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Cultura a todo tren en Príncipe Pío

La estación del Norte se transforma en un espacio con música, teatro, humor, gastronomía y arte

Sergio C. Fanjul

Si uno se esfuerza, puede escuchar todavía el bullicio en este enorme espacio vacío, o tropezarse con un fantasma cargado de maletas. Esto fue el vestíbulo de la estación del Norte, en Príncipe Pío. Los viajeros la olvidaron en 1993, cuando ya partían de Chamartín. Ahora van a hacer aquí un teatro.

 Bueno, un teatro y muchas cosas más: un espacio de arte urbano inspirado en el 798 de Pekín o Wynwood Miami, y un espacio gastronómico y solidario. “Queremos que, igual que el Museo del Prado es el gran referente cultural de la ciudad, La Estación sea el gran referente del entretenimiento y el turismo”, explica Luis Álvarez, fundador de Wonderland, empresa promotora del proyecto junto con Global Health Consulting, de la familia López Ibor, y You Show, de Santiago Segura. Sus referentes: el Lincoln Center de Nueva York, el Albert Hall de Londres o el Moulin Rouge de París. ¿Se modificará la arquitectura? “Queremos respetar el edificio, mantener ese enorme volumen de la estación, y hacer teatro dentro, como en la Grand Central Station de Nueva York”, dice Álvarez.

Entretenimiento y turismo antes que cultura, según parece, así que la programación tirará más por el espectáculo comercial que por la investigación artística. Musicales, flamenco, cabaré, humor, conciertos, gran variedad para que todos encuentren lo que buscan. Como contrapeso, una escuela de artes escénicas, en concreto una sucursal de la escuela de artes escénicas Profesional Performing Arts New York, que se llamará Príncipe Pío Acting School.

La ambición es grande y, por tanto, también la inversión, de nueve millones de euros. El espacio, grande también con sus 7.000 metros cuadrados, ha sido cedido por Adif y el Ministerio de Fomento por 50 años, a cambio de 468.000 euros anuales. En las dos torres y el edificio principal de la vieja estación se crearán un cabaré, teatro, sala de conciertos (programada por Warner Music), sala de exposiciones, plató de televisión, terrazas, miradores y cafeterías. Otra idea innovadora es la creación de un “abono teatro” con el que los madrileños podrán asistir a los espectáculos durante una temporada con tarifa plana de 60 euros. Una idea importada, según Álvarez, de lugares como el Lincoln Center neoyorquino.

Se espera que el proyecto esté terminado para finales de 2017, pero la noticia es que este viernes comienza el aperitivo. Se verán varios espectáculos que adelantan la línea de La Estación: The Lovers, de Roma Calderón; la noche de monólogos Cañas y coñas; el cabaré adulto Clandestino o los musicales Caperucita Roja y Mi, me, conmigo.

La parte social viene de la mano de la Fundación Raíces, que se dedica a la inserción de jóvenes en exclusión a través del trabajo en el mundo gastronómico. “En La Estación colaboraremos aportando a jóvenes inmigrantes que llegaron solos en pateras o bajo camiones y no tienen referente adulto, para que trabajen en sala o cocina a las órdenes de un gran chef”, dice Lourdes Reyzábal, presidenta de la Fundación.

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Resume Santiago Segura: “Cada vez que se cierra un cine o un teatro no es que muera un gatito, pero a mí me jode. Tener otro centro dedicado a la actividad cultural y que no se convierta en una franquicia de ropa me parece un alivio”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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