”, explica el director Javier Friera. “Con esta iniciativa apostamos por la cultura, que hace mucha falta, y tratamos de atraer a un público joven. También buscamos que el hotel no sea simplemente un alojamiento sino un punto de encuentro para la ciudad”. Otras iniciativas en este sentido han sido las mudanzas del restaurante DiverXO de David Muñoz, el 99 Sushi Bar o el restaurante Domo de Paco Roncero, a las instalaciones del hotel. En el techo de su bóveda central han colocado la que dicen que es la mayor pantalla led de Europa.

En el Hotel de las Letras hacen honor a su nombre, así que María Jesús Garcés y el escritor Carlos Pardo organizan en sus instalaciones eventos sobre todo relacionados con la literatura (aunque también tocan otras ramas como el arte o el teatro) bajo el nombre de La habitación número 13, por aquello de que hay hoteles supersticiosos que se saltan esa habitación, no vaya a ser. “Tratamos de aportar algo diferente a nuestros eventos, que, por ejemplo, una presentación literaria no sea una presentación al uso. Huimos de lo típico”, dice Pardo.

Y vaya si lo hacen. Recientemente organizaron una gran noche dedicada al fenómeno de la literatura rusa en España y allí se realizó una alucinada entrevista al mismísimo Rasputín, encarnado en el cómico Joaquín Reyes, o la clausura del festival poético Poemad, con una fiesta poético-mexicana. Pero no todo es cachondeo: también han pasado por aquí John Higgs, Carlos Zanón, Elvira Lindo, Elena Medel, Andrés Barba, Mariano Peyrou, Marta Sanz o figuras del calibre de Salman Rushdie.

Una ventaja de disponer del hotel, dicen, es que pueden elegir el espacio teniendo en cuenta la previsión de afluencia de público, desde las habitaciones hasta los salones o el bar. Pardo, que ha dirigido el festival Cosmopoética y diversos eventos por librerías y alrededores, opina que un hotel es casi el mejor lugar para realizarlos: está abierto a la Gran Vía y, por ende, a la ciudad, facilita la captación de patrocinadores y permite colaborar con las librerías independientes de la urbe. “Con estas iniciativas el hotel, además, consigue ganar cierto capital simbólico”, sentencia.

Lo del Gran Hotel Conde Duque es puro teatro. Ya llevan tiempo ofreciendo packs culturales en colaboración con teatros como los del Canal o el de la Abadía, pero después de la experiencia de La Noche de los Teatros se lanzan a realizar obras en sus habitaciones y, ojo, en las entrañas del edificio. Todo de la mano del director escénico Darío Facal, que ya había experimentado cosas similares en hoteles como el Intercontinental. “El espectador puede conocer las zonas de trabajo privadas que no suele ver y, además, es llevado al extremo por el trabajo de Facal”, dice Fernando Olivares, director del hotel.

Y las artes visuales también tienen su lugar. “Quisimos aprovechar la proliferación de galerías en Lavapiés para hacer un hotel que se diferenciara por su vena artística”, dice Miguel Ángel Porras, propietario del hotel Artrip, que hace convocatorias regulares en Facebook para programar pequeñas exposiciones de artistas emergentes, donde venden obras sin cobrar comisión. En los hoteles de la cadena One Shot, con dos establecimientos en Madrid (Prado y Recoletos) y uno en Valencia, apuestan por la fotografía: artistas emergentes intervienen en sus instalaciones en periodos de varios meses (también ofrecen ayudas a la producción) y el hotel se compromete a comprar una de sus obras, que pasa a formar parte de la colección de la empresa. E incluso ofrecen rutas fotográficas por la ciudad guiadas por profesionales de la cámara, para captar Madrid a golpe de clic.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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