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Madrid incorporará 500 barrenderos tras prescindir de 2.400 en dos años

Desde 2013, la plantilla ha pasado de 6.315 a 3.904 trabajadores, un 40% menos

Carmena durante su comparecencia de hoyFoto: atlas | Vídeo: Samuel Sánchez

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha llegado a un acuerdo con las empresas que se encargan de la limpieza de las calles y del cuidado de los parques de la capital para incrementar en 500 trabajadores sus plantillas “de forma progresiva”. Esto permitirá, según la concejal de Medio Ambiente, Inés Sabanés, llevar a cabo un plan de limpieza extraordinario de aquí a fin de año. En los dos últimos años las concesionarias han reducido sus plantillas de 6.315 barrenderos a 4.312, a los que hay que restar otros 408 trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) desde finales de 2013.

Carmena ha pactado el final de este ERTE y la contratación de casi un centenar de trabajadores más para reforzar en 500 las plantillas, de los que “el grueso” serán barrenderos y el resto jardineros. Pese a ello, la reducción de barrenderos desde la entrada en vigor del contrato integral licitado por Ana Botella (PP) en 2013 seguirá siendo, en el mejor de los casos, del 30%. “Esto no supone volver al nivel de limpieza de antes de los contratos integrales, pero es un paso muy importante”, ha explicado Sabanés.

En primavera de 2013, Botella acumuló 39 servicios públicos en un solo contrato y lo licitó por 10 años y 2.317 millones de euros (un 10% menos del coste hasta entonces para el Ayuntamiento). La competencia entre empresas rebajó aún más el precio, hasta 1.944 millones, lo que supuso un ahorro total del 23,7% para las arcas municipales. Al no exigirse una plantilla mínima, las adjudicatarias (OHL, Sacyr, FCC y Ferrovial) optaron por prescindir de trabajadores.

En el pliego del contrato integral se informaba de que 6.315 personas se encargaban hasta entonces de limpiar Madrid. Con el nuevo contrato, son solo 4.312 empleados, según los datos de la relación de afiliados a la Seguridad Social (TC2) de abril de 2015 a los que ha tenido acceso EL PAÍS. De lunes a viernes hay asignados 3.009 trabajadores, que se reducen a 1.303 en fines de semana y festivos. Esas cifras suponen un recorte de 31,7% sobre la plantilla anterior al contrato licitado por Botella. Son 2.003 trabajadores menos en las calles.

Pero, además, en otoño de 2013, apenas semanas después de obtener el contrato, tres de las cuatro adjudicatarias (OHL, Sacyr y FCC) anunciaron un expediente de regulación de empleo para reducir un 15% adicional su plantilla. Una huelga de 13 días frenó los despidos, pero sindicatos y empresas acordaron a cambio un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de 45 días al año, lo que supone una disminución adicional del 12,3% en el número de trabajadores. Aplicado ese porcentaje a la cifra de afiliados a la Seguridad Social (excepto en el lote que gestiona Ferrovial, que no se sumó al ERTE), quedan tan sólo 3.904 barrenderos en las calles. Es decir, un 38% menos que hace dos años. Son 2.411 trabajadores menos.

“Las cosas se han hecho muy mal”, ha reconocido Carmena. El primer paso para revertir esta situación ha sido el anuncio esta mañana de la cancelación del ERTE en las próximas semanas. Eso permitirá, “en una primera etapa”, que se sumen 500 trabajadores más a las tareas de limpieza viaria y cuidado de parques. Los trabajadores afectados por el ERTE de limpieza viaria fueron 408; en principio, serán estos los que vuelvan a las calles, más otro centenar que podría corresponder a nuevas contrataciones de barrenderos y jardineros (que se llevarán a cabo a través de la agencia municipal del empleo en los barrios con mayores índices de paro). En una segunda etapa, Carmena ha asegurado que se podrían sumar 200 barrenderos más.

Con este refuerzo, en un principio seran como máximo 4.400 los barrenderos en las calles, frente a los 6.315 de hace dos años. Eso servirá en los próximos tres meses para llevar a cabo “147 actuaciones de carácter intensivo” para limpiar los barrios de la capital. En paralelo, se realizará una campaña de concienciación para que los madrileños mantengan limpia la ciudad. Durará dos años, y contará, entre otras iniciativas, con la distribución de ceniceros (con un lema que no se ha dado a conocer aún). Además, el Ayuntamiento se plantea premiar económicamente a los madrileños que tiren la basura en los contenedores correspondientes, según Carmena, igual que en el pasado se retribuía el retorno de las botellas de cristal.

El coste de la incorporación de estos 500 trabajadores adicionales “corresponde a las empresas”, según el Ayuntamiento. ¿Qué ganan las empresas? En principio, nada. “Haber compartido un elemento de responsabilidad y limpieza”, ha explicado la alcaldesa. Entre los elementos de presión utilizados por el Ayuntamiento para “hacer reflexionar” a las concesionarias ha sido “dar datos del incumplimiento del contrato”. Por ejemplo, con “una inspección sorpresiva para demostrar en todos los cantones la poquísima gente que tenían, la diferencia entre lo que se dice y lo que se hace. El objetivo de la negociación era demostrar que no se estaba cumpliendo el contrato”, ha añadido Carmena.

“Era evidente que lo que faltaba era gente limpiando”, ha señalado la alcaldesa. Y el incremento de plantilla comprometido “es extraordinario”, ha añadido. “Supone muchísimas horas más de limpieza, habíamos perdido un volumen de trabajo que ponía en riesgo la salubridad en determinadas zonas”, ha explicado Sabanés. La Fiscalía de Medio Ambiente lleva meses pidiendo datos al Ayuntamiento ante el temor precisamente a problemas de salud pública por la falta de limpieza.

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