Buena confitura
Nuria Graham, una artista de actitud diminuta y un talento descomunal cantando
Sin hacer casi ruido, con esa ingenuidad propia de quien tiene 18 años. Así es Nuria Graham sobre un escenario, una artista de actitud diminuta e incluso tímida que aún no domina los resortes de estar siendo mirada, pero que en cuanto comienza a tocar la guitarra o a cantar deja ver que hay un talento descomunal que evoca el dicho del "pot" y la confitura. Sólo tiene una maqueta y un disco, que el sábado presentó en público mediante un concierto irreprochable. Parece que Nuria, con música en las venas por partida doble, padre irlandés y nacida en Vic, tierra de músicos, no ha venido por casualidad y no marchará sin dejar recuerdos.
En su concierto destacó por muchas razones. Por un lado tiene canciones melódicamente irreprochables, tocadas por una vocación pop que no conduce a estribillos trillados. Por otro lado esas canciones, tocadas también por la fragilidad del folk, están arregladas de manera original, jugando con teclados, efectos, prescindiendo eventualmente del bajo y, en suma, moviéndose por sonoridades sino renovadoras, que no, sí al menos inhabituales. Igual que la forma de usar la guitarra eléctrica de Nuria, quien parece buscar sonidos y desarrollos no lineales con el instrumento sin que ello aumente la dificultad de disfrute formal de sus canciones, en el fondo, sencillas. El remate es su voz, una voz sencillamente estupenda, delicada pero potente, dúctil y llena de colorido, capaz de mostrar a la vez fragilidad y presencia. Actuó acompañada por un dúo, un batería y un multinstrumentista encargado de guitarras, teclados y bajo, todos ellos envueltos en un juego de luces tan simple como efectivo. Entorno estético idóneo para la entrega delicada y un pelín tímida de Nuria y sus canciones.
Y canciones tiene un buen ramillete. Bad Luck, canción de letra triste, es la esperanza hecha melodía; Cristhoper entra sin hacer ruido para quedarse en la memoria; You Fall Asleep So Easily es, simplemente, una canción preciosa y As Sweet, una composición que proviene de su maqueta, desarma con su juego de guitarra, melodía y voz. Es sólo el comienzo de una carrera, pero Núria Graham tiene sobrados recursos para concluirla dejando en la memoria una voz precisa al servicio de canciones que no suenan cada día. Hoy por hoy ya muestra una destacable madurez compositiva.
Nuria Graham
Auditori
11 Abril 2015
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.