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Cuatro ancianas de un asilo mueren al desbordarse un río en Agramunt

Los Mossos investigan si la residencia geriátrica estaba construida en zona inundable

La residencia donde se ha producido la tragedia.Vídeo: josep lluís sellart / EL PAÍS
Alfonso L. Congostrina

Cuatro ancianas perdieron la vida en la madrugada del martes cuando una tromba de agua procedente del río Sió inundó el semisótano de un asilo de Agramunt (Urgell) donde dormían nueve enfermos de alzhéimer y demencia senil. Eran las cuatro de la madrugada cuando el agua se apoderó de las calles del municipio. El río se desbordó e inundó el patio de la residencia concertada Ribera de Sió. Las ventanas del semisótano no soportaron la presión y reventaron anegando en minutos seis habitaciones. El nivel del agua supero los dos metros y 20 centímetros. Cinco de los nueve ancianos sobrevivieron.

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Antoni trabaja por la noche en Lleida y regresa de madrugada a Agramunt. Ayer, tras una hora de conduciendo llegaba a casa. “El pueblo no estaba igual que siempre, el río estaba llenísimo, jamás lo había visto así”, cavilaba el vecino sin saber que justo al lado de su domicilio las aguas del Sió habían segado cuatro vidas.

Al llegar a la calle Horts una trabajadora de la residencia le asaltó pidiendo socorro a gritos. En segundos, Antoni estaba en el sótano de la residencia buscando a los ancianos que dormían en esa parte del edificio. “No se oía nada, ni a nadie y el agua me llegaba por encima del pecho”, relataba ayer conmocionado. Intentó zambullirse, “la tromba me arrastraba”. El alcalde de la localidad, Bernat Solé (ERC), llegó en ese momento y, sin pensarlo, se lanzó a ciegas a la piscina en la que se había convertido esta parte del asilo. “Buceaba intentando rescatar a ancianos, pero Solé tampoco pudo hacer nada”, lamentaba ayer Antoni.

Cuarenta casas, la guardería y una escuela inundadas

Alfonso L. Congostrina

Los vecinos de cerca de cuarenta viviendas situadas junto al río Sió en Agramunt achicaban ayer agua de sus viviendas. Las calles se convirtieron en una masa de barro en la que se iban acumulando enseres de todo tipo procedentes de los bajos y los aparcamientos de las viviendas. "Nadie nos alertó; si lo hubieran hecho habríamos estado preparados", se lamentaba un vecino de la calle de l'Ensenyament. La marca de agua superaba el metro de altura en su casa.
La guardería Nins d'Agramunt y la Escuela de Música Municipal también quedaron inundadas. El Ayuntamiento hizo un llamamiento a través del Faceebook del Consistorio: "Quienes quieran participar en las tareas de limpieza de la guardería municipal pueden dirigirse con los utensilios de limpieza correspondientes".
Coches y motocicletas se acumulaban en las calles: "no lo arranques saltarán los fusibles", advertía un joven a su vecino.
Nadie en Agramunt recordaba una riada tan violenta.
El Ayuntamiento de Agramunt declaró ayer tres días de luto en señal de duelo por la muerte de las cuatro ancianas de la residencia.

Los bomberos no tardaron en llegar al lugar con una barca, pero “el agua ya estaba rozando el techo”. Antoni no pudo aguantar más la tragedia y se retiró a su casa. A primera hora de la mañana era un haz de nervios: “¿Cuántos ancianos han muerto?”, se preguntaba.

 La noche del martes dormían 67 ancianos en la residencia. Nueve en el semisótano. Los Bomberos y los Mossos d’Esquadra pudieron rescatar a cinco de los internos. Tres fueron trasladados al ambulatorio del municipio, donde recibieron el alta horas más tarde. Dos fueron ingresados en hospitales de Lleida. Cuatro ancianas, con edades comprendidas entre los 80 y los 90 años, no corrieron la misma suerte y fallecieron ahogadas entre las paredes de la residencia.

“Los colchones han hecho de flotador y gracias a ellos, tres residentes que, con el consentimiento de sus familiares, duermen con un cinturón que les mantiene fijos en la cama no han caído al agua”, aseguraba Juan Losco el jefe médico de la residencia. Según Losco, otros dos supervivientes consiguieron salvarse. Ninguna de las cuatro fallecidas “estaba atada al colchón”, por lo que cayeron al agua.

Los Mossos abrieron una investigación que esclarecerá si es correcta la apreciación del jefe médico y si las fallecidas estaban o no atadas a las camas.


Zona inundable

Tras la tragedia, el edificio quedó sin suministros de agua y electricidad por lo que los responsables del centro se enfrentaron a una carrera de obstáculos para garantizar los suministros que les permitiera seguir prestando servicio al resto de residentes. En un primer momento, se utilizaron varios grupos electrógenos para proporcionar electricidad al centro. Mientras los encargados del asilo buscaban soluciones, la Cruz Roja y trabajadores sociales del equipo de emergencias de Protección civil atendían a los familiares de las ancianas fallecidas y del resto de afectados en el pabellón de Agramunt. 

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) aseguró ayer que las lluvias habían dejado entre 50 y 60 litros por metro cuadrado en 20 minutos, lo que provocó una crecida del río que era totalmente imprevisible. Ayer la CHE estudiaba si el asilo está ubicado en terreno inundable. Josep Esteve, miembro del consejo de administración de la residencia afirmaba ayer rotundo que “la residencia Ribera del Sió no está construida sobre zona inundable y cumple con todos los requisitos legales”. El alcalde de Agramunt aseguró que Ayuntamiento cuenta con toda la documentación de la residencia y le consta que está en regla.

Además, el defensor del pueblo catalán, Rafael Ribó, ha abierto una actuación de oficio para aclarar las circunstancias de la tragedia. El Síndic de Greuges solicitó ayer información a la CHE, al Ayuntamiento y a la Generalitat para esclarecer qué tipo de permisos tenía la residencia y si el terreno sobre la que se construyó el 2005 era el adecuado.

Tres de las supervivientes regresaron ayer a la residencia. No recordaban nada de lo sucedido.

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