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Crónica
Texto informativo con interpretación

Más blanco que negro

Jané ha acabado hablando de lo difíciles y peligrosos que son los amigos de Mor Sylla

El consejero de Interior, Jordi Jané, en el Parlament.
El consejero de Interior, Jordi Jané, en el Parlament.albert garcia

Como en Historia de dos ciudades, era el peor de los tiempos y era..., pero aquí nunca ha habido un mejor de los tiempos. Es el peor de los tiempos y en todas las puertas de Europa se hacinan decenas de miles de refugiados de guerra y de refugiados del hambre (éstos, los que llegan vivos). Algunos logran pasar y otros llegaron antes. Por ejemplo, Mor Sylla, que dejó su ciudad de Mbor en Senegal y acabó en Salou, donde hace un par de semanas se mató huyendo por el balcón, un tercer piso, de su casa durante un registro sorpresivo de los Mossos. Tenía 50 años y llevaba más de 12 en España. Aquí había trabajado en la construcción hasta que explotó la burbuja, se quedó en el paro y se pasó a la venta ilegal. Ha dejado en su ciudad natal una hija de 3 años, una viuda, una madre y una hermana que cuenta que era en ese mismo balcón en que perdió la vida donde rezaba sus oraciones de la mañana. Mbor es una ciudad costera que vive del turismo y de la pesca y tiene unos 180.000 habitantes. En cierto modo se parece a Salou, también un gran centro turístico, también con cerca de 150.000 habitantes en verano. Esta es una historia de dos ciudades en blanco y negro.

Como es agosto y el caso tuvo mucha repercusión, esta mañana se reunió la Diputació Permanent (el órgano en que recaen los poderes de la Cámara entre dos legislaturas) a petición del propio conseller de Interior, el convergente Jordi Jané, y así se puso en marcha el aire acondicionado de la Sala de Grups y durante cinco horas, ante los 23 representantes de los grupos parlamentarios, el conseller lamentó la desdicha que corrió ese hombre, pero dejó claro que su casa era una nave nodriza de material ilegal para la venta en la calle, explicó al pormenor los delitos que se preparan en pisos como ese, reconoció la efectividad de los Mossos y pidió que no se les criticase, aclaró que no se había actuado contra un pobre hombre sino contra un grupo criminal que perjudicaba al pequeño industrial y al pequeño comerciante, a la propiedad intelectual, a la economía del país, al erario público y al estado del bienestar, detalló acto seguido que durante el registro de los tres pisos de Salou realizados aquella madrugada (o el momento del día que sean las 6 de la mañana) se reunió una cantidad de hasta 3.908 euros con 25 céntimos en efectivo (“lo que significa cierta capacidad económica”), condenó hasta la saciedad las revueltas que estallaron en Salou cuando se conoció la muerte del mantero, describió como si la estuviera reviviendo la agresividad de aquellos manifestantes, se manifestó consternado por el corte de la circulación ferroviaria aquella tarde y para explicarla mostró una imagen Google Earth del edificio de apartamentos donde estaba el piso junto a las vías del tren, también enseñó un plano del piso trazado en dibujo lineal para que se viera por dónde entró la policía y dónde estaba el balcón, y culminó su intervención ofreciendo su mano extendida para luchar contra todas las amenazas globales que nos acechan en la actualidad.

El conseller Jané nació a unos 50 km de Salou dos años antes que Mor Sylla, pero en el momento de la muerte de éste sólo era un año mayor. La misma generación. Dos hombres pueden ser como dos ciudades. Habla el conseller Jané desde la mesa presidencial como el hombre prudente que da en casa una explicación detalladísima de por qué ha llegado 10 minutos tarde y así es como se entera uno de que ha descarrilado el metro y la escalera está ardiendo. Es profesor de Derecho Constitucional, fundador de la Joventut Nacionalista de Catalunya y posee la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort, patrón de los juristas. Ha venido a la Diputació Permanent acompañado del director general de los Mossos y de su comisario en jefe. También han asistido como público otros Mossos de uniforme, un buen puñado de altos cargos políticos y representantes de varias instituciones. Lo que no se ha visto en la sala es ni solo un negro. Ni un solo representante de la comunidad senegalesa o de la familia. Claro, como muchos están segregados como ilegales no pueden entrar en el Parlament y no pueden ser representados. Y así ha quedado un acto político exclusivo para blancos de clase media que lamentaban la muerte de un senegalés negro y pobre.

¿Pero sólo uno? Ser, por ejemplo senegalés, en España significa ser vulnerable. Serlo como lo fue, por ejemplo, el senegalés Brahim Samb, de 43 años, vendedor ambulante que murió en la playa de los Cristianos, en Tenerife, en 2004, de una parada cardiorrespiratoria cuando la policía local procedía a identificarle. Como lo fue, por ejemplo, el senegalés Ibrahima Diop, un mantero de 32 años que en 2009 murió arrollado por el tren en Castelldefels cuando huía de la policía. Como lo fue, por ejemplo, el senegalés Maguette Fall, de 29 años, que se tiró al mar, en el paseo Marítimo de Almería cuando la policía le pidió unos papeles que nunca le quisieron dar, y allí se ahogó y su cuerpo salió a la orilla a los 11 días. Aquello pasó en 2013. Como lo fue, por ejemplo, el senegalés Abdoulaye Mbengue, un mantero de 27 años, que murió en Playa de Palma atropellado por un coche cuando salió corriendo de la policía. Aquello también pasó en 2013. O como lo fue, por poner otro ejemplo, el senegalés Ibrahima Dieye, de 32 años, que murió asesinado a tiros por sus vecinos en el barrio del Besòs durante un partido de fútbol callejero, víctima de la pobreza y del racismo.

Este miércoles, el conseller ha comparecido ante la Diputació Permanent para hablar de una muerte y ha acabado hablando de lo difíciles y peligrosos que son los amigos del muerto, es decir, los que se encuentran en su misma situación. Pero es como en Historia de dos ciudades. No es lo mismo el mejor de los tiempos en Salou para unos y para otros. No es lo mismo el peor de los tiempos en Salou para unos y para otros. Los blancos hacen balconing y los negros se caen por los balcones.

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