El Ayuntamiento perderá 230 millones con la bajada del IBI

El Ayuntamiento de Madrid dejará de ingresar 230 millones de euros en 2016 con la rebaja en el impuesto de bienes inmuebles (IBI) que el PSOE quiere imponer a la alcaldesa, Manuela Carmena. El líder socialista, Antonio Miguel Carmona, cuenta con el apoyo del Partido Popular y de Ciudadanos para bajar el tipo fiscal un 27%, lo que se traducirá en un ahorro medio de 100 euros por recibo. Pero, al mismo tiempo, supondrá una bajada del 5% en el gasto municipal, lo que podría afectar a las iniciativas sociales del gobierno y a los servicios públicos.

El PSOE (que tiene nueve de los 57 concejales) ha presentado una proposición ante el pleno, que se votará mañana, en la que insta al gobierno municipal a presentar “una propuesta para la disminución efectiva del IBI” en 2016.

Contará con el respaldo del Partido Popular (21 concejales) y de Ciudadanos (siete), sumando así mayoría absoluta. Ahora Madrid (20 ediles) votará en contra, según fuentes municipales, aunque prosigue la negociación con el PSOE para llegar a un acuerdo.

El gobierno municipal cree que una rebaja del IBI entra “dentro de lo razonable”, pero ve prematuro aprobar una medida así antes de revisar minuciosamente el presupuesto municipal. Además, quiere que la bajada del tributo sea progresiva (es decir, que beneficie más a las rentas bajas).

Durante la campaña, la ahora alcaldesa, Manuela Carmena, se pronunció en contra de la bajada del IBI porque, en su opinión, “paralizará el Ayuntamiento, y nadie quiere que se paralice”. “Hay que ver si esa cantidad [en alusión a la recaudación total del impuesto] es necesaria, y después adecuar [el recibo] para que cada uno pueda tener una situación más justa”, añadió entonces la alcaldesa.

Durante los mandatos de Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella (PP), la recaudación del IBI creció de 408 millones en 2004 a 1.335 millones en 2014 (un 227%). Tras la rebaja aprobada por Botella para este año, quedó en 1.259 millones, lo que supone el 28% de los ingresos municipales.

El tipo actual para bienes inmuebles urbanos de uso residencial es del 0,548%. El PSOE apuesta por rebajarlo hasta el 0,4%, el tope mínimo previsto por la ley, lo que supondría una caída del 27%.

El recibo medio en Madrid asciende a 350 euros, por lo que el ahorro sería de 100 euros. Esta rebaja coincide al milímetro con la promesa hecha en campaña por la presidenta del PP, Esperanza Aguirre. Y también con el compromiso de Ciudadanos de bajar el tipo al 0,43% este año y llegar al 0,4% a final de la legislatura.

En 2014, el Ayuntamiento tramitó 1.448.765 recibos del IBI por viviendas y 676.508 por locales de uso comercial, cultural, deportivo, industrial, etcétera. La cuota íntegra total sumó 1.456 millones que, tras descontar beneficios fiscales, se quedaron en 1.292.

Según los cálculos realizados por el Ayuntamiento, esa bajada del tipo al 0,4% supondría una disminución de ingresos de 230 millones en 2016. Pero se uniría además a otra caída en la recaudación que no depende del Ayuntamiento sino del Gobierno. El Ministerio de Hacienda incrementó el tipo temporalmente en 2013 para la mitad de las viviendas de Madrid (las de mayor valor catastral, por encima de 89.585 euros), que hasta 2016 tributan al 0,57124%.

Este recargo desaparecerá el año que viene, a menos que Hacienda disponga lo contrario. En 2015, ha supuesto 72,9 millones de euros, que se perderán el año que viene, por lo que la disminución de ingresos total, en caso de aprobarse la medida del PSOE, sería de 302,9 millones de euros.

En cualquier caso, la proposición del PSOE sólo insta a bajar el IBI, y no especifica cuánto. De ser aprobada, incluso con el voto contrario de Ahora Madrid, constituirá sólo un mandato político, es decir, no será jurídicamente vinculante. El gobierno local podrá ignorarlo y presentar en septiembre unas ordenanzas fiscales sin bajada del IBI. Pero entonces podrá encontrarse con que la oposición usa su mayoría para aprobar una enmienda, entonces sí con plena validez. El gobierno tendría que adecuar a toda prisa el resto del presupuesto, porque una bajada de ingresos implica una rebaja equivalente del gasto: para bajar el IBI, habría que meter la tijera.