Tres candidaturas compiten por dirigir el Colegio de Arquitectos de Madrid

Tras la resaca electoral del Ayuntamiento y la Comunidad, el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) celebra, el jueves 28 de mayo, elecciones para elegir Junta de Gobierno y de Representantes, los órganos que coordinan la acción de la institución. Tres candidaturas pugnan por el liderazgo. Abierto es la propuesta liderada por José María Ezquiaga, de 55 años y Premio Nacional de Urbanismo en 2005 por la planificación de Menorca, entre numerosos galardones. “Se trata de una candidatura compuesta por profesionales muy hechos, que observa igualdad de género y cuyo lema sería: profesionalidad más pluralidad igual a independencia”, dice Ezquiaga. En sus filas figuran Izaskun Chinchilla, Francisco Pol, Carlos Rubio Carvajal o César Ruiz Larrea, entre otros arquitectos. La idea central de su programa propone “abrir el Colegio profesional a todos los arquitectos que ejercen su profesión no únicamente desde la construcción o el urbanismo sino también a aquellos que lo ejercen en numerosos otros cometidos, desde el profesorado hasta la arquitectura municipal, las especializaciones en energía y tantas otras”.

“Queremos situar al COAM a la altura de los cambios sociales y tecnológicos que despuntan ya con la salida de la crisis inmobiliaria, pues ha de ser una salida inteligente, que reconcilie a la sociedad con la ciudadanía y con la empresa”, dice Ezquiaga que subraya la necesidad de combatir el subempleo, “principal flagelo de los arquitectos”, mediante una racionalización del trabajo. El candidato a decano formula un deseo profundo: “Ójala seamos capaces de lograr acuerdos con las distintas administraciones para que los jóvenes arquitectos puedan trabajar a pie de calle, para convertir las reivindicaciones y protestas vecinales en soluciones desde la habitabilidad y el urbanismo”. Ezquiaga quiere potenciar el compromiso vocacional de la profesión con el contacto directo con la realidad de la calle.

La candidatura Integra, liderada por José Luis Torroba Álvarez, de 66 años, se articula en torno a dos grupos de acción y defiende “unificar la cuota colegial ya que hasta ahora existe una especie de cuota a la carta”. Quiere también agilizar la obtención de licencias municipales- “ahora tardan entre seis meses y un año”, precisa- y se fija como meta “simplificar una normativa profusa, que retrasa la edificación". "Ahora, para proyectar hay que observar entre 900 y 1.100 normas de otras tantas legislaciones, ya sean técnicas, de incendios, jurídicas...una verdadera selva", señala.

La candidatura Integra de Torroba, que actualmente trabaja en un hotel en Madrid, tiene abundante obra en Málaga y Barcelona y ha proyectado numerosas edificaciones para la Guardia Civil, propugna “luchar a muerte por los baremos dinerarios, las tarifas que los arquitectos tendríamos que percibir, porque son una garantía para el cliente y para nosotros”. Destaca el candidato que su grupo “lleva dos años peleando por un reglamento de incompatibilidades, que la anterior Junta de Representantes fue demorando”. La lista que encabeza quiere crear una Comisión de Transparencia, y se compromete a publicar trimestralmente las retribuciones de los miembros de la Junta de Gobierno, aplicando de manera rigurosa las incompatibilidades”. Torroba califica de “vergonzoso” que los arquitectos que sean directivos colegiales suscriban de manera incontrolada contratos con la Administración. Y se muestra comprometido con “la apertura del Colegio a las Universidades, para que los alumnos de cuarto y quinto cursos vayan conociendo lo que es esta profesión”.

La tercera en discordia es la candidatura 4AC, liderada por Javier Alonso Madrid, de 44 años. “Adaptaremos el Colegio a los cambios de paradigma en el proyecto, la construcción y la edificación”, dice Alonso. Considera que el Colegio se ha estancado: “No se ha dado cabida a las nuevas formas de ejercer la profesión, a los nuevos modos de trabajo ni tampoco a la demanda de creatividad que los nuevos tiempos exigen”.

Sin desvelar lo que significan 4AC –“el significado de las siglas será dado a conocer al culminar el proceso electoral”, comenta misterioso-, el arquitecto Alonso hace hincapié en que se presenta a la Junta de Gobierno, no al decanato “pese a que la norma obligue a asumirlo al cabeza de lista” y propone asimismo la separación de la dirección -hoy conjunta- del COAM y de la de la Fundación COAM.

También se pronuncia a favor de la creación de un Colegio Nacional de Arquitectos, con un modelo colegial inspirado en los logros que observa “en el Colegio de Arquitectos de Barcelona o en el de Aparejadores de Madrid”, cuya estructura y funcionamiento pondera. “Queremos que el Colegio, mediante una táctica que denominamos defensa proactiva, ataque y vele por nuestros intereses ante las instituciones, pues ahora, cuando una licencia se demora inexplicable e indefinidamente, nadie nos defiende frente a un Ayuntamiento, por ejemplo”, añade Alonso, que es experto en rehabilitación de edificios y se mueve en moto: “No es una BMW como la del ex decano y catedrático, Ricardo Aroca, sino un scooter". Y añade: "Tampoco fumo puros, como él”.