El Ayuntamiento prepara ayudas para los gastos del derribo de Carabanchel
El coste total del desescombro y la demolición será, mínimo, de 282.000 euros
El Ayuntamiento de Madrid está preparando ayudas para los afectados por el desplome del edificio número 5 de la calle de Duquesa de Tamames, en Carabanchel. Los vecinos, que van a tener que hacer frente al menos a 82.000 euros en concepto de gastos urbanísticos —188.751 euros por la demolición completa del inmueble, 47.143 por el desescombro y 46.360 por los apeos en la vivienda contigua— por la ordenanza de Conservación, Rehabilitación y Estado Ruinoso de las Edificaciones del 30 de noviembre de 2011, contarán con la colaboración del gobierno municipal, que está tratando, a través de la vía del gasto, de facilitar el pago de esa cantidad. "Vamos a buscar vías alternativas para facilitar de forma nominal y específica el pago de esos costes. Estamos intentando encontrar soluciones", ha dicho este jueves la portavoz municipal, Rita Maestre, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.
La cantidad a abonar por los afectados podría ser superior: el Ayuntamiento todavía está estudiando si hay alguna partida adicional, como la de los bomberos —que intervinieron en el desalojo—, que hay que repercutir a los vecinos. "El total a pagar se sabrá en breve", ha adelantado Maestre.
El gobierno municipal está valorando las facilidades de pago que se pueden ofrecer a los vecinos. "Entendemos que es una situación muy desagradable y nos gustaría limitar las consecuencias con los recursos que tenemos, que son limitados. Estamos estudiando dos posibilidades: demorar el pago entre 18 y 24 meses y, en casos excepcionales, hasta en cinco años", dijo el miércoles la concejal del distrito de Carabanchel, Esther Gómez. La portavoz municipal añadió este jueves que, aplicando la normativa vigente, el gobierno municipal tratará de paliar la situación: "Entendemos que es complicada para familias que tienen una hipoteca y se han quedado sin nada".
El derrumbe de la propiedad se produjo el pasado 3 de agosto por el colapso de uno de los pilares. El edificio había pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en 2012. En mayo de 2015 una familia que habitaba en el segundo alertó a la administradora de una grieta descomunal que cruzaba una pared en diagonal, pero un arquitecto retrasó a septiembre la reparación del inmueble. En la madrugada del lunes 3 de agosto, los pilares, del año 1964, cedieron. 40 viviendas —incluido el inmueble colindante— fueron desalojadas.
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