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El cadáver descuartizado hallado en Alicante, un ajuste de cuentas

Un detalle de la boca del muerto hace sospechar a la Policía de que podría ser extranjero

Los investigadores abriendo una de las bolsas donde se encontraban los miembros de la víctima
Los investigadores abriendo una de las bolsas donde se encontraban los miembros de la víctimaEFE

Del cadáver desmembrado y hallado dentro de unas bolsas de viaje en las lagunas de Rabassa (Alicante) no se conoce todavía la identidad, pero sí que puede aventurarse que es producto de un ajuste de cuentas criminal, según fuentes cercanas al caso. La policía también sospecha que los restos, en un avanzado estado de putrefacción, podrían pertenecer a un extranjero. Los forenses han encontrado en la dentadura del asesinado restos de un trabajo odontológico que no se estila en España desde hace muchos años, según ha contrastado este periódico.

Pocos datos han trascendido sobre el macabro hallazgo del pasado viernes en estas lagunas ubicadas a más de dos kilómetros del centro urbano de Alicante. El avanzado estado de descomposición del cuerpo no hace presagiar una identificación fácil del muerto: un hombre blanco, entre los 40 y 50 años, y que mide aproximadamente 1,75 metros. El grupo de jóvenes que encontró el cadáver, bañistas habituales en la zona, señalaron a los agentes que habían visto las bolsas flotando desde finales de junio.

El hombre fue encontrado desnudo y sin identificación alguna. En un par de días, los forenses del Instituto de Medicina Legal de Alicante sabrán si el análisis de las huellas dactilares arroja alguna luz, aunque la policía científica no espera demasiado. Tampoco será fácil el análisis del ADN, solo puede cotejarse si alguien hubiera denunciado la desaparición del muerto y aportado un muestreo celular que permita la identificación genética. La dentadura es la pista más sólida a la que pueden agarrarse los investigadores tras observar en la boca del muerto un trabajo odontológico que ya no se realiza en España, quizás en países del Este.

A la policía, no obstante, le parece obvio que se trata de un ajuste de cuentas. El cráneo presentaba varios golpes de consideración, probables causas de la muerte. Cómo ocurrió, quién lo hizo y bajo qué circunstancias son detalles que difícilmente trascenderán hasta encontrar un rastro de la víctima que permita profundizar en las pesquisas hasta ahora realizadas.

No parece un trabajo fino o inteligente, según las fuentes consultadas. Desmembrar un cuerpo y tirarlo a las lagunas de Rabassa, estanques artificiales con un máximo de 20 metros de profundidad, no es la mejor manera de ocultar un asesinato. Era previsible que por muy despedazado que estuviera el cadáver acabara flotando en unas lagunas creadas tras la explotación minera de la zona.

El lugar, además, solía ser un punto habitual para deshacerse de armas y vehículos robados. Y aunque los alrededores estén deshabitados, suelen registrar mucho tráfico de cicloturistas y personas que acuden a ver pájaros y a bañarse en la zona. De hecho, los jóvenes que encontraron la bolsa con el tronco y un brazo del asesinado vieron por primera vez las bolsas antes de las fiestas locales de Alicante, que comenzaron el 19 de junio.

El caso recuerda al del cadáver encontrado hace más de un año precintado en una playa de Orihuela, al sur de la provincia alicantina. La Guardia Civil pudo identificarlo en aquel entonces. Se trataba de Francis Brennan, un delincuente huido de la justicia británica, circunstancia nada extraña en provincias como Alicante, con un aeropuerto internacional y una gran población extranjera entre la que perderse. Brennan desapareció después de que unos supuestos policías le detuvieran.

Un verano de muerte

Julio está siendo un mes de muerte en Alicante. Al crimen de las lagunas de Rabassa ha de unirse también el hallazgo hace apenas una semana de un cuerpo a la deriva, también en avanzado estado de descomposición, en la playa de Arenales del Sol (Elche). La investigación continúa sin que se haya conocido la identidad del individuo, que según los bañistas que vieron el cadáver vestía al estilo de los motoristas.

El mes ya comenzó mal. El último día de junio dejó un triple asesinato en el pueblo de La Vila Joiosa. Un padre mató a su madre, a su hijo y a su hijastra para posteriormente suicidarse prendiendo fuego a la casa rural donde se encontraban.

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