Una ciudad viva y escondida
Las jornadas ‘Madrid, Madrid, Madrid, muchas veces Madrid’, en La Casa Encendida, han cartografiado el arte oculto, la arquitectura emergente, la innovación social o las nuevas artesanías en la capital
“Madrid es una ciudad que informa poco sobre sí misma”, dice Rafael Doctor Roncero. Por eso durante esta semana el Madrid más cultural e innovador se ha investigado, se ha tomado el pulso y la temperatura, y ha mostrado sus entrañas ocultas durante las jornadas Madrid, Madrid, Madrid, muchas veces Madrid,en La Casa Encendida.
Los comisarios Doctor Roncero y Ariadna Cantis han seleccionado a 10 expertos que han escogido propuestas que se están desarrollando en ámbitos como el arte oculto, arquitectura emergente, la innovación social, el activismo creativo o las nuevas artesanías. El resultado es una suerte de cartografía de Madrid activo que no tiene la repercusión que merece, que quieren transformar en una web que sirva de base de datos.
“Al ser una ciudad muy abierta en la que todos encontramos un espacio, Madrid es poco proteccionista” opina Doctor Roncero. “En Barcelona, por ejemplo, tienen más conciencia de sí mismos y se proyectan mejor. Aquí, la identidad es más difusa”. Una característica común de las iniciativas recogidas es la escasa participación institucional. Se construyen sobre la base. De abajo arriba, por artistas y creadores. Por ciudadanos. “Esta es una ciudad muy rica y proteica, pero su tejido creativo es muy frágil”, dice Cantis. “Con este proyecto queremos dar visibilidad a quien no la tiene”.
En septiembre se presentó otro proyecto similar, aunque más enfocado a la intervención social y vecinal. Se trata del atlas de iniciativas vecinales Los Madriles, que puede consultarse online y que recogió en su inicio 114 proyectos, entre los que se encontraban huertos urbanos, centros sociales, despensas solidarias o asociaciones vecinales. Dos meses después se han alcanzado las 400 iniciativas. “Se trata de mostrar todo lo que se ha hecho al margen de la Administración, que en algunos casos ha colaborado, pero nunca dirigido. Son proyectos de gran valentía e innovación”, explica Manuel Pascual, del colectivo de arquitectos Zuloark, uno de los colectivos artífices del mapa. Otra característica: mientras que la cultura más o menos institucional se circunscribe a la almendra central, lo que se recoge en estas iniciativas se reparte por toda la geografía madrileña.
Arte escondido
Uno de los campos más activos, y al tiempo más desconocidos, es el arte. El comisario Guiller[/TEX]mo Espinosa ha confeccionado una lista 30 espacios artísticos “residuales u ocultos” en la ciudad. “Tratan de llegar a donde las instituciones no pueden”, explica. Hay espacios grandes, como La Neomudéjar, una activa nave en Atocha, pero también habitan escaparates o huecos callejeros. Son los casos de Frágil, Alimentación30 o Galerías Preciados. Alguna de estas mini galerías se encuentran en ascensores, como la Up Gallery en el hotel Radisson Blue. Otras iniciativas de interés son el Museo de Arte Contemporáneo de Lima (que está en Chamberí) o el libertario Encarnación González 8. Otras propuestas son Cruce o La Casa Franca.
Dentro del ámbito de las galerías más tradicionales, la comisaria Tania Pardo destaca lo que llama el Efecto Dr. Fourquet: “Es una calle que está atrayendo a galerías variadas y coordinadas, tanto de dentro de la ciudad como de todo el país”. Es parte de un rico tejido de casi 200 galerías en la ciudad, ante las que “es necesario perder el miedo”.
También hay una generación de nuevos artesanos que crean, producen y distribuyen bajo demanda, sobre todo en la zona de Malasaña y en Marqués de Vadillo, Oporto y Urgel, según indica Marisa Santamaría, del Instituto Europeo de Diseño. Algunos son los diseñadores de Estudio Enpieza!, la joyera en cerámica Julieta Álvarez o los ceramistas de Galería Factoría, Erick Valdivieso y Teo Guardiola. “La crisis y el avance de la tecnología han sido el caldo de cultivo de estos artesanos”, dice.
Los estudios Taller de Casquería y After Belonging son dos de las apuestas de la arquitecta Paula García-Maseda, que se ha sumergido en el mundo de la arquitectura emergente madrileña, “esa que con el estallido de la burbuja inmobiliaria ha tenido que reorientar a otros fines en los límites de la disciplina y más experimentales”.
Del panorama en cuestión de fotografía habla el fotógrafo Iñaki Domingo: “Se trata de un medio gregario, con escasez de oportunidades profesionales y comisarios especializados, y desconectado de otras disciplinas. Abundan la autogestión, lo documental y es predominantemente masculino”. Son de reseñar colectivos como BlankPaper o NoPhoto, o escuelas como Lens, PIC.A, BlankPaper o EFTI.
Además de los asuntos culturales, también se trataron otros aledaños. Javier Noguerol habló de nuevos modelos de negocio, Antonella Broglia sobre innovación social y Ruth Toledano de activismo creativo, nuevas formas de protesta con imaginación, sobre todo centrada en el animalismo madrileño. ¿Es Madrid es una ciudad combativa? “Se lucha mucho y hay mucha gente dejándose la piel”, dice Toledano, “pero nunca es suficiente”.
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