Baleares retorna al Institut Ramon Llull tras la ruptura del PP
El Gobierno insular salió de la entidad a finales de 2012 por "razones económicas” y recreó el Institut d’Estudis Baleàrics
Nuevos signos del cambio político en Baleares tras el fiasco del PP, que era hegemónico, y la llegada de la izquierda, con mayoría absoluta. El Gobierno balear del PSOE-Més, con el apoyo de Podemos, que preside Francina Armengol, ha decidido iniciar el reenganche con el Institut Ramon Llull. Baleares será otra vez parte del consorcio, la gran plataforma de proyección y difusión de la lengua y culturas catalanas, "el Llull", impulsado por la Generalitat de Catalunya de Jordi Pujol y el primer gobierno progresista que encabezó el socialista Francesc Antich, en 2002. La entente y sintonía se relanzó en la época de Pasqual Maragall y vivió una zozobra con el balear Jaume Matas.
El ex presidente, José Ramon Bauzá, en 2011, diseñó un proceso de ruptura, de distanciamiento con Cataluña. Baleares salió del Llull, a finales de 2012, por "razones económicas” y recreó el propio Institut d’Estudis Baleàrics. Bauzá y el PP hicieron bandera del anticatalanismo lingüístico y cultural, crearon leyes y normas para devaluar el peso del catalán, lengua propia y oficial, que dejó de ser una exigencia en la administración, en la enseñanza y en los medios públicos.
Bauzá fue reactivo, aprobó la ley de símbolos para vetar el uso de la senyera de las cuatro barras en las escuelas, bajo la amenaza de multas de hasta 10.000 euros para los docentes infractores. La senyera es un símbolo de protección del catalán y de afinidad cultural. También suprimió las direcciones de Política Lingüistica y la red de normalizadores.
Bauzá quiso ahogar a los activistas y mitigar sus protestas pero las prendió. Dejó sin los patrocinios y vías de financiación a las entidades culturales que veía en la órbita del pancatalanista, o simplemente “catalanista”. El PP en el Parlamento votó la inexistencia de los llamados "Països Catalans", concepto cultural y, para algunos, ideal político. La derecha cerró por razones económicas y políticas la radio y televisión del Consell de Mallorca, Ona y M, exclusivamente en catalán; determinó que las películas de la televisión pública gubernamental IB-3 se emitieran solo en castellano, sin el doblaje en catalán de TV-3. Al final, en una reforma de la TDT, eliminó del dial el canal cultural e infantil Canal 33 y el canal de noticias 3/24.
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