Se vende mansión de narcotraficante
La justicia embarga viviendas de históricos capos por valor de 90 millones que subastará el Estado
Casi ninguno de los millonarios capos del narcotráfico en Galicia han logrado poner a salvo su fortuna engordada durante décadas. Chalés con fachadas ostentosas o discretas pero sin escatimar lujos por dentro (casi todos con zulo incluido), edificios, aparcamientos, hoteles, fincas y locales comerciales han sido embargados en procesos por blanqueo que han empezado ahora a tener resultados después de años de litigios.
Más de 90 millones de euros en propiedades inmobiliarias han sido incautadas por orden de las cinco últimas sentencias judiciales contra capos gallegos. Algunas ya están a punto de salir a la venta y otras tienen que esperar a que el Tribunal Supremo confirme el decomiso. A estas tasaciones de la Agencia Tributaria hay que añadir al menos otros 50 millones de euros más procedentes del dinero en efectivo incautado en bancos, la mayoría extranjeros, además de joyas y obras de arte. Con las embarcaciones de recreo se está procediendo a su venta anticipada para salvarlas de la ruina, mientras el centenar de coches que aparecen en el catálogo de bienes pasan casi todos a formar parte de la flota del Ministerio de Interior.
Procesos como los de Laureano Oubiña; Marcial Dorado; Juan Carlos González, Culebras; José Antonio Pouso, Pelopincho; David Pérez Lago —hijastro de Oubiña— Roberto Leiro o Manuel Carballa, entre otras, han sido con diferencia los mayores varapalos que ha propinado la justicia después de algunos fracasados intentos de decomisar patrimonios enteros como el de Los Charlines, cuyos bienes fueron embargados en 1996. La batalla contra este extenso clan todavía se debate en los tribunales y, aunque se han subastado algunos bienes, otros están de nuevo en manos de la justicia, los que la familia recuperó pujando en las subastas a través de testaferros.
La residencia de Marcial Dorado en A Illa de Arousa, tasada en 3,5 millones de euros, es una de las que está amenazada con la subasta. El decomiso se ha paralizado al haber recurrido Dorado al Supremo el fallo de la Audiencia Nacional que acordó en febrero que todo el patrimonio pase al Fondo de Bienes del Plan Nacional sobre Drogas para su venta. Los inmuebles se tasaron en 18 millones de euros, además de otros cuatro millones en dinero y barcos.
Rodeada de una finca de 4.000 metros cuadrados frente al mar, la casa pasó de tener 130 metros cuadrados construidos en los años ochenta a más de 1.000 en la actualidad, aparte de las dos piscinas (una interior) y cancha de tenis, según se describe en el extenso inventario del Servicio de Vigilancia Aduanera que también incluye otras residencias como las dos intervenidas en Portugal. Una de ellas la rodea una finca de 153.000 metros cuadrados y la otra de 25.000.
Una tasación similar se hizo de la vivienda familiar en la zona residencial de Panxón (Nigrán) de Juan Carlos González Martín, Culebras, otro miembro de la vieja guardia del narcotráfico al que la Audiencia de Pontevedra condenó la semana pasada también por blanqueo. El chalé, de 400 metros construidos, está situado en una exclusiva zona que rodea Monteferro y allí se encontraron 70 obras de arte, algunas de cotizadas firmas como Laxeiro o Quesada. Este jubilado que cobraba una pensión de invalidez desde los años ochenta, cuando ya estaba en la lista negra de narcotraficantes, blanqueó un patrimonio de casi 30 millones de euros, la mayor parte procedente de pelotazos inmobiliarios en el área de Vigo. Todo ha sido embargado.
El Plan Nacional ya comenzado a subastar bienes de José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho, desaparecido en 2011 sin que la policía haya podido confirmar si fue asesinado por mafias marroquíes a las que les debía el dinero de un alijo. El Supremo casó la sentencia de la Audiencia de Pontevedra hace dos años por la que se embargaron 130 inmuebles tasados en 15 millones. Una valoración que en principio era mucho mayor, pero que se devaluó en más de cinco millones por las demoras en la instrucción y la falta de una administración judicial que controlase el patrimonio.
Uno de los cuatro chalés lujosamente amueblados que tenía Pelopincho, en Brión, cerca de Santiago, que irá a subasta, cuenta con un moderno zulo, parecido al que Manuel Charlín tenía en su casa de Vilanova y del que se resistió a salir cuando fue detenido en 1996 por blanqueo. Pelopincho lo construyó dentro de un despacho y se accede a él a través de una pared con mando a distancia. Cuenta con otro más pequeño disimulado en la pared de un cuarto de baño donde se encontraron más de un millón de euros en metálico y joyas.
Los zulos en la trastienda del mobiliario se pusieron de moda cuando el colchón o los agujeros bajo tierra para ocultar los fajos de dinero dejaron de ser seguros, además de servir de escondite frente a la policía, aunque no siempre sea un refugio seguro. El chalé de Rafael Bugallo, O Mulo, en Cambados, otro de los que están embargados, tenía uno detrás del armario de su dormitorio. Allí se escondió cuando en enero le buscaba la policía por un alijo de cocaína. La policía tuvo que mover los muebles y poner la casa patas arriba para encontrarlo.
Aunque el negocio de la droga empezó a ser más que rentable desde principios de los años ochenta, no fue hasta 2008 cuando el Estado subastó la primera propiedad decomisada a narcotraficantes gallegos. El Pazo de Baión, que había pertenecido a Laureano Oubiña —el que fuera número uno del tráfico de hachís— se vendió a una cooperativa de albariño de las Rías Baixas por 15 millones de euros, después de estar gestionado 13 años bajo la tutela de la Audiencia Nacional. El chalé de Oubiña en Vilagarcía, que también lleva años embargado y a medio construir, está pendiente de salir a subasta por segunda vez después de que un constructor que le reclamaba unas deudas lograra la suspensión de la venta. Está valorado en más de 360.000 euros. Su hijastro David Pérez Lago también se ha quedado sin el espectacular chalé que estaba construyendo en Aguete (Marín), valorado en 400.000 euros, y otro en Las Rozas (Madrid) de casi un millón de euros, entre otros inmuebles decomisados.
Todavía quedan en la recámara el juicio por blanqueo contra Ramiro Vázquez, con otra enorme lista de bienes incautados, y la sentencia que está a punto de salir del clan del difunto Manuel Abal Feijoo, Patoco. En ambos casos los embargos suman más de 30 millones y en el inventario de Hacienda también hay dos hoteles, uno en Ribadumia y otro en Sanxenxo.
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