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Convergència y ERC rechazan hacer un acto juntos antes del 20-D

Los partidos aseguraron antes de la campaña que presentarían un manifiesto

Homs, en el acto de inicio de campaña de Junts pel Sí
Homs, en el acto de inicio de campaña de Junts pel SíAlbert Garcia

Convergència y Esquerra Republicana no harán ningún acto conjunto antes de las elecciones del 20 de diciembre. La decisión parece normal, teniendo en cuenta que van separados a los comicios, pero desmiente la intención que verbalizaron ambos partidos antes de empezar la campaña. Tanto ERC como Democràcia i Llibertat, la fórmula de CDC, tenían que presentar un manifiesto común por la independencia para incorporar al programa. No hay rastro de ello ni intención de presentar ninguna iniciativa conjunta durante la campaña.

Josep Rull, coordinador de CDC, y Marta Rovira, secretaria general de ERC, anunciaron el pasado 30 de octubre que los partidos no repetirían la coalición de Junts pel Sí en las generales. Pero añadieron que su "unidad de acción" se visualizaría antes del 20-D con la presentación de un texto pactado e incluido en su propuesta para los comicios.

"Lo vamos a reflejar en un manifiesto que será el punto común del programa electoral", auguró Rovira. El acto conjunto que preparaban ERC y CDC antes de las elecciones quería presentar este manifiesto con las entidades soberanistas, buscando la imagen de unidad independentista ante el Congreso.

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Pero la rivalidad electoral se ha acabado imponiendo. Hoy por hoy, en los partidos descartan que haya ningún acto ni manifiesto conjunto. Oficialmente, las formaciones alegan problemas de agenda de los candidatos. El número dos de ERC al Congreso, Joan Tardà, le restó trascendencia: "Si no existe, es señal que no es necesario como herramienta. Solo nos planteamos las herramientas que son necesarias, y si no lo son, pues no hacen falta. No le veo mayor importancia".

El manifiesto no se ha llegado a presentar, pero hay un punto de los programas de ERC y Democràcia i Llibertat que es prácticamente idéntico. Ambos partidos copian la hoja de ruta de Junts pel Sí, concretamente los apartados referidos a negociar la independencia con España y los estados de la UE. Aunque cada uno le incorpora su matiz. CDC apunta que será "el apoyo del Gobierno de la Generalitat". ERC añade que presentarse al Congreso es importante para "explicar de primera mano a la opinión española e internacional" en qué momento está el proceso de independencia.

El programa de ERC también recalca que habrá "unidad de acción" con Convergència tras el 20-D. Sin concretar, solo apunta a que habrá "mecanismos de coordinación de los grupos parlamentarios". En ningún caso, apuntó Tardà, Democràcia i Llibertat y ERC se plantean formar un grupo conjunto de los independentistas en el Congreso.

La aparente deportividad no esconde la realidad a la que se enfrentan CDC y ERC en estos comicios: mientras tienen que negociar como un solo partido en Cataluña, compiten por el mismo electorado en las generales. Cada uno busca su perfil: Convergència, apelando al diálogo que siempre seduce a su votante moderado. Esquerra, buscando atraer al elector más independentista de la CUP, que no se presenta en los comicios.

Fuego amigo

Las puyas existen, pero son veladas. Desde Convergència se ataca a los republicanos por la falta de experiencia de su candidato, Gabriel Rufián. Apuntan los nacionalistas —sin citarlo directamente— que alguien con tan pocas tablas políticas no puede defender la secesión en el Congreso. Los republicanos atacan por el flanco de Francesc Homs, que prometió ir a Madrid "a negociar y a pactar". Para Rufián, "no hay nada que negociar" en las Cortes.

Más allá de esto, cada uno busca apuntalar sus puntos fuertes en el proceso: Convergència asegura que votar a Democràcia i Llibertat el 20-D servirá para reforzar el liderazgo de Artur Mas. ERC no tiene ningún líder que reclamar —sigue apoyando a Mas— y por ello destaca su "generosidad" en las negociaciones con la CUP para llegar a un acuerdo de investidura.

CDC y ERC se respetan, pero se miran de reojo. Cualquier grieta entre ambos puede afectar a su coordinación en Junts pel Sí.

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