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Fotogramas, bicicletas y carreras

La tercera edición del Bicycle Film Festival llena Madrid de cultura ciclista desde Matadero Madrid, con 26 películas, tres exposiciones y una fiesta

Pablo León
Fotografía dentro de la muestra del Bicycle Film Festival.
Fotografía dentro de la muestra del Bicycle Film Festival.Lino Escuris

Todo empezó con un accidente de tráfico y una bici. El ciclista urbano neoyorkino Brendt Barbur, de 43 años, fue golpeado por un autobús y durante su aburrida convalecencia, se le ocurrió vincular películas con pedales. “Decidí sacar algo positivo de esa desagradable experiencia”, cuenta. El Bicycle Film Festival (BFF) fue el resultado de sus cavilaciones; un festival de cine itinerante que se ha celebrado en más de 20 ciudades y que, durante todo el fin de semana, desembarca, por tercera vez, en Madrid. Dos exposiciones, 26 producciones, entre cortos y películas, y cuatro sedes: Cineteca, Espíritu 23, Slowroom y Charada.

En la sala de proyecciones de Matadero Madrid (Plaza de Legazpi, 8) se mezclarán fotogramas con pedales en cuatro sesiones —con siete películas cada una— dos, el sábado y otras dos el domingo; (entrada 4 euros). Clean Spirit, del neerlandés Jan Roeleven, relata la experiencia de practicar la alta competición sin recurrir al dopaje; Lucas Brunelle goes to Africa cuenta la historia del propio Brunelle, que recorre en bicicleta y acompañado de unos amigos el continente mientras que Little Timmy and the dirt es un corto que se centra en la historia de un chaval sudafricano y su pasión por las bicis BMX.

Ride Fast, otra de las fotos de la muestra.
Ride Fast, otra de las fotos de la muestra. Lino Escuris

“Hay un poco de todo”, dice Jaime López-Doriga, uno de los organizadores del evento. “Películas de viajes, sobre las disciplinas urbanas y alguna ficción”. En el programa dominan los documentales, de entre 3 minutos y una hora, como el multipremiado Havana Bikes, dirigido por el español Diego Vivanco que filma la historia de las bicicletas en la capital de Cuba durante los noventa, cuando el gobierno de Castro, mediante el denominado Plan Especial animaba a la población a utilizar el transporte alternativo ante la falta de combustible.

“Mi accidente me hizo pensar mucho”, dice Barbur. “Al crear este evento, mi objetivo era vincular las bicicletas no solo con el cine sino también con el arte y la cultura”, cuenta el ideólogo de la cita en 2001. De ahí que, además de las películas, el BFF acoja tres exposiciones. Una de pintura, del artista Manu Campa, conocido por sus cuidadas pinturas de bicicletas en Espíritu 23 (Calle Espíritu Santo, 23; gratis). En ese mismo espacio tiene lugar una muestra de fotografía y bicicletas en la que mostrarán sus trabajos Lino Escuris, Fernando Marmolejo, Brazo de Hierro y Gianfranco Tripodo, ganador del tercer premio del WorldPressPhoto.

Una selección de 13 trofeos de caza muy particulares sorprenden en la tienda de bicis Slowroom (Plazas Salesas, 2). Representan animales, pero están realizados a mano con restos de bicicletas por el estudio Neumatikworks. “Esperamos unas 400 personas por día”, dicen desde la organización, que comenzó con este proyecto hace cuatro años. “El año pasado no se celebró por un problema de tiempo. La cita requiere mucho trabajo y no íbamos a poder dar al BFF el mimo que necesita. Preferimos parar un año para organiza algo potente para esta edición”, reconoce Miguel Gatoo, al frente del proyecto. “Queremos que la ciudad se entere”, agrega.

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Desde el cuartel general del BFF han considerado que la mejor manera de llamar la atención es organizar una Cicloparty el sábado en Charada (Calle de la Bola, 13). “Vamos a hacer una quedada para pedalear desde el centro al Matadero para ver las películas y otra de vuelta para ir a la fiesta”, cuenta Hector Muñoz, también implicado en el proyecto. En la fiesta habrá cervezas y más bicicletas. Concretamente, una competición de goldsprint cuyos ganadores se llevarán mochilas de Freitag o ropa de Levi´s, dos de los patrocinadores que financian la cita. Estas carreras se realizan con dos bicicletas de piñón fijo ancladas sobre un rodillo en las que los contendientes tienen que realizar un sprint de meta. Es decir, pedalear lo más rápido posible para recorrer poco menos de un kilómetro en una especie de bicicleta estática hipster.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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