Manual del buen ‘procesista’
Junts pel Sí repartió una cartulina con instrucciones sobre cómo tiene que obrar el independentista entre hoy y mañana
Largas colas en la plaza Espanya para recoger la camiseta de Junts pel Sí. La camiseta es blanca, con el nombre de la candidatura y ha sido fabricada por la empresa de Fuenlabrada JHK. La camiseta es gratis, para tenerla solo hay que mostrar una cartulina que la organización ha repartido entre los asistentes al mitin de final de campaña. La cartulina lleva impresa en el reverso el manual del buen votante independentista.
Las instrucciones de este manual indicaban que lo primero que debía hacer el asistente al mitin es “repasar los contactos de tu móvil y asegurarte que todos los del Sí irán a votar”. Como la agenda de contactos acostumbra a ser larga, es inevitable que haya algún despistado que no sepa qué votar, o que no quiera votar, aznaristas todos, según Artur Mas.
El segundo punto del manual del buen votante de JxS exige que hagas una lista con 10 nombres de estos indecisos y les llames durante el fin de semana para convencerles de las bondades de la independencia. Para el domingo, el manual establece que has de encargarte de las personas de tu entorno con problemas de movilidad para que puedan ir a votar —una vez hayan votado, no especifica qué has de hacer con ellos. Debes ir a votar “en familia, con los amigos: es un momento histórico para compartir”.
Hay que votar antes del mediodía, y en el momento de votar, hazte un selfie para colgarlo en las redes sociales con el hashtag #VotaPerMi. El manual finalizaba con la letra de Viaje a Ítaca, la canción de Lluís Llach, que los presentes cantaron encendiendo mecheros y móviles.
Llach fue una de las estrellas de la velada en Montjuïc. No cantó pero hizo que el público coreara varios lemas, como “nunca más súbditos” o “nosotros somos el viento”. Este grito animista fue el más repetido, por delante del “volem pa amb oli” que cantó La Trinca, versionándola de todas las formas posibles, como si fueran animadores en una comunión.
De fondo brillaban en rojo y amarillo las fuentes y la cuatro columnas de Puig i Cadafalch. La cantante de jazz Mónica Green parafraseó el discurso de Pau Casals en la ONU para llevar el acto a una de sus cúspides emotivas, momento de la inevitable lágrima. A partir de allí aparecieron en escena los habituales, “los iconos de la independencia”, en palabras de Eduardo Reyes, con sus discursos y consignas de futuro.
“El domingo se decide si somos ciudadanos o súbditos. La historia está aquí con nosotros, la sentimos, la escribimos”, gritó Carme Forcadell. Con más o menos azúcar, con más o menos acierto, la política siempre va de lo mismo, dijo Napoleón: “Un gobernante es un vendedor de esperanzas”.
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