El ruidoso sexo de los vecinos
Cesc Gay debuta en el teatro con ‘Els veïns de dalt’, una comedia ácida sobre las relaciones de pareja que se estrena hoy en el Teatro Romea
Cuando un par de años atrás una pareja de nuevos vecinos ocupó el piso de arriba del edificio en el que vive el cineasta Cesc Gay con su familia, empezaron a escuchar ruidos extraños seguidos de “una gran variedad de gemidos”. Estos sonidos se sucedían a cualquier hora y eran bien entendibles desde la vivienda de Gay, autor de filmes como Una pistola en cada mano o En la ciudad. Pero él, lejos de tomarse estos episodios como una molestia, decidió convertirlos en inspiración. La chispa que prendieron los jadeos en su imaginación dio paso a un texto, que con el tiempo se convirtió en una obra de teatro. El resultado es una comedia con tintes ácidos llamada Els veïns de dalt, que se estrena hoy en el Teatre Romea.
La obra supone la primera incursión de Gay en el teatro y narra las aventuras, desde las placenteras hasta las más infernales, que implica vivir en pareja. Gay también dirige el montaje. “Me daba mucho miedo dar el salto al teatro y por eso he tardado tantos años. Vi que este texto por el tono tenía muy poco de mi cine. Nunca había hecho nada tan radical. Así que le di forma y lo dejé leer a la actriz Àgata Roca”, dijo ayer el director. “Al fin me desvirgo”, relató Gay en tono jocoso en alusión a los quejidos sexuales que dieron paso a la escritura de la obra.
Els veïns de dalt está protagonizada, además de por Roca, por Pere Arquillué, Jordi Rico y Nora Navas (para quien es su primera comedia teatral). Los actores trasladan al escenario el devenir de dos parejas que se encuentran en puntos bien diferentes dentro sus respectivas relaciones, y cuya cotidianidad traspasa las finas capas de cemento que separan sus viviendas. “Me sorprendió el ritmo trepidante y lo clara que estaba la partitura”, relató Roca.
La obra, que se representará hasta el 17 de mayo, arranca la noche en la que los cuatro quedan para cenar en el domicilio de abajo. Pese a la cita, el momento no es el más oportuno para una de las uniones. La relación de Anna y Juli no pasa por su mejor época hasta el punto de que no pueden evitar hacerse reproches ante sus invitados. “Siempre me han fascinado los extremos brutales a los que pueden llegar a pelearse las parejas en público”, explicó Gay.
Para Juli y Anna, la cena es una obligación y deben improvisar buena cara cuando lo que en realidad querrían sería tirarse los trastos a la cabeza. Laura y Salva, en cambio, en la obra viven en el piso de arriba y son encantadores. Ayudaron a sus vecinos con unas obras, aunque se esté cayendo el mundo siempre saludan y se toman el sexo como un placer desinhibido.
Durante el encuentro, Juli quiere reprocharles los recitales amorosos salidos de tono, pero Anna prefiere obviar el tema. Cuando están a punto de afrontar el problema, se produce una sorpresa: Son los mismos implicados los que se avanzan porque, según desvelan, resulta que en el piso de Salva y Laura todas las parejas son intercambiables. “El humor es fresco y nace mucho desde la perplejidad. Los personajes son entrañables. Tenía muchas ganas de hacer una comedia y Cesc se ha sabido adaptar a esta cosa familiar e íntima que es el teatro”, agregó Arquillué. La obra transcurre a tiempo real, y este “ha sido uno de los retos” del montaje, detalló Gay, quien avanzó que los hombres son los que salen más mal parados en Els veïns de dalt.
El cineasta relató que durante unos meses mintió diciendo que tenía la obra escrita para comprobar la reacción de sus interlocutores al escuchar el argumento de su proyecto. “Me la fui inventando conforme la explicaba. Vi que a la gente le hacía gracia y fue una manera de forzarme a escribir. Con el cine también lo hago. A veces digo que estoy escribiendo y es mentira. Soy muy lento”, indicó Gay, a quien le ha sorprendido las diferentes maneras de trabajar entre las dos disciplinas. “El teatro es plano general y no primer plano”, ejemplificó el director de cine. Gay ya avanzó que no será su última incursión en el género. Si Els veïns de dalt “sale bien y no hacemos el ridículo, seguiré”, declaró Gay.
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