Inga Copeland, sonambulismo pop
La mitad femenina de Hype Williams visita este domingo el Espacio Fundación Telefónica
Desde su aparición junto a Dean Blunt en el proyecto de pop narcótico Hype Williams la presencia de la estonia Inga Copeland, quien visita este domingo el Espacio Fundación Telefónica, ha sido una constante dentro de los círculos más restringidos de la electrónica contemporánea. La música del duo, llena de samples ralentizados y voces sedosas, fue un perfecto bálsamo en aquellos años de constante cambio e incertidumbre. Pop retrofuturista que trabajaba sobre las bases de un pasado decrepito y fantasmagórico.
En todo caso, el músico ingles definía para la revista The Wire su trabajo al frente de Hype Williams como simplemente pop. “Estoy haciendo pop en mi cabeza, tal vez no salga muy bien, porque no tengo el equipo adecuado, o no soy un músico profesional, pero eso es lo que estoy haciendo” aclaraba al mensual británico. Copeland enredaba aun mas la cosa comentando en una entrevista reciente que su conocimiento musical era eminentemente autodidacta. “No se demasiado sobre música, aparte de lo que oigo a mi alrededor” confesaba la artista de origen ruso. Sin embargo lo que ofrecieron al mundo entre 2010 y 2012 no resulto nada convencional. Unas producciones humeantes y triposas que deformaban géneros tan característicos como el hip hop, el folk o el ambient, pero que también se nutrían, confesión de Blunt, de la oscuridad del jungle y el hardcore ingles.
Black Is Beautiful, firmado bajo sus nombres en solitario, Dean Blunt e Inga Copeland, seria la cumbre y el punto y final del dúo. Pop de melodías borrosas, sensible a tendencias como la hauntología o la hipnagogia, corrientes que a su manera parodiaban la visión mercantilista y naif de cierta estética generalizada durante los ochenta.
Tras la disolución de Hype Williams, Dean Blunt desarrollara su etapa en solitario, acrecentando la figura de personaje inclasificable y desconcertante. La mutación como melancólico crooner en The Redeemer y Black Metal ha supuesto una evolución lógica dentro de su particular universo. El productor, sofisticado y romántico, sabe que es ahora cuando mas daño puede hacer ese magnetismo vaporoso del que hace gala.
Copeland, por el contrario, no ha explotado todo lo que debiera su lánguida atracción. Estos últimos años su producción se ha visto limitada a una magnifica mixtape, Higher Powers, tres singles, alguna colaboración con gente como The Bug o Martyn y un largo donde juega a ser la Nico de este siglo. En Because I’m Worth It aparecen sus característicos recitados sepultados bajo una densa capa de percusiones y texturas. Una voz que, como la de la cantante de la Velvet, no esta desprovista de afecto y sinceridad.
Hace un par de semanas se la pudo ver presentando el disco en Barcelona. Una propuesta desnuda e hipnótica, que mostraba el aire malsano e insalubre que se respiraba en el disco. Para el ciclo We are not pink we are digital, la ex-Hype Williams estara acompañada por el ilustrador Daniel Mitchell. Oportunidad única para poder apreciar en que momento se encuentra el esquivo pop de una de las artistas que están llamadas a marcar el futuro musical de estos próximos años.
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