38 años de cárcel al falso shaolín por dos asesinatos con alevosía

Juan Carlos Aguilar, el falso monje shaolín, ha sido condenado a un total de 38 años de cárcel por asesinar con alevosía a Yenny Sofía Rebollo, colombiana de 40 años, y a Maureen Ada Otuya, nigeriana de 29 años de edad, el 25 de mayo y el 2 de junio, respectivamente.

Así se recoge en la sentencia firmada por el presidente del tribunal de este proceso judicial, Manuel Ayo, que asume el veredicto emitido por el jurado popular la pasada semana. En ambos casos no se reconoce la causa del ensañamiento y que supuso el principal debate durante las cinco jornadas de la vista oral una vez que Aguilar asumió la autoría de las dos muertes.

En la resolución del juez, el falso shaolín ha sido condenado a 19 años por cada uno de los dos crímenes cometidos tras haber recogido en su vehículo a las dos víctimas en una calle de Bilbao y llevarlas a su gimnasio, en una céntrica zona de la capital vizcaína.

El jurador popular,compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, entendió por unanimidad que el falso shaolín era culpable "de haber dado muerte" a Yenny Rebollo y Ada Otuya, sin que las víctimas hubieran tenido la posibilidad de defenderse". No obstante, rechazó que hubiera habido ensañamiento como consideraban algunas acusaciones.

El juicio comenzó el pasado 17 de abril en medio de un espectacular despliegue mediático, solo comparable con la expectación que despertó la vista seguida contra Juan José Ibarretxe y Arnaldo Otegi por sus conversaciones sobre la paz en Euskadi. En esta primer sesión, y a preguntas del fiscal, el propio procesado reconoció los hechos relatados en el escrito de acusación, en el que pedía un total de 40 años de prisión por dos asesinatos con alevosía. "Lo reconozco todo", aseguró el acusado, en la frase más larga que pronunció en la vista oral ya que Aguilar se mantuvo durante las cinco jornadas en una intencionada posición ausente.