Taxistas y transportistas recelan del nuevo carril-bici
El plan de Colau sobre la bicicleta genera opiniones enfrentadas entre los ciclistas y otros colectivos
Copenhague y Amsterdam son las ciudades de las bicicletas por excelencia, como señalan las sucesivas ediciones del ‘Copenhagenize Index’, un informe que selecciona las ciudades que más tienen en cuenta las bicicleta. Barcelona ocupa ahora la 11ª posición, mientras que en 2011 fue tercera. El anuncio del Gobierno de Ada Colau de más que duplicar su actual red de carril-bici, que superará los 300 kilómetros, hará que la capital catalana escale posiciones. Los ciclistas urbanos lo ven con buenos ojos. Taxistas y transportistas, con recelo.
“Es una exageración; los atascos van a ser gloriosos si en paralelo no se contiene el uso del vehículo privado”, señala José María Sánchez, secretario general de Barcelona del STAC, el principal sindicato del taxi barcelonés. “Se tendrán que tomar medidas en el casco antiguo y en el Eixample para que los particulares no entren”, agrega Sánchez, que considera imposible encajar carriles bici en algunas arterias barcelonesas consideradas en el plan municipal. Se refiere en especial a la Travessera de Gràcia y a Via Laietana. “Es imposible”, afirma, para después lanzar una advertencia: “Será una de esas medidas que después requerirá de otra medida para corregirla”.
Evaristo Magaña, de la patronal de transportistas Astac Condal, comprende que con los actuales problemas de contaminación la bicicleta se haya convertido en el “transporte estrella” tanto para la Generalitat como para el Ayuntamiento de Barcelona, pero considera que la actual red ya tiene suficiente extensión y critica que, mientras se resta espacio de carga y descarga –22.000 plazas en el último año y medio, en su opinión–, se ocupan esas zonas para habilitar nuevos carriles para bicicletas. El Ayuntamiento admitió el viernes que los nuevos carriles se construirán sobre actuales zonas de aparcamiento y sobre carriles de circulación. “No sé cómo acabará esto, porque hay que tener en cuenta que el transporte de mercancías lo necesita toda la ciudadanía”, apunta.
Albert Sanz, presidente de BACC, el Bicicleta Club de Catalunya, no cree ni mucho menos que los ciclistas tengan los kilómetros de carriles que requieren. Aplaude los planes municipales y subraya que los carriles bici sobre el total de carriles de circulación es solo el 1% y que la cuota modal es también de apenas el 1,5% del total de desplazamientos, afirma. En su opinión existe una clara correlación entre aumento de ciclistas e infraestructuras. Sanz cuestiona dos aspectos del mapa presentado: que no prevé nada para las “grandes zonas peatonales”, como Ciutat Vella, donde montar en bici es un problema; y que le falta “visión metropolitana”, sobre todo en las conexiones del lado Llobregat de la ciudad.
Sobre cómo tendrán que ser los futuros carriles, el presidente del BACC exige que cumplan con los anchos considerados óptimos: “1,10 metros por carril en recta”, un ancho que si se duplica para hacerlo bidireccional es complicado imbricar en una calzada de 10 metros y cuatro carriles, como la de la mayoría de calles del Eixample.
El BACC y Amics de la Bici reclaman la construcción de aparcamientos seguros en las estaciones ferroviarias para que aquellos que pasan el día en Barcelona puedan dejar tranquilos la bici toda la noche.
El experto en movilidad y presidente de la asociación Prevención de Accidentes de Tráfico, Ole Thorson, aplaude “cualquier medida que fomente la movilidad activa, la que utiliza la propia energía de quien se desplaza” y considera posible duplicar en cuatro años la actual red de carril-bici de Barcelona. Thorson apuesta, en primer lugar, por “tener en cuenta y ayudar a los peatones”, después crear nuevos carriles bicis y, en general, por las medidas de movilidad que supongan “reducir algún carril de tráfico para reducir el número de coches que entran en la ciudad” y mejorar el entorno.
El periodista y coautor de la guía Barcelona en bicicleta, Gabriel Pernau, considera también como una “muy buena noticia” el aumento de carriles bici que planea el consistorio de Colau. Con todo, Pernau expresa dudas sobre si será posible habilitar carriles en vías de gran densidad circulatoria, como la Via Laietana. El experto apunta que “quizás es hora de plantear reformas integrales, y restringir el uso del coche: como la de la Rambla, para acceder al frente marítimo desde el centro de la ciudad”.
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