Mortadelo y Filemón entran en campaña
'¡Elecciones!’ sale con una tirada de 100.000 ejemplares, récord de los 201 álbumes de la extraña pareja creada por Ibáñez
Salarios de Cristiano Ronaldo para arriba, 107 días de vacaciones pagadas al año, pensiones cuadruplicadas y un quirófano por habitante promete un político en campaña cuya coleta al viento remite al Pablo Iglesias de Podemos. Hace su mitin poco antes de verse envuelto en una batalla bien bruta donde un remedo del Rey Juan Carlos le pega un ladrillazo a un doble de Oriol Junqueras, alguien parecido a Mariano Rajoy admite que acepta el separatismo ante un posible Artur Mas que encaja un puñetazo suyo simultáneo a la frase: “¿Ves? ¡Mira cómo separo los molares de los caninos!”, mientras que a su derecha alguien clavadito a Jorge Fernández Díaz martillea la cabeza de un viandante al ritmo de “¡Que no, que no se ha empleado la fuerza pública ni yo estaba aquí ni…!”. Como Mortadelo y Filemón están en el fregao, se entiende todo: son algunas de las viñetas estelares de ¡Elecciones!, la aventura 201 de la peculiar pareja creada por Francisco Ibáñez y que mañana Ediciones B pone a la venta en España con una tirada inicial de 100.000 ejemplares (95.000 en castellano y 5.000 en catalán), récord histórico para la serie.
Los 130.000 álbumes que en apenas seis meses se han vendido ya de la entrega anterior, El tesorero, donde afloraba la financiación irregular de un Partido Papilar a través de un personaje de sospechoso parecido con Luis Bárcenas, han dado alas a los editores y, claro, al autor, que a mes y medio de los comicios generales del 20-D ha puesto a la TIA en plena campaña: el Super opta a presidente del gobierno por el partido PPRO (pronúnciese pepero): Pueblo al Poder Rompiendo Osamentas. Eso desata la locura: el profesor Bacterio hará lo propio por los Científicos Unidos Liberando el Orbe (CULO) y Mortadelo y Filemón crean el Partido Mortadelista Filemonero Español. Tras fracasar en patéticas alianzas, todo se complica cuando los dos agentes intentan sacar los trapos sucios de sus adversarios políticos…
“Con las teles, las radios y los charlistas todo el día con eso no podía ser que mis personajes no abordaran las elecciones, pero no soy crítico con los políticos: son la excusa para las mil y una chorradas y carreras de estos dos”, dice Ibáñez sobre el álbum. Pues ya es un mensaje lo de políticos como comparsas: “Son eso en mis historietas, pero en realidad la gente prefiere a los otros comparsas: Ofelia, Bacterio… Tú te matas dibujando escenas con políticos para hacer reír y ellos sí que hacen reír”, ironiza.
Pasada la época en que “era imposible meter a políticos si no querías ir a parar al Valle de los Caídos con la pala”, Ibáñez comenzó a introducirlos como personajes a principios de los años 80, cuando arrancó con álbumes dedicados a los Mundiales de Fútbol o los Juegos Olímpicos: “La actualidad empezó a salir ahí un poco a pesar mío, sobre todo con lo del fútbol, que nunca he tragado ni he entendido: odio eso de tener que poner los tacos al final de las botas… Entonces aparecían de fondo, pequeñitos”. Así, Felipe González acabó apareciendo en cinco entregas desde su debut en 1991, cuando también lo hizo un tal Juanito Batalla, que recordaba mucho a Juan Guerra, hermano de Alfonso. Luego vinieron Luis Roldán, José María Ruiz Mateos, Julio Anguita, Jesús Gil y Gil… “He ido sacándolos pero también tocando temas como los precios de la gasolina, la prohibición de fumar y el nacimiento de los telefoninos estos… Se trata de no sentir que Mortadelo y Filemón están apolillados, que se toquen temas que a la gente les guste y se puedan ir a dormir leyéndolos, desconectando y siendo felices riendo”.
En ¡Elecciones!, los desastrosos agentes de la TIA irán reventando sin proponérselo los actos de todo candidato que se les cruce en las viñetas, como hacen con un replanchado y joven líder del partido C (¿quizá Albert Rivera?), una gran imitadora de Rita Barberá como líder del partido La Caloreta, alguien que se parece a Pedro Sánchez tirando de un carro con el que hace campaña para el PSAO, un doble de José María Aznar como líder indiscutible del PEDO (Podemos Erigir Derecha Omnipotente) y hasta alguien que recuerda al ministro de Exteriores Margallo tomando un cóctel.
“Sería muy bonito hacer algo sobre el independentismo catalán aunque habría que ambientarlo bien, ya veremos”, se escabulle quien afirma que, de momento, no tiene problemas creativos con una pareja que inventó en 1958 “casi rezando para ver si me podrían durar un par de años y han acabado suprimiéndome a los otros como Rompetechos, el botones Sacarino o los de 13 Rue del Percebe por su éxito”. De entrada, “casi acabado” tiene uno que podría titularse Sueldecitos más bien bajitos (“me temo que seguirá siendo actualidad”). Y eso que en marzo cumplirá 80 años: “La mano antes me iba como una palomita pero ahora ya va todo como un tren de mercancías de los tiempos de Franco, pero el día que me pase 48 horas ante una hoja en blanco y no me venga una idea con estos dos, hago un montoncito con todo y le pego fuego”. Lo dice en broma porque reconoce que de las cosas que le harían más feliz es que “mis personajes continuaran sin mí; pueden hacerlo perfectamente. Hay grandes dibujantes… Quizá la única pega sería el guion”. Cierto: difícil inventarse tantos nombres de pueblos, siglas de partidos y peripecias. Eso sólo se le ocurre a Ibáñez.
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