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Capital de ritmos sintéticos

Hoy comienza Electrónica en Abril, que trae durante tres días a La Casa Encendida a músicos de raíz digital. Una cita importante para una ciudad en la que crece el interés por los sonidos con alma mecánica

El artista británico Powell, una de las actuaciones más esperadas de Electrónica en Abril.
El artista británico Powell, una de las actuaciones más esperadas de Electrónica en Abril.David Wohlschlag

La música electrónica pasa por una buena racha en Madrid. Hablar de renacimiento sería una exageración y los promotores con más experiencia recuerdan la efervescencia de los años noventa con nostalgia, pero es innegable que muchos de los sonidos más interesantes que recalan y que salen de la ciudad son digitales. Y la longevidad del festival Electrónica en Abril, que celebra entre hoy y el domingo su decimotercera edición es una de las pruebas.

Fundada en 2003, Electrónica En Abril es una de las citas señaladas de los aficionados españoles a la música más experimental. Es un festival pequeño con una sola sede, La Casa Encendida, y dos escenarios: el auditorio y el patio de ese edificio de la Ronda de Atocha. Los conciertos, un máximo de cuatro por jornada, son en horario de tarde,—el primero comienza a las 19.00 y el último a las 22.30— y las entradas tienen un precio asequible, cinco euros por día para las actuaciones en el auditorio y 10, para los que se celebran en el patio.

Electrónica En Abril, día a día

ABRAHAM RIVERA

Consagrado a la parte más creativa de la electrónica y con escasas concesiones a lo comercial, el cartel artístico de Electrónica En Abril merece un repaso detallado.

Viernes

La artista peruana María Chávez lleva tiempo investigando las posibilidades sonoras de los tocadiscos a través de su manipulación. En sus performances transforma este aparato en un instrumento amplificado con el que improvisar. Por otra parte, el trío de artistas nacionales Niño, Lost Twin y Sunny Graves se une por primera vez, auspiciado por el festival. Las jóvenes promesas de la electrónica han tomado como inspiración la música que rodea las ceremonias funerarias en el Tíbet para realizar un directo formado por sonidos progresivos cercanos al kraut y al ambient. Como colofón, DJ Marfox y Niagara, dos de los músicos pertenecientes al sello portugués Príncipe Discos, principal renovador de un discurso que tiene los ritmos de inclinación africana, mezclados con el house más primitivo, como elemento diferenciador.

Sábado

Es el día de la experimentación y el baile extremo. El sello catalán Anomia es un referente dentro de los sonidos más abruptos que se adentran sin miramientos en la pista de baile. Algunos lo han definido como fluxus techno, por tener un pie en lo artístico y el otro en el club. Dos de sus artistas, N.M.O. y Exoteric Continent, serán los encargados de acercarse a estas músicas hipnóticas. Dentro de esta corriente, que utiliza la electrónica como espacio, se puede incluir al húngaro Gabor Lazar.

Para finalizar, uno de los nombres llamados a modernizar el lenguaje del techno: Powell. Sus temas aglutinan referencias del primer pos-punk, donde la abstracción y el ritmo juegan un papel predominante. Es quizás el concierto más esperado del festival por la visceralidad con la que se enfrenta al directo. Su próxima cita en España será en el Sónar.

Domingo

El último día da cabida a movimientos que tienen como principal mérito utilizar géneros del pasado para ofrecer nuevas miradas sobre ellos. Esto ocurre con el gospel-funk del cantautor Clarence Clarity, quien mira a artistas como Prince para explorar el fructífero campo del rhythm and blues. Otra figura que echa la vista atrás para regresar al ahora con un trabajo radical e innovador es el joven compositor Danny L. Hare. Protegido del sello PC Music, su obra se centra en la exaltación y banalización del pop comercial de las últimas dos décadas. El festival se cierra con el productor Mumdance y el rapero Novelist. Dos renovadores del hip-hop inglés que se valen de las fórmulas del uk garage y el hardcore aparecido en los noventa. Con estos mimbres construyen una obra que homenajea a aquella época sin resultar una simple imitación.

Todas estas características, le sitúan a años luz de macrofestivales como el Sónar barcelonés, un referente mundial, pero al mismo tiempo han servido de modelo a otros como el Laboratorio de Electrónica Visual de Gijón, que celebrará su novena edición entre el 30 abril y el 2 de mayo.

Puede resultar paradójico hablar de un repunte de la música electrónica en Madrid cuando es evidente que la noche de la capital no pasa por su mejor momento. Una regulación para la música en directo más restrictiva que la de otras capitales de su mismo tamaño o la falta de locales han hecho que cunda la desmoralización en el sector de la cultura y el ocio nocturno. Pero el repunte de la electrónica cuenta con la ventaja de que no es un fenómeno puramente local, sino una tendencia global. Esto se percibe en el cartel de Electrónica En Abril en el que se dan cita creadores peruanos, húngaros, portugueses, británicos, catalanes o madrileños. “Está pasando en todas partes, desde Japón a Brasil, y por supuesto en España. Al haber un acceso más sencillo, vía Internet, a esa música y haberse abaratado la producción, la creación resulta más cercana y da la impresión de que hay más propuestas. Es como si el ecosistema de la electrónica se hubiera ampliado. Pero quizás sea nuestra percepción del fenómeno la que ha crecido. Es posible que todo esto siempre haya estado ahí, y somos nosotros los que ahora lo vemos”, dice Frankie Pizá, que este año debuta como comisario del certamen madrileño. Este mallorquín de 27 años es junto con el veterano José Luis Villalobos, el responsable de la programación artística del festival.

Hay quien apunta a que parte de esta atención renovada que recibe la electrónica se debe también al éxito mundial de la llamada Electronic Dance Music (EDM). Es una etiqueta de trazo grueso que se usa generalmente en tono despectivo, para definir a una música pensada para el baile que ha conseguido algo que no había logrado la electrónica en ninguna de sus encarnaciones anteriores: que en Estados Unidos el techno sea música de masas.

Actualmente Las Vegas y Miami son capitales tan importantes para el techno como Ibiza o Berlín y eso tiene la capacidad expansiva que recibe todo lo que triunfa en los países anglosajones. Artistas como Skrillex o David Gueta son estrellas mundiales con un tirón similar a las de sus homólogos del rock. Habría que remontarse 15 años, hasta finales de los noventa, para recordar algo parecido. Y el EDM congrega a mucho público en todas partes, incluido Madrid. La noche en que cinco jóvenes murieron en una avalancha en el Madrid Arena, la estrella era el dj estadounidense Steve Aoki, estrella del EDM. “Ese tipo de producto, que es una mercantilización de la electrónica, ha arrasado en EE UU. Pero no estoy muy seguro de que haya recorrido el camino a la inversa y haya influido a la música europea”, asegura Pizá.

Mumdance y Novelist

Es todavía más paradójico que el aumento del IVA en las entradas de los conciertos hasta el 21% haya favorecido la contratación de músicos electrónicos. Según los datos de la Asociación de Promotores Musicales el número de conciertos ha bajado un 22% desde la implantación de esta medida, pero los profesionales consultados para este artículo destacan que no en la misma proporción para grupos de rock y dj’s. “Hoy se corren menos riesgos”, dice un promotor especializado en grupos de rock. “Si antes una banda llenaba una sala mediana, para la siguiente visita reservabas directamente en una más grande. Ahora te lo piensas”. Es un círculo vicioso, las entradas se encarecen, va menos gente a los conciertos y como consecuencia se traen menos grupos. “Si antes no cumplías expectativas en un par de fechas al mes, no pasaba nada, lo compensabas con los otros. Pero ahora no te lo puedes permitir”.

Y en ese contexto la música electrónica resulta menos arriesgada. “Obviamente es más rentable traer a alguien que solo mueve un portátil o un controlador que a un grupo de cinco personas con sus guitarras y su batería”, reconoce Pizá. “Pero no creo que sea una consecuencia. O no la principal. No creo que haya ahora más gente interesada en la electrónica porque haya mayor oferta”.

Laurel Halo actuando en Electrónica en Abril 2014
Laurel Halo actuando en Electrónica en Abril 2014

Porque todo esto no significaría nada si no hubiera una mayor demanda por parte del público y no solo para eventos como Electrónica en Abril. Hace unas semanas se hacía pública la programación de Mulafest, que se celebrará entre el 25 y el 28 de junio en el Parque ferial Juan Carlos I: casi el 100% de los artistas tienen relación con la electrónica. En los últimos tiempos da la impresión de que haya más público de sonidos analógicos interesado en lo digital que a la inversa. “Es lógico”, afirma Pizá. “Y tiene mucho que ver con que se han abaratado los programas y las herramientas para hacer electrónica. Están llegando a muchos chavales que quieren aprender, y tienen ilusión, y eso favorece un flujo de creación imparable”.

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