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PATÉ DE CAMPAÑA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los héroes están cansados

La militancia sale más tranquila. No hay corrupción. Hay Bienestar. ¿Cuantas calles durará esa sensación?

UPF, Carrer de Roc Boronat, campo semántico Glòries. Glòries es la metáfora de Barcelona. Tenía que ser el centro de Barcelona, según Cerdà, cuando Barcelona tenía que ser, snif, según Cerdà. Pero está patas arriba desde Cerdà. Cerdà es, en Barcelona, lo que Napoleón en Europa. Donde no sentó cátedra, aún se están pegando boinazos.

Anyway. UPF, mítin del Doctor Trias. Plaza dura. Solano. La OMS y el comité de campaña ofrecen a la población desplazada sombreritos blancos con el palabro Trias. Lo que confiere a este encuentro un qué de open de golf. La organización también provee de banderitas. Dos modelos. Catalana ad hoc y estelada. A quien le toca la ad-hoc pone esa cara de quien va a una mani en la calle Génova y le dan la bandera de La Rioja.

Paisanaje, descripción: la plaza no está ni llena ni vacía, y priman personas que se reían más hace décadas, lo que da a la cosa cierto aspecto de spot catalán de Campofrío. De hecho, el acto es quizás un intento de ubicación espiritual. Me dicen que no era un acto previsto. Supongo que es un acto para militancia. Una militancia con la cara que se le pone al militante medio cuando a su partido le embargan 15 locales por corrupción.

Se inicia el acto. Lo presenta Mercè Homs. “Bon dia, familia convergent”. Luego cambia a tono de delegación de Ucrania saludando a delegación rusa y emite un “Bon dia, familia d'Unió”. Presenta el proyecto: “Ni d'esquerres, ni de dretes”, "ni política nova, ni vella"; es, vamos, una mezcla de 15M y ni-ni.

Aparece Trias. Tono afable. Las gafas de Andreu Nin le confieren el aire de un tipo independiente de su entorno. Opta por modular su discurso a partir de esa montura. Se desmarca de su entorno. Defiende su obra pública, la educación —recortada por CiU à gogó— y cosas que ya no existen —“tenim un bon Estat del Benestar”. El Estado del Bienestar murió, en fin y como recordarán, con la reforma constitucional exprés, votada por CiU.

Olof Palme no solo sería ilegal aquí abajo, sino que, con la ley mordaza, no podría manifestarse. Habla de la herencia recibida y defiende su honestidad, aludiendo a la “política de la insinuación”. Ya saben, que Hacienda insinúe cosas que no pruebe. En su discurso, empero, la corrupción demostrada no aparece / es tratada como insinuación. Finaliza el acto. La militancia sale más tranquila. No hay corrupción. Hay Bienestar. ¿Cuantas calles durará esa sensación?

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