Los sindicatos tachan de electoralista el inicio del derribo de la Modelo

El día de la foto ha llegado. El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y el consejero de Justicia, Germà Gordó, tienen previsto presidir este mediodía el inicio del derribo de la cárcel Modelo de Barcelona. Es un derribo simbólico, del edificio del centro abierto, en la esquina entre las calles de Entença y Rosselló, en el Eixample. Un edificio de tres plantas que permitirá crear una plaza de algo mil metros cuadrados.

Pero los sindicatos critican que el cierre del centro abierto se haga sin que esté construida el futuro centro de la Zona Franca y lo tachan de “precipitado” y “electoralista”. Ni siquiera se ha iniciado el desarrollo urbanístico de la futura cárcel. Mientras, los 160 presos de tercer grado han sido reubicados en una galería de la propia Modelo y en la antigua cárcel de jóvenes de la Trinitat.

“Es un buñuelo en toda regla. Han movido internos 50 metros y han masificado Trinitat para hacer la foto”, advierte el responsable de prisiones de UGT, Xavier Martínez. Y explica que en la Trinitat incluso “se han habilitado salas como celdas para seis internos” y que “algunas no tienen ni baño”. La solución provisional, que se prolongará no menos de dos años, también “empeora la situación de los 40 trabajadores”. Martínez también subraya que los presos de régimen abierto pasarán de estar en un edificio independiente, al interior de la cárcel.

El viernes pasado, vecinos de la asociación de la Izquierda del Eixample y trabajadores del sindicato ACAIP (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, mayoritario en esta cárcel) protestaron ante el Ayuntamiento.

El cierre definitivo de la Modelo, previsto para 2017, es fruto del convenio firmado en octubre por el que el Ayuntamiento compra a la Generalitat el suelo de la cárcel y construye la nueva. En total, 39 millones.