El acosador de la niña que se suicidó: “O me das 50 euros o voy a pegarte”
El chico, con una situación familiar "muy complicada", cumplía castigo dentro del centro La víctima denunció a más vejadores
El relato de lo que padeció la adolescente que supuestamente sufría acoso escolar antes de saltar al vacío el pasado viernes consta en una denuncia policial del 29 de abril. “Guarra, ¿qué dices de mí? Voy a ir a pegarte con mis primas. Me cago en tus muertos. Me vas a dar 50 euros o voy a ir con mis primas y más gente a pegarte”, le escribió su acosador. En esa denuncia, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, relata los abusos un grupo de “unos cuatro o cinco alumnos más”. En las redes circulan ahora los nombres de esos presuntos agresores. La alarma ha cundido de nuevo en el centro, que quiere parar las especulaciones.
La menor fallecida, de 16 años de edad, fue con su madre a la comisaría el 29 de abril por recomendación del instituto en el que estudiaba, el Ciudad de Jaén (Usera), que este lunes amaneció de luto con flores, velas y fotos de la chica suicidada en el patio. La adolescente, tímida y discreta, según sus compañeros, había contado a sus profesores lo que estaba padeciendo. En la primera denuncia policial —que la familia ampliaría en comisaría el pasado 18 de mayo— cuenta cómo recibía mensajes de audio y texto desde el número de teléfono del supuesto acosador, de 17 años. El primero al que hace referencia es del 15 de febrero, más de tres meses antes de su muerte. Él le exigía dinero y la insultaba por el móvil y en persona. En una ocasión, quedaron en la puerta del centro para que ella le entregara 50 euros. Había tenido que dedicarse a a hacer recados para reunir el dinero en las dos semanas de plazo que le había fijado el menor, que los usó para comprarse el abono de transporte público.
Cuando el chico se enteró de que lo había contado en el instituto, la abordó en el patio: “¿Por qué lo has contado? Si sigues hablando, van a venir mis primas a por ti”, amenazó. Los profesores conocían esos mensajes, según consta en la denuncia.
La chica contó también, y así lo recoge el escrito policial, que el menor denunciado había aplicado “hechos similares a otras compañeras del instituto, teniendo conocimiento de tales hechos la dirección del citado instituto”.
Conciencia tranquila
La dirección y un grupo de docentes consultados sostienen que el protocolo fijado se activó. “Tenemos la conciencia tranquila de haber hecho todo lo posible para ayudarla”, escribió este lunes en la web del instituto el director, Luis Carlos Pérez Aguado, a quien le han abierto un expediente disciplinario.Los docentes avisaron y se reunieron con ambas familias y, según señalan distintas fuentes del centro, se rellenó el protocolo de acoso —un procedimiento burocrático muy engorroso— pero la inspectora ojeó la documentación y no se la llevó. Días después, el 14 de mayo, según los profesores, la jefa de estudios coincidió con la inspectora tras declarar en comisaría —por la denuncia de la niña— y le insistió en la gravedad del asunto.
La Consejería de Educación de Madrid sostiene justo lo contrario y este lunes suspendió de sus funciones al director. “Ha incumplido el protocolo de actuación para los supuestos de acoso escolar, al conocer el caso previamente y no haber elevado la denuncia a la Dirección de Área Territorial o a la Inspección Educativa”, señala la nota enviada por la consejería. En el centro aseguran que el director se enteró por los medios de su expediente.
Pero no solo el centro y supuestamente también la inspección conocían lo que estaba pasando. La policía también sabía de las amenazas. La menor, con una leve discapacidad intelectual ("tenía problemas con el lenguaje técnico", explicó un profesor), volvió con su madre el 18 de mayo a la comisaría de Usera para ampliar la denuncia y explicarle a los policías que no actuaba solo un acosador, sino un grupo.
"Eras valiente, la clase, sin ti no va a ser lo mismo”
La alumna acosada, tímida y retraída, no era muy popular en un instituto masificado, que acoge a unos 1.200 estudiantes. Pero sí muy querida entre los más cercanos que este lunes, como el resto de compañeros, le rindieron homenaje en el patio del Ciudad de Jaén con un minuto de silencio a primera hora —al que se unieron muchos padres— y con un modesto "altar" de flores, velas y decenas de mensajes en post-it."Eras una amiga que siempre se preocupaba por los demás y dabas la cara por los tuyos", escribió una chica. "Siempre te ofrecías para salir a la pizarra. Eras muy valiente. La clase sin ti no va a ser lo mismo", relata otro estudiante.
Muchos alumnos de este barrio madrileño remarcaban que “por fin” la adolescente sería feliz o estaría tranquila tras meses de angustia. Más de una vez se encararon con el acosador. “Déjala, vas a por la más débil”. Cuando el viernes, a última hora, les comunicaron a los adolescentes la muerte “por accidente” de su amiga, entre lloros repetían el nombre del acosador. “Ha sido por él”.
En este caso, la denuncia añade que acosador y víctima fueron amigos durante dos años. Después, ella comentó con otra alumna que “ya no se fiaba” de él. El chico se enteró y, a partir de ahí, “son constantes los insultos” que, según la denuncia, ocurrían en presencia del resto de compañeros de clase. La incluyó en un grupo de WhatsApp donde le mandaba “insultos y audios y tras esto se leía la palabra bullying, por lo que no llegó a descargarlos”, según la denuncia. Ella se salió varias veces del grupo “siendo de nuevo incluida para volver a ser insultada y vejada”. En ese grupo, prosigue, estaba el menor, otra joven de 16 años antigua alumna del centro y “cuatro o cinco alumnos más”. Le mandaron varios mensajes “con palabras tales como zorra, guarra, puta, repitiendo estas palabras una y otra vez”, según el escrito policial. También le llamaban de números ocultos. Nunca lo cogió.
En la denuncia cuenta que hubo compañeros que la defendieron recriminando los hechos al acosador. A ellos, la alumna agredida se dirigió en el grupo del WhatsApp de clase dándoles las gracias, según ha sabido este periódico. Ella era retraída y de pocos amigos, pero la clase reaccionaba en bloque a su favor.
“Descansa en paz”
Compañeros de la chica explicaron este lunes en el instituto que el alumno “le tiraba agua, le daba codazos y la obligaba a hacerle trabajos escolares”. Su familia relató que se había puesto a hacer recados para personas mayores para poder abonar los 50 euros que él le exigía.
Varios profesores señalaron este lunes a EL PAÍS que el acosador “también era una víctima”, un chico con malas calificaciones, y una situación familiar “muy complicada”. En vez de expulsarlo a su casa, llevaba 10 días encerrado en la jefatura de estudios durante el horario lectivo sin salir ni en los recreos y sin móvil, por lo que supuestamente hacía días que no podía ponerse en contacto con ella mientras estaba en el instituto. En el WhatsApp del chico luce un lazo negro. En el perfil de presentación hay tres caritas tristes y un “Descansa en paz…”.
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