El puerto de Alicante comercializará sus terrenos para salir de pérdidas
La semana que viene recibe el primer tren portacontenedores procedente de Madrid
Los poco más de dos meses que lleva al frente de la Autoridad Portuaria de Alicante (APA) han permitido a Juan Antonio Gisbert concluir que la institución que preside tiene capacidad de volver a dar beneficios el año que viene por sus propios medios, “sin necesidad de recurrir al fondo de cooperación interportuaria” que ha permitido al puerto eludir los números rojos a los que le condujo el fuerte descenso de tráfico ocasionado por la crisis. No lo logrará en el ejercicio actual, pero aspira a conseguirlo en 2016. Y prevé hacerlo recurriendo al incremento de las concesiones sobre suelo portuario.
Según explica Gilbert, el 60% del suelo perteneciente al puerto de Alicante carece de uso, por lo que su primera misión ha sido crear un departamento comercial “que sea mucho más eficaz que lo que hasta ahora se ha sido y permita explotar convenientemente todo el suelo del que disponemos, que está infrautilizado”. De los dos tipos de terrenos disponibles, unos están directamente vinculados al incremento del tráfico porque tienen usos puramente portuarios, pero donde Gisbert espera obtener esos ingresos a corto plazo que reporten beneficios es en los otros, aquellos que permiten actividades no portuarias.
Dada la extrema vecindad del puerto con la ciudad, las actividades que vayan a realizarse en terrenos concesionados por la Autoridad Portuaria deben contar con la correspondiente licencia municipal de actividad. Para coordinar ese y otros asuntos con el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento, Gisbert tiene previsto reunirse este mismo viernes con el alcalde Gabriel Echávarri. “Por primera vez desde hace mucho tiempo, existe una clara voluntad de cooperación entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria”, señala.
En esa reunión, ambas partes tendrán ocasión de discutir sobre la licencia ambiental cuya tramitación el vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, reclamó la semana pasada a la Autoridad Portuaria entre presiones de las asociaciones vecinales de la zona sur para que se incremente el control sobre la descarga de graneles.
“El puerto ya ha adoptado medidas correctoras”, afirma Gisbert, “y estamos dispuestos a adoptar medidas adicionales”, aunque están descartadas las tolvas ecológicas y las naves estancas que reclaman los vecinos “porque no se ajustan a las características del tráfico que se realiza en Alicante” y, en opinión de los técnicos de la APA no son legalmente exigibles, además de requerir una inversión que está fuera del alcance del puerto y llevaría a las empresas del sector a abandonar Alicante si tuvieran que costearlas ellas. Lo cual sería un golpe mortal para el puerto “porque los graneles suponen el 50% de nuestro tráfico de mercancías”.
UN TREN DE MEDIO KILÓMETRO
Por lo que respecta al tráfico de contenedores, Gisbert se muestra realista y descarta las pretensiones que de cuando en cuando manifiestan algunas voces empresariales: “Alicante perdió el tren del transporte transoceánico que en su día pudo tener y se marchó a Valencia, y ese tren no va a volver”.
Por ello, los planes del nuevo presidente no pasan por competir con la capital de la Comunidad Valenciana sino, como sucedía con sus predecesores, por incrementar el tráfico feeder (de corto alcance). En concreto, está sobre la mesa la posibilidad de captar una nueva línea que utilice Alicante como nexo entre Barcelona y Algeciras, así como el propósito de potenciar el tradicional tráfico con las Islas Canarias.
Y existe un tren real, no metafórico, que pronto hará su aparición en los muelles. La semana que viene llegará por vía férrea un convoy de medio kilómetro cargado de contenedores procedentes de Madrid y con destino Canarias. “El primero desde que el año pasado se estableció la conexión ferroviaria”, según explica el presidente, “y esperamos que la frecuencia, que en principio será semanal, vaya incrementándose”.
“Sevilla tiene zona franca en el puerto y no le sirve para nada”
El presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante no tenía previsto asistir esta mañana a la presentación del estudio económico encargado por la Diputación sobre el impacto de la declaración de zona franca en el puerto de Alicante. Gisbert recibió la invitación el lunes “porque la agenda del acto ha estado sujeta a la disponibilidad del ministro Margallo para venir”, así que ha decidido no acudir porque tiene un compromiso previo en Valencia que se lo impide.
Sobre la utilidad de esa hipotética declaración de zona franca, un asunto que el Partido Popular llevaba como tema estrella en su campaña de las pasadas elecciones municipales y el presidente de la Diputación, César Sanchez, abandera desde su toma de posesión, el presidente del puerto se muestra escéptico. “Nos gustaría que no se crearan falsas expectativas a nadie”, afirma Gisbert, “porque el hecho de conceder una zona franca puede no significar absolutamente nada, si detrás no hay algo: Sevilla tiene zona franca y no le sirve para nada; y en Vigo sirve para mucho, pero no hace que su puerto sea más importante que el de Valencia, por ejemplo”.
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