El Calderón resucita
El emblemático coliseo, que en 2017 celebra su centenario, reabre sus puertas tras más de un año cerrado
Calderón a secas. Ni Caser ni Häagen Dazs. Con su nombre originario, el emblemático teatro madrileño, inaugurado en 1917, reabrió ayer sus puertas. Lo hizo con STOMP, una propuesta que mezcla danza, percusión y comedia; “un gran espectáculo que lleva 22 años representándose sin pausa en Nueva York”, cuenta José María Cámara, de la productora SOM Produce, responsable de la gestión y la programación del Calderón. “El teatro es propiedad de Promotora Rialto [poseedora también del teatro del mismo nombre] que tiene vocación de defender el patrimonio cultural de esta ciudad y con la que hemos llegado a un acuerdo de muy larga duración; de varios años”, dice Cámara.
“Ambos teatros serian grandes almacenes si no fuera por los propietarios”, sentencia Cámara. SOM Produce ya se hizo cargo de la reapertura del también cerrado Teatro Rialto, donde esta temporada programan Cabaret. “Estamos devolviendo a la vida estos maravillosos lugares”.
En julio de 2014, y en poco más de 24 horas, se cerró a cal y canto la puerta del Teatro Calderón por “la necesidad de realizar una serie de obras indispensables en el edificio”, explicaron desde Wonderland.
Esa sociedad, participada al 51% por la Sociedad General de Autores (SGAE) y al 49% por el empresario Luis Álvarez, gestionaba el espacio. El miedo por el estado del edificio no era nuevo. En 1999, cuando el presentador y empresario José Luis Moreno estaba al frente del espacio, una mujer murió al caer sobre ella un trozo de la cornisa del edificio. Moreno cerró temporalmente la sala y desde entonces se extreman las precauciones. Ante el anuncio de Wonderland, Rialto, la empresa propietaria, señaló que el teatro se encontraba en perfecto estado. Además reconocieron que en aquel momento Wonderland les debía varias mensualidades del alquiler. “Las supuestas obras eran excusas de mal pagador”, zanja Cámara.
Un año después de la precipitada clausura, y “tras 10 meses trabajando 24 horas al día y una inversión de más de un millón de euros”, las letras del Calderón vuelven a lucir en el número 18 de la calle Atocha. Inaugurado el 18 de junio de 1917 —SOM Produce y Promotora Rialto están preparando varias acciones para conmemorar el centenario para lo que han creado la sociedad TC1917—, su primer nombre fue Odeón. Una década después cambió a Calderón y en 2007 vendió parte de su nombre a la marca de helados Häagen-Dazs con la finalidad de buscar financiación privada para sobrevivir a la dura crisis; el espectáculo debe continuar.
En 2012, fue la aseguradora Caser la que pagó por figurar en la fachada del edificio, proyectado por el arquitecto Eduardo Sánchez Eznarriaga, autor también del Casino Militar de la Gran Vía. En su interior, en el vestíbulo, llaman la atención un conjunto de vidrieras de la Casa Maumejean, fundada en el siglo XIX. “Es uno de los edificios más bonitos del centro de Madrid”, opina Cámara poco antes de que el público vuelva a llenar el millar de butacas que posee. “Estoy emocionado”, reconoce Cámara. “Es el segundo teatro que recuperamos de la capital”, insiste. “Abrir el Calderón es un motivo de celebración”.
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