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La ‘madroñosfera’

Cientos de blogs y cuentas de Twitter y Facebook recuperan con fotografías y artículos de investigación la historia de Madrid. El objetivo: mantener vivo el pasado de la ciudad

Corrala engalanada para la verbena de la Paloma, en 1953. Los blogs de Madrid explican, por ejemplo, el origen de estas fiestas.
Corrala engalanada para la verbena de la Paloma, en 1953. Los blogs de Madrid explican, por ejemplo, el origen de estas fiestas.Martín Santos Yubero

Una fotografía de Barajas, recién inaugurado en 1931, acumula casi 300 retuits. En otro punto en Internet, una página dedicada a contar “historias matritenses” suma ya más de dos millones de visitas. Y Google ofrece 13 millones de resultados cuando se le pide que busque las palabras Madrid, historia y blog. Es la madroñosfera, una red tejida a base de blogs, páginas de Facebook y cuentas de Twitter que recupera el pasado de la ciudad para desmontar los tópicos: Madrid es más que Cibeles y la Puerta del Sol y Madrid sí tiene Historia.

Algunos se sienten casi como trovadores, rescatando y recontando relatos del pasado. Otros, como investigadores que desentierran la verdad de los hechos en libros y archivos a los que ya pocos acuden. Unos pocos se ven como simples paseantes que miran la ciudad con ojos curiosos. Los hay que están en la Red desde el principio. Ricardo Márquez abrió el blog Historias Matritenses en 2008, cuando esa madroñosfera —el término que emplean los blogueros para designar a las bitácoras que hablan de Madrid— ni siquiera existía. “Entonces éramos dos o tres. Ahora puede haber un millar de páginas de este tipo”.

Foto de un zepelín sobre la Gran Vía, que publicó el blog Historias Matritenses.
Foto de un zepelín sobre la Gran Vía, que publicó el blog Historias Matritenses.Alfonso Sánchez Portela

Márquez se lanzó a Internet porque quería contar historias de su barrio. Lo que comenzó como una afición, se ha convertido en un trabajo “concienzudo” que le ha permitido publicar tres libros. Horas y horas de búsqueda en archivos —el de la Comunidad, la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, el del PCE…— cristalizan en textos que bucean en la vida de los barrios olvidados de la ciudad. “La historia de Madrid está escrita, pero no del todo. Ahí es donde entran los blogs, que son tan válidos como un libro si uno es riguroso”.

Los textos de Márquez pueden tardar semanas en estar listos y llegan a las 20.000 palabras fácilmente. Manu García del Moral, autor del blog Secretos de Madrid, se queda en 400. Prefiere tratar el pasado de Madrid de forma más “anecdótica”. Empezó a escribir en 2012; se había mudado desde su Pamplona natal para estudiar en la capital y había llegado con la cabeza llena de tópicos: sobre que Madrid no tiene Historia, sobre que no hay nada más allá de “las campanadas en Sol, Cibeles y Neptuno”. Entonces comenzó a caminar por la ciudad y a descubrir rincones llenos de historias que merecía la pena compartir. Ahora tiene 200.000 seguidores en Twitter y otros 60.000 en Facebook, y acaba de publicar su segundo libro.

“El objetivo de todas estas páginas e iniciativas es mantener vivo el pasado de nuestras ciudades”, asegura García del Moral. En los últimos meses, asegura que ha notado una explosión, sobre todo de cuentas en Facebook y Twitter que comparten fotografías antiguas de la ciudad. “El primer sorprendido fui yo, no creía que la historia de Madrid fuera a atraer a tanta gente. Pero cuando cuentas cosas interesantes y amenas, funciona”.

Para Eduardo Valero, responsable del blog Historia Urbana de Madrid, este creciente interés por redescubrir el pasado tiene mucho que ver con el auge de las rutas turísticas guiadas. Y mientras otros recorren la ciudad en busca de esquinas con pasado o preguntándose por qué la calle de la Cabeza se llama así, él prefiere centrarse en los personajes que han desfilado por esas calles y en “la Historia en tiempo real, pero de otro tiempo”. Por eso elabora sus textos partiendo siempre de una noticia publicada en los periódicos de la época para, picando de aquí y de allá, tratar de descubrir los hechos. “No soy un catedrático”, puntualiza, “me fijo también en la parte más humana y en el sentimiento”.

De los cafés antiguos al Madrid que no fue

Durante años, Rosario Giménez ha ido recopilando datos y anécdotas de "esos lugares que parecían no importarle a nadie": tiendas, tabernas y, sobre todo, cafés. Su blog, Antiguos cafés de Madrid y otras cosas de la Villa, es fruto de "la curiosidad que me lleva a averiguar lo que había antes de aquello que hay ahora". No es el único rincón de la madroñosfera que busca el detalle en la fotografía de la historia de la ciudad, en lugar de la visión panorámica de otros blogs.

A Luis David Zapata, lo que le despierta la curiosidad son aquellos edificios y proyectos que nunca pasaron del papel a la realidad. Su página El Madrid que no fue arrancó hace un año. "Cuando empecé, parecía que todo estaba inventado. Pero me di cuenta de que los blogs que había hablaban del Madrid que conocemos, pero existe una ciudad desconocida por muchas, la que no se llegó a construir, que es igual de interesante".

Las historias de Madrid que se escriben en un blog y en las redes sociales nunca se quedan sin fuentes de inspiración: en Anacrónicos sienten predilección por el siglo XIX y llenan Twitter de imágenes románticas; Cines de Madrid rescata la memoria de las salas desaparecidas; y Guerra en Madrid, administrado por tres blogueros, reconstruye "historias inéditas" de la Guerra Civil en la ciudad.

La vida de Madrid, cuenta Valero, está construida en muchas ocasiones sobre historias que no se corresponden con lo que realmente ocurrió. Como la idea repetida “infinidad de veces” de que la fuente de la Puerta del Sol, inaugurada en 1860, era la misma que antes había estado en la calle Ancha de San Bernardo, un relato que Historias Matritenses documentó como falso. Mercedes Gómez, que abrió su blog Arte de Madrid hace seis años y desde entonces ha publicado 400 textos, asegura que “Madrid está muy hecha de leyendas, y eso es bonito, pero hay que investigar las fuentes para comprobar a qué corresponde la realidad”.

Rafael Martín, del blog La muralla reciclada, no se ve en ese papel de investigador. “No busco el rigor en el sentido académico. Asumo cualquier tipo de leyenda porque me interesa reforzar la idea de que las ciudades están hechas para la gente. Y las leyendas son algo vivo que crean las personas”. De una generación “preinformática”, pues tiene 74 años, autoeditó un libro sobre la muralla, pero tenía tanta información que las páginas se le quedaron pequeñas y por eso se mudó a un blog. “Se dice Madrid tiene muy poca Historia. El madrileño siempre se ha sentido muy universal, pero desde hace unos años sí hay un interés por conocer nuestro pasado”.

Los blogs son lugar para los textos densos y la lectura reposada. Pero en Twitter y Facebook, las fotografías del Madrid antiguo atrapan la atención; allí, el público prefiere compartir una instantánea antes que leer. Una foto de un barquillero en los altos de la Moncloa en 1908, otra de un grupo de traperos bajando por Bravo Murillo... La queja de los más puristas es que, en las redes sociales, la información queda descontextualizada. Sin un texto que explique la imagen, ese retrato se convierte en munición para el retuit o el me gusta, sin profundizar ni aprender nada nuevo. El autor de Secretos de Madrid difiere: “Una fotografía es el mejor testigo de lo que ocurrió”.

Pero una imagen antigua puede ser una ventana para descubrir la leyenda de que Francisco I estuvo encerrado en la Torre de los Lujanes, para hacer un recorrido por el Madrid de Galdós o para emprender un viaje nostálgico por el transporte público en la ciudad. Los temas sobre los que investigar y escribir no se agotan. A Carlos Osorio, del blog Caminando por Madrid, le atrapan las tabernas. Él es también uno de los pioneros en la madroñosfera, abrió su página en 2006 y ahora vive de ello y organiza rutas guiadas. “La filosofía es mirar detenidamente lo que hay nuestro alrededor. Madrid tiene muchísima historia, muy rica y muy diversa. Esa es su seña de identidad”.

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