Mahler ‘interruptus’
La mezzosoprano holandesa Christianne Stotjin, indispuesta, deja al auditorio del Recinto Modernista Sant Pau, sin el famoso lied 'Urlich'
Lo habitual es recordar un recital por lo que se canta, pero quienes asistieron a la inauguración de la tercera edición de LIFE Victoria, el festival de lied impulsado por la Fundación Victoria de los Ángeles para mantener vivo el recuerdo de la legendaria soprano, lo recordarán por lo que no se cantó. En avanzado estado de gestación, la mezzosoprano holandesa Christianne Stotjin se encontraba algo mareada antes del inicio del recital con el pianista alemán Joseph Breinl, el viernes en el Recinto Modernista Sant Pau de Barcelona. Decidió actuar y, pese a los problemas, fue apurando el programa. Pero cuando sólo faltaba un lied para acabar, dio por concluido el recital, dejándonos compuestos y sin Urlich (Luz prístina), una de las canciones más hermosas de Gustav Mahler.
El lied Urlich, de 1892, es algo más que una de las piezas pertenecientes a la colección de las Canciones del Muchacho de la Trompa Mágica (Des Knaben Wunderhorn). Mahler lo usó como cuarto movimiento de la Segunda Sinfonía, con memorables resultados. Es tan intenso y emotivo que, solo verlo anunciado como final del programa, prometía ser algo memorable. Pero Stotjin, que dos días antes ofreció el mismo programa en el Wigmore Hall de Londres, no lo cantó, provocando un Mahler interruptus de los que no se olvidan.
'Des Knaben Wunderhorn'
Christianne Stotjin, mezzosoprano. Joseph Breinl, piano. Lieder de Schubert, Berg y Mahler
Recinte Modernista Sant Pau. Barcelona, 20 de noviembre de 2015
¿Por qué no canceló el recital si se encontraba indispuesta? Ya en la primera parte, en la interpretación de ocho lieder de Franz Schubert, los síntomas de fatiga y los problemas en el control del fiato y afinación fueron evidentes. La situación mejoró un poco en la segunda parte, con cuatro expresivas canciones de juventud de Alban Berg y la selección de lieder del ciclo mahleriano que cerró de forma súbita.
Extraña velada inaugural, pues, para un ciclo que rompe moldes en la gestión y el formato de los conciertos, usando las nuevas tecnologías y la comunicación digital para ganar adeptos. Buscan la consolidación en un escenario mágico, el recinto modernista de Sant Pau, dando forma a una oferta musical y también turística, ya que la entrada permite realizar antes del concierto una visita por los maravillosos espacios diseñados por Lluís Domèneh i Montaner.
La velada, en el Pabellón de Sant Rafael, se abrió con la actuación como teloneros -habituales en el mundo del rock pero no en la música clásica- del barítono valenciano Sebastià Peris y el pianista gallego Jesús López Blanco: interpretaron tres lieder de Johannes Brahms y el tríptico de Maurice Ravel Don Quichotte à Dulcinée: Peris lució una voz atractiva, de grandes posibilidades, pero un poco verde en cuestiones técnicas; estupendo López Blanco, por color y cuidado en las dinámicas.
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