Estructuras de Estado
Se dan pasos para crear estructuras ficticias de Estado, mientras se desmantelan las relamente existentes
Estos últimos años los ciudadanos de Cataluña hemos hecho un cursillo acelerado de nuevos términos (¿políticos?) gracias a la aportación de los líderes del independentismo tanto político (CiU y ERC) como social (ANC i Òmnium): Procés (la sabiduría popular lo ha transformado en el prucés), estructuras de Estado, elecciones plebiscitarias, consulta alternativa, transición nacional de Cataluña, Pacte nacional pel dret a decidir. Tanta diversidad hará las delicias de los estudiosos de la ciencia política, que podrán reflexionar si estos términos y sus definiciones se acercan más a la revelación que a la ciencia.
La que más me llama la atención es la creación de estructuras de Estado. Los dos partidos de Gobierno (CiU y ERC) han acordado que las elecciones anticipadas se celebrarán el 27 de setiembre (si la duda de Junqueras no lo impide) y que mientras tanto se crearán unas estructuras de Estado para avanzar en el supuesto caso que el nuevo Gobierno decida declarar la independencia de Cataluña. O sea, adelantarse a la opinión de la ciudadanía, utilizar recursos públicos en beneficio de su opción ideológica y utilizar tota la maquinaria del Gobierno para incidir en el voto ciudadano. Todo hecho con mucha ilusión pero con poco sentido democrático.
En el Llibre Blanc de la Transició Nacional de Catalunya, elaborado por un consejo asesor áulico, se estableció cuáles deberían ser las estructuras para crear un Estado nuevo. El Gobierno catalán comprobó que eran muchas y que hasta el 27-S no tenían tiempo de elaborarlas todas y se limitó a escoger sólo seis, supongo que deben ser las imprescindibles para poner los cimientos del supuesto nuevo Estado.
Los líderes del nuevo Estado parecen unos chapuceros que no saben qué se traen entre manos
Manos a la obra. ERC y CiU decidieron incluir en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos esas seis estructuras. Era tanta la ilusión que no prestaron la suficiente atención a la redacción y a las posibles ilegalidades del texto. El Consell de Garanties Estatutàries de la Generalitat emitió un dictamen en el que considera que cinco de las seis estructuras de Estado desbordaban la Constitución y el Estatuto. El Consejo concluye que los proyectos de ley de la agencia tributaria, el de la autoridad catalana de la competencia, el de infraestructuras críticas, el de seguridad nuclear y el del reparto de dividendos entre la Generalitat y el Estado no se ajustan a ninguna de las dos normas.
Los líderes del nuevo Estado parecen unos chapuceros que no saben qué se traen entre manos. A pesar de todo avanzan con rumbo fijo y ya han puesto al frente de tamaña misión a unos comisarios políticos de ERC que vigilarán que los de CDC sean productivos y no se entretengan con las homilías dominicales de Duran i Lleida contra el Procés.
Les revelo un secreto a voces. No tienen ni intención ni capacidad de crear nada nuevo. Es una nueva trampa para que no nos demos cuenta de lo que han pactado y lo que sí están haciendo: la destrucción de las estructuras de Estado existentes: la sanidad, la educación, los servicios a la dependencia, el patrimonio público, la gestión pública del agua, el patrimonio natural, la universidad.
Veamos algunos ejemplos: un bien común y un derecho de acceso básico como es el agua ha pasado a manos privadas con la venta de la empresa pública Aigües Ter-Llobregat. La gestión privada del agua afecta al 83% de la población catalana y el 74% del monopolio está en manos de AGBAR (propiedad de La Caixa). Con el Gobierno de CiU y ERC el suministro, el caudal ecológico de los ríos y la explotación de los acuíferos estará en manos del beneficio privado.
La sanidad pública está sufriendo un proceso de degradación por los graves recortes presupuestarios y de personal, mientras se privatizan servicios y se deja en manos privadas la gestión del derecho básico a la salud. En todo este proceso los casos de corrupción y malversación de fondos públicos han sido notorios. Las escasas políticas medioambientales que han logrado superar el aniquilamiento del Gobierno tienden a entender el patrimonio natural como una mercancía, en un modelo donde los parques naturales solo pueden subsistir si hay negocio privado.
Para Mas, la cooperación público-privado es un elemento básico para crear las nuevas estructuras de Estado. La traducción concreta ha sido BCN World, que ha supuesto un pelotazo inmenso para La Caixa, ya que el Gobierno catalán le ha recalificado unas 500 hectáreas de terreno rústico, que ha pasado a ser urbanizable. Se desarrolle o no el proyecto, ellos ya tienen el negocio hecho.
Así pues, ¿qué son las nuevas estructuras de Estado? Hasta donde sabemos, vista la práctica del Gobierno y de sus socios, consiste en el desmantelamiento de las estructuras públicas y su privatización, ya sea de la propiedad ya sea de la gestión, en el bien entendido de que cualquier agujero o fiasco privado será rápidamente cubierto con los recursos públicos. Todo un ensayo de lo que significará el nuevo país.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia
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