El sonido del Reina Sofía
Un ciclo de conciertos recupera espacios olvidados del museo
La historia del Museo Reina Sofía se remonta al siglo XVIII, fecha en la que el monarca Carlos III mandó al arquitecto Francesco Sabatini la realización de un hospital de aspecto neoclásico. El edificio prolongaría esta actividad durante más de 200 años, hasta su clausura en 1965. Posteriormente sus diferentes dependencias serían rehabilitadas para albergar las actividades expositivas del actual Museo de Arte Contemporáneo que conocemos.
Aún se conservan, sin embargo, la disposición de muchos de estos espacios: la sala de protocolo, la de bóvedas, las escaleras o el jardín son algunos de ellos. El comisario José Luis Espejo, especialista en arte sonoro y cultura aural, ha diseñado un programa alternativo de intervenciones en estos lugares. “Hemos utilizado las salas del edificio del antiguo hospital para buscar otro tipo de resonancia”, asegura el curador y responsable de la radio del museo. “No queríamos la resonancia especializada que puedes encontrar en los auditorios actuales, donde se utilizan materiales aislantes y donde al final se genera un tipo de escucha atenta y frontal”.
Los conciertos tienen lugar los jueves del mes de junio y ya se ha podido ver al artista vasco Mattin en la sala de bóvedas, antigua habitación que alojaba a dementes; a los saxofonistas Jean-Luc Guionnet y Artur Vidal recorrer sus escaleras; o al arpista inglés Rhodri Davies, entre otros. Todas estas intervenciones buscan de alguna manera resituar al oyente ante la obra. “En el caso de las escaleras, la gente se colocaba donde mejor le parecía, cerca de ellos o en plantas superiores. Había un público que acudía expresamente al concierto, pero otro escuchaba el ruido y se acercaba”, comenta Espejo. “Aparecían distintos modos de atención, dependiendo del interés que tuviera cada uno, había personas que permanecían cinco minutos y otras que se quedaban para verlo entero”.
El próximo jueves actuará la reconocida artista Itziar Okariz. Esta vez retomará una performance realizada en el museo Guggenheim y que lleva por nombre Aplauso. El cuidado ciclo desarrollado por Espejo, en definitiva, pretende presentar una historia alternativa de la escucha, aquella no reglada y que gira en torno a sensaciones.
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