Mas crea ahora un ente contra la pobreza tras desactivar otro en 2011

Una de las carencias para luchar contra la pobreza es la falta de datos detallados que permitan mejorar la efectividad de las políticas públicas. Es por ello que uno de los acuerdos del pleno monográfico celebrado en marzo de 2014 especificaba impulsar un Observatorio catalán contra la pobreza. A un mes de las elecciones, la consejera de Bienestar Neus Munté firmará un acuerdo de colaboración con la Universidad Rovira i Virgili (URV) para desarrollar tal trabajo. Será el segundo observatorio que cree la Generalitat en ocho años: el tripartito ya había impulsado uno, de mano del sociólogo Jordi Estivill, que CiU frenó.

“Tras la llegada de CiU a la Generalitat [en 2011] dejamos de recibir encargos. Nunca llegué a reunirme con el consejero Josep Lluís Cleries para explicarle qué habíamos hecho”, dice el sociólogo. “Espero que sigan trabajando con una óptica internacional”.

El observatorio que dirigió Estivill se presentó en noviembre de 2010, en el marco de un congreso internacional en Barcelona, que reunió a la Red Europea de Observatorios de Inclusión Social. El evento fue presentado por la entonces consejera de Bienestar, Carme Capdevila (ERC). La experiencia quedó recogida en El Observatorio catalán de la Pobreza, la Vulnerabilidad y la inclusión: fundamentos y precedentes europeos, editado por el Instituto de Asistencia y Servicios Sociales.

Este libro recogía el trabajo que desde 2006 habían hecho Estivill y otros expertos como el politólogo Arnau Comas y el Gabinete de Estudios Sociales para diseñar el observatorio. Una de sus tareas era el seguimiento y análisis de las políticas sociales en marcha. Entre los productos que debería producir había un informe anual sobre la pobreza, la inclusión y la vulnerabilidad en Cataluña, que incluiría “un análisis y diagnóstico de los resultados de los indicadores básicos propuestos por el Observatorio, un resumen de las iniciativas significativas en la lucha contra la pobreza en los ámbitos político, social y privado y aportaciones externas al debate conceptual”.

Estivill también determinaba la estructura técnica del ente, que incluía una red de agentes en el territorio y los llamados talleres de interesados, un espacio para dar voz a las personas pobres y en riesgo de exclusión social. “Acumulábamos la experiencia que teníamos de los programas europeos y mi experiencia de trabajar en la OIT”, cuenta Estivill, que se enteró del acuerdo con la UVR por este diario.

Bienestar y la UVR crearán una comisión mixta que deberá, entre otras elaborar una memoria anual, definir criterios de seguimiento de políticas contra la pobreza y aportar herramientas para definir lineas de actuación prioritaria. Las mismas funciones del ente que lideró Estevill.

“Un observatorio así tiene sentido si los estudios y los análisis van en concordancia con la acción política”, explica Oriol Illa, presidente de la Mesa del Tercer Sector, que agrupa a las entidades sociales. Para Pau Mari-Klose, también sociólogo, el anuncio evidencia que se han perdido ocho años de investigación sobre uno de los temas más urgentes.

“Soy muy crítico con los observatorios creados desde lo público. Prefiero el modelo de consejos asesores independientes”, asegura Mari-Klose. Y recuerda que la financiación es el punto crítico. “La Generalitat podría crear líneas prioritarias de investigación en exclusión social como hizo en su día con la inmigración”, recomienda. Pero también cree que es un tema de acento: “Hay que comparar el despliegue y puesta en escena por parte de la Generalitat de un informe del Consejo para la Transición Nacional frente a uno del de políticas sociales”.