Samanta Villar: “La prostitución es digna”
La periodista relata la historia de siete mujeres que ejercen la prostitución en su primer libro 'Nadie avisa a una puta'
La periodista Samanta Villar (Barcelona, 1975) es tajante: "La prostitución es digna". Y sostiene que el motivo por el que quienes la ejercen libremente no son capaces de contarlo o de sentirse orgullosas de su profesión es el "estigma social" que la rodea. En su primer libro Nadie avisa a una puta (Libros del K.O., 2015) , Villar relata la historia de siete mujeres que ejercen la prostitución: seis de ellas cuentan que lo hacen porque así lo han decidido, una séptima es víctima de la trata de seres humanos, y sufrió un calvario hasta llegar a Barcelona.
Villar ha dedicado cinco veranos de su vida a escribir su primer libro, que le propuso un amigo. Después de todo ese proceso tiene una idea firme de cómo abordar el tema de la prostitución, que en España se mueve en tierra de nadie, en la alegalidad. "Todo lo que no es ilegal es legal", afirma Villar, que propone trabajar en tres flancos: regularizarla, luchar contra las desigualdades y lograr una normalización social.
Por su libro desfilan Montse Neira, una prostituta que hace años que reivindica su condición de profesional del sexo, varias jóvenes en un club, una mujer que acaba encontrando el amor en un cliente, una prostituta que tiene que dejar el piso porque la competencia es muy dura, una anciana que subsiste de los tres clientes fieles que le quedan después de tantos años, una escort... Historias en profundidad que buscan romper "el estigma" de que de toda mujer que se prostituye está en una situación de tráfico de personas. Aunque algunas también lo están, y salen en su libro. "Pero son cosas distintas", advierte la periodista.
"No hay profesiones mejores que otras. Eso es una construcción social", repite Villar, que cree que para ser puta hay que servir para ello. "Tienes que ser muy fuerte, tener dotes sociales... Y claro, que te guste el sexo, si no...". En Nadie avisa a una puta se puede oír la voz de las mujeres, y en algunas ocasiones resulta sorprendente.
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