Leiro inédito: los días del escultor heroico
La productora Arraianos ultima el montaje del documental 'Sísifo confuso' que muestra el día a día del artista gallego en su triángulo vital de Pontevedra-Madrid-Nueva York
Ha roto la mole de su silencio: estaba hecho de las largas jornadas laborales del obrero y de una profunda reflexión. El escultor gallego Francisco Leiro (Cambados-Pontevedra, 1957) explica por primera vez su obra y su vida en un largometraje documental, Sísifo confuso, que se estrenará a comienzos del próximo año y del que este domingo se proyecta un avance en el Cineuropa de Santiago de Compostela.
La pantalla muestra a un Leiro inédito; un intelectual sometido a una invariable disciplina horaria (comienza la jornada a las siete de la mañana, come temprano, duerme una siesta y vuelve al tajo) y que reflexiona sobre el arte y sobre su propia obra. El espectador descubre a un artista cercano que circula en bicicleta y compra pescado en las calles de Nueva York, que dibuja sus bocetos en su domicilio madrileño o que cincela sus gigantes de piedra en la finca de Pontevedra. El documental se estructura en tres capítulos, cada uno dedicado a uno de estos ejes vitales del artista. La parte neoyorquina ha sido editada por Mariana Romero.
Han hecho falta 200 horas de grabación -que se resumirán en poco más de una- distribuidas en dos años de sutil espionaje del artista para escudriñar en él. Aser Álvarez, director de la productora Arraianos, lo ha seguido en su día a día por su triángulo artístico (Cambados, Madrid, Nueva York) prácticamente envuelto en la invisibilidad hasta ganarse su confianza. El artista emerge finalmente de la roca colosal de su silencio y echa por tierra el estereotipo de gallego lacónico cargado de retranca que él mismo ha contribuido a crear. Leiro se muestra con el torso desnudo golpeando un bloque con el cincel mientras entona unas estrofas de A cantiga do arriero, aunque evitando mirar directamente a la cámara, o transportando a la sala Malbourough de Madrid una representación de Sísifo cargando con su penitencia o deslizándose en patín por Tribeca, su barrio en Manhattan. “He intentado ser muy respetuoso, pasar inadvertido y sobre todo no hacerlo interpretar”, sostiene el director.
“El documental bucea en las condiciones físicas y mentales” del proceso creativo del escultor, explica Álvarez su objetivo. Y la conclusión coincide con la descripción que hace de Leiro el escultor Txomin Badiola. “Es el último superviviente de una época heroica de la escultura”, sostiene el artista vasco que conversa con él en el documental. Junto a él desfilan también el pintor gallego afincado en Nueva York Antonio Murado, el músico y poeta Antón Reixa o Pierre Levai, presidente de la prestigiosa galería Malborough de Nueva York.
Para el director del largometraje, no hay duda sobre la condición (física y mental) de Leiro. Tras dos años siendo su sombra, lo define como “un trabajador descomunal con una capacidad de organización impresionante”, lo que le permite, por ejemplo, sostiene, “realizar dos obras al mismo tiempo”. Antes de ellas está el dibujo, “el cerne de la escultura”, en palabras del propio artista y según deja constancia la intromisión de la cámara en sus días gallegos, madrileños y neoyorquinos que muestran a Leiro haciendo un apunte en el vagón del metro, pegando sus bocetos en una pared de su casa madrileña o haciendo un bosquejo desde el puente de Manhattan. El esfuerzo físico del cincel estará, en cualquier caso, omnipresente en la película.
Para el proyecto audiovisual, Álvarez ha optado por una banda sonora innovadora que recoge como ninguna otra los días de este Sísifo confuso. Ha encargado a la compositora gallega afincada en Berlín Lucía Martínez la narración musical a través de los sonidos que producen las herramientas del escultor sobre las moles que carga el eterno trabajador.
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