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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Intuiciones meridianas

La manifestación del 11-S ha sido zampada por una campaña electoral que renuncia a plantearse el alcance y los matices de la comunidad soberanista

Mercè Ibarz

La Diada, ¿sucedió hace un mes? Parece que haga mucho, del 11-S en la Meridiana. Excepto las elefantinas fotos de masas en los diarios y las repeticiones de momentos de alta densidad televisiva que no he podido evitar, no he leído ni me han llegado muchas crónicas y análisis de todo aquello. Se ve que la Meridiana ha sido zampada por las elecciones. Era un día bifronte. La cuarta edición de la performance multitudinaria soberanista desde 2012 y el primer día de la campaña electoral que ha de poner en claro el alcance del independentismo. Por este carácter bifronte, unos cuantos partidos y coaliciones no estaban en la Meridiana, al menos no sus responsables. Ahora resulta que el 11-S sólo ha sido eso último, el primer día de campaña. El prólogo del 27-S. Que mejor poner bajo la alfombra.

Son mis impresiones, intuiciones de hecho. La Meridiana del 11-S revela que, por lo visto y leído, ha sido más fácil hablar de ella antes que después. Para los medios no basados en Cataluña, pero que sí son vistos y leídos en ella, ¿a quién le importa qué pasaba allí?¿Qué interés informativo puede tener el gentío que llegaba de comarcas y ciudades vecinas para sumarse a tantos barceloneses? O considerar el alto grado de organización, el montón de técnicos voluntarios que se lo han hecho todo, como se lo hacen los vecinos en las fiestas del barrio de Gràcia y en las fallas de Valencia: día a día, desde el mismo momento que se hace y se termina la cosa. O captar imágenes distintas de las divulgadas por doquier (sean los que sean los medios emisores), que al cabo es lo que distingue a un cronista entre los demás. Si hago caso del záping, estos medios han hablado más del toro de Tordesillas, el Toro de la Vega que en el cielo esté, que del 11-S.

Más me sorprende, pero es que servidora abre los ojos como el dos de oros ante la menor incoherencia, el poco jugo que le han sacado tantos medios catalanes de toda condición. Para los que animaron la Diada como para los que no, el 11-S también es ya agua pasada, ¡por fin!: toca campaña electoral y basta.

Permítanme que regrese al viernes. ¡Bien por los laterales! A partir de ahora, las performances multitudinarias se habrían de hacer todas en una de las grandes avenidas barcelonesas con calzadas laterales. Cerdà las urdió para civilizarnos, te ahorran ir como una sardina por la espesa del medio. En los laterales hay lugar para escenas sutiles, gente sentada en bancos o en el suelo, que no se inquieta por si estás en el tramo que te toca, si llevas el puntero de este color o de otro, si no se oyen los altavoces. Hice fotos, de personas, grupos pequeños, más personas, de contenedores llenos de punteros que los voluntarios recogían del suelo, de jóvenes y de viejos, de tantas caras de acentos catalanes y de tantas de habla española diversa. Mossos d'Esquadra sonriendo. Cosas que no habéis visto nunca.

Para los que animaron la Diada como para los que no, el 11-S también es ya agua pasada, ¡por fin!: toca campaña electoral y basta

Cerca de Fabra i Puig, faroles con fotocopias en blanco y negro de las caras de unos cuantos hombres. Puig Antich el primero, o puede que le reconociera de lejos. Muertos por la dictadura. Debajo, un papel verde que dice “argentins”, con la inicial en caja baja, y, tras eso, la palabra “independència” toda en caja alta. ¿Quienes son, éstos? ¿Activistas que hacían suya la mani? ¿O que ya lo habían colgado antes?

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“Hay que tener ganas, eh”, me dice un abuelo, sentado bien repanchingado en el mobiliario urbano, la esposa al lado. Pensé que me había observado haciendo fotos y llegado a la conclusión de que hago demasiadas. Pero no, no quería hablar de fotografía. “Hay que tener ganas, eh”, repetía riendo. Lo que me quería decir es que viven en Berga pero venían de Balaguer, “porque soy hija de allí”, añadió ella con naturalidad. Nueve autocares salieron de Balaguer. “Hay que tener ganas, eh”, seguía riendo el hombre.

Continué adelante, haciendo más fotos. A ver qué dará todo esto el 27, los que estaban y los que no. No me atrevería a decir que todos los que estaban en la Meridiana votarán Junts pel Sí o las CUP. Me pregunto también qué hará a partir del día siguiente la comunidad meridiana transgénero político del 11-S. Es un hecho que en tantos lugares de Cataluña, Barcelona incluida, se ha creado una comunidad específica que no para de hacer. Quizá no sabe exactamente qué está haciendo, pero lo hace.

Mercè Ibarz es escritora y profesora de la UPF

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