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Faro de la edición catalana

El mayor proyecto de Joaquim Molas fue el ‘Diccionari de la Literatura Catalana’ que empezó en 1965

No siempre un historiador o crítico tiene en vida el reconocimiento que su trabajo justifica o merece. Los honores cívicos, institucionales y académicos que Joaquim Molas recibió en vida quedan bien recogidos en sus datos biográficos. Y además, en vida del autor se publicaron artículos, estudios y semblanzas en revistas o libros que nos describen y analizan su obra como historiador y crítico. Entre los libros, Enric Bou y Ramon Pla coordinaron unas jornadas en la UB que se convirtieron en Creació y crítica en la Literatura Catalana (1993), con varios artículos sobre Molas. La Universitat de Lleida ‒de la que Molas fue nombrado doctor honoris causa (2006)‒ publicó Lectures al quadrat (1995), con un importante trabajo sobre Molas ‒además de Castellet, Triadú y Fuster‒. Los 65 años del autor se celebraron con un A Joaquim Molas (1996), que recoge la más amplia información y estudio sobre su obra. Y con motivo de su jubilación académica, la Universitat de Barcelona publicó en la colección Homenatges dos extensos volúmenes que son una amplia miscelánea a él dedicada con el título Professor Joaquim Molas. Memòria, escriptura, història (2003). Quien vaya al segundo volumen de esta miscelánea encontrará en el texto final una extensa “Bibliografia de Joaquim Molas” al cuidado de Maria Capdevila (páginas 1.207-1.243). Una bibliografía que, lógicamente, sólo puede llegar hasta el año de publicación del libro y que, por este motivo, se cierra en 2002. Así, importantes libros posteriores como Sobre la construcció de la literatura catalana (2010) o Llegir Verdaguer (2014), síntesis y explicación de tantas cosas, no pueden tener cabida en ella.

Seguir la bibliografía de Molas, que arranca en 1955, con un artículo sobre la poesía de Ramon Llull y el amor cortés, es seguir y construir ‒como pasa en toda bibliografía‒ un itinerario intelectual. Itinerario marcado por los intereses propios, pero también por unos condicionantes temporales y sociohistóricos que marcan la bibliografía del personaje. En una circunstancia normal, en un país con una estructura cultural formada, Molas habría sido, seguramente y solamente, un académico. Al menos así lo ha explicado él. Pero la generación de Molas surgió en un desierto, sin ningún oasis, casi todo arrasado y allanado. Así, el tiempo nos sitúa a todos en la historia y la historia marca y determina ­‒¡ojo!, si queremos‒ nuestra actitud. Quién recorra atentamente esta bibliografía verá las diferentes y variadas respuestas que dio él: unos inicios como medievalista, un crítico comprometido con la literatura de su tiempo, un académico que abre espacios y caminos de reflexión nueva, que reelabora el discurso de la poesía del XIX, que reinterpreta a Verdaguer, que construye el discurso de las vanguardias y construye un cuerpo literario hasta entonces inexistente entre el Modernisme y el Noucentisme, una relectura y dignificación de la cultura popular y de las clases trabajadoras, una reinvención de Salvat-Papasseit y una defensa de la nueva literatura, la literatura comprometida del realismo de los sesenta. También, claro está, Riba, Foix, Espriu, Pere Quart, Rodoreda y los más jóvenes: Porcel, Benet i Jornet, Montserrat Roig o Pere Gimferrer, entre otras aportaciones.

Pero quien analice esta bibliografía con más detenimiento encontrará hallará la tarea de un editor, de un director de colecciones que, como colaborador eficiente de Edicions 62, proyectó, junto a Josep M. Castellet, la ordenación y modernización de los referentes históricos de la literatura y cultura contemporánea, y construyó un discurso y una interpretación de la historia de la literatura catalana. Una primera colección que intentaba recuperar y construir un fondo de referencia casi inexistente fue “Antologia Catalana”. Se editaron cien títulos entre los años 1965 y 1984. Molas la dirigió hasta 1972 y la codirigió con Jordi Castellanos hasta el final. Además de los títulos recuperados de base histórica pero también títulos muy militantes del presente, como Poesia, realisme, història (1965) de Josep M. Castellet, la colección, hoy, cuenta con un aval añadido, porque las introducciones y los estudios que precedían cada título fueron una escuela de formación para toda una generación de historiadores y críticos, la mayoría alumnos de Molas, que renovarían la historiografía catalana. Llegados al número 100, la sustituyó y continuó la colección L’Alzina, la sustituyó y fue la continuación. De 1984 a 1992 publicó 28 títulos.

Un proyecto anterior presentado por Molas, en su momento inviable, fue posible cuando la enseñanza del catalán se oficializaba y entraba a las escuelas, y se precisaba de un material para una nueva enseñanza de la literatura. Así surgieron "Les Millors Obres de la Literatura Catalana" (MOLC), que publicó 100 títulos entre 1978 y 1983 y que tuvo una ampliación con 25 títulos más entre 1994 y 1996. Su hermana MOLU, "Les Millors Obres de la Literatura Universal", con asesoramiento de Castellet y Gimferrer, publicó 50 títulos entre 1981 y 1986. Esta colección llegaba hasta el siglo XIX, y cuando se cerró surgió “MOLU/Segle XX”, que desde 1986 ofrece lo mejor de la literatura de este siglo en catalán.

Pero el mayor proyecto editorial de Joaquim Molas fue el Diccionari de la Literatura Catalana, que empezó a dirigir en un año crucial para los estudios literarios de entonces, en 1965, y dirigió hasta 1971 (el proyecto fue continuado por Massot desde 1977 hasta la publicación en 1979). Hoy aún maravilla ver cómo, en aquellos momentos, con los límites que había, pudo construirse un diccionario como este, plenamente vigente en la mayoría de entradas hoy en día. En cuanto a la Història de Ariel, Molas no pudo reordenar un discurso histórico ‒sobre todo sobre la Decadència‒ que le venía dado por los libros de Riquer y Comas, pero estableció, con los autores de cada capítulo, las bases de interpretación de la literatura catalana hasta los años ochenta, cuando fueron publicados, entre 1986 y 1988, los cinco volúmenes del siglo XIX y XX.

Àlex Broch es crítico literario, ensayista y editor.

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