Gure Esku Dago reactiva la movilización por el derecho a decidir
La plataforma levantará urnas gigantes con trozos de tela el 21 de junio
El próximo hito de Gure Esku Dago, la plataforma ciudadana que promueve el ejercicio del derecho a decidir en Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, llegará el 21 de junio con la formación de sendas urnas gigantes en las tres capitales vascas y Pamplona, una iniciativa que pretende visualizar los anhelos de una parte de la sociedad vasca a favor de la libre determinación de su futuro político. “Será un paso más en nuestro objetivo de profundizar en la socialización de un derecho democrático, sin divisiones, con ánimo incluyente e integrador”, explica su coordinador, Ángel Oiarbide.
Las cuatro enormes urnas se erigirán con la unión de miles de telas que Gure Esku Dago está repartiendo en todos los municipios. Son retazos de tres metros de largo por 70 centímetros de ancho que aúnan 20 voluntades de otros tantos ciudadanos. “Cada persona habrá personalizado su tela con un escrito, un dibujo, una frase… Con ello queremos simbolizar la pluralidad y diversidad de las voluntades del pueblo vasco”, asegura Oiarbide, porque “en torno al derecho a decidir, todos tenemos cabida, los nacionalistas y los no nacionalistas”.
Gure Esku Dago puso en marcha esta nueva dinámica para dar un nuevo impulso el derecho a decidir de los vascos tras el éxito alcanzado el 8 de junio del año pasado con la cadena humana que formaron unas 150.000 personas (según datos de la organización) entre Pamplona y Durango (123 kilómetros de distancia), una movilización social “sin precedentes” que logró triplicar la cifra de participantes prevista inicialmente.
La red se extiende hasta América
La plataforma ciudadana Gure Esku Dago, ya constituida como una asociación cultural que pretende “socializar la legitimidad del derecho a decidir”, pretende actuar en cinco ámbitos (identitario, socioeconómico, académico, político y comunicativo) y buscar “una complicidad entre todos ellos”.
“Dando pasos, lo que hoy imaginamos, mañana podrá ser una realidad”, afirma Oiarbide.
Su equipo de trabajo se afana estos días en coordinar a las 170 comisiones repartidas por toda la geografía vasca y navarra.
Incluso en la diáspora se están formando grupos en los que se van a tejer telas. Es el caso de la comunidad vasca que vive en Buenos Aires. “En la Plaza de Mayo se coserán las telas y se enviarán a Euskal Herria. También habrá grupos similares en Nueva York o San Francisco”, aseguran los organizadores.
“Queremos expresar que la urna nos une. No hace falta que lo digan los políticos, tertulianos o catedráticos. La ciudadanía tiene mucha más fuerza de lo que pensamos. Llegará un momento en que la reclamación social será tan aplastante que no habrá forma de impedir el ejercicio del derecho a decidir”, sentencia Oiarbide.
La red ciudadana celebró en septiembre una asamblea en la que se abrió una reflexión (“nos pusimos en el precipicio”, dice Oiarbide) y se estableció un proceso dividido en tres fases: “primero, tejer voluntades; después, consensuar, acordar, y finalmente decidir, ejecutar”.
El programa Jostunak (costureros) dio arranque a la tarea de “ir tejiendo adhesiones” mediante la adquisición de un retazo de tela y el pago de un euro por persona. “Para que nuestra decisión sea posible es necesario profundizar en el trabajo en común entre diferentes. Debemos aunar y consensuar la voluntad de la ciudadanía y tejer entre todos”, aseguran los responsables de Gure Esku Dago.
Durante estos meses, “pueblo a pueblo, en las capitales, en las comarcas y en cada uno de los territorios de Euskal Herria” se han ido sumando adhesiones personales, aunque aún no se han cuantificado el número de trozos que terminarán cosiéndose. El próximo 25 de abril se hilvanarán todas las telas, con las que finalmente se formarán las urnas gigantes. Gure Esku Dago solo ha desvelado que la de Pamplona se instalará en la plaza de toros, pero mantiene el secreto el emplazamiento exacto en las tres capitales vascas, así como la forma en la que se montarán las urnas.
“Queremos costureros de la voluntad de la ciudadanía. Las urnas estarán formadas por miles de pequeñas telas en las que cada persona habrá dejado inscrito un deseo, un sueño”, afirma el coordinador de Gure Esku Dago. Con esta metáfora, Oiarbide quiere trasladar la necesidad de “tejer confianzas entre diferentes”, porque “aquí no sobra nadie, valen todas las sensibilidades políticas”. “Nuestro objetivo no es unir a los nacionalistas. La reivindicación del derecho a decidir no es nacionalista; es prepolítica, democrática”, añade.
Los organizadores quieren formar un enorme mosaico de telas, una movilización colorista y festiva, que contribuya a “extender a toda la sociedad que existe un mayoría a favor de ejercer el derecho a decidir”. Se trata, según Gure Esku Dago, de un principio aceptado internacionalmente que se reivindicó en el Aberri Eguna de 1978 y figura en la carta de derechos de Udalbiltza, en un acuerdo del Parlamento vasco de 1990, en el pacto de Lizarra de 1998, en el plan Ibarretxe de 2004 e incluso en el cuarto punto de la Declaración de Aiete (2011).
Gure Esku Dago toma como referencias “la enseñanza de Escocia” y la “normalidad” con la que “todas las sensibilidades políticas del país acudieron a las urnas”, así como la experiencia de la consulta catalana, asegura Oiarbide.
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