El PSC propone desgravar el consumo cultural a través del IRPF
Los socialistas recuerdan que la Generalitat tiene transferido parte del impuesto
No hace falta esperar a que el Gobierno central apruebe una ley de mecenazgo — que se ha quedado en el cajón después de cuatro años de promesas—, tampoco a que una Cataluña independiente pueda aprobar su propia ley de mecenazgo —que es la visión que tiene el consejero de Cultura del gobierno catalán, Ferran Mascarell—, se puede incentivar las desgravaciones para las inversiones y el consumo cultural dentro de las competencias que ya tiene la Generalitat. ¿Cómo? Los socialistas defienden en el documento Un compromís amb la Cultura. Bases per a la política cultural del PSC que eso es posible a través de los impuestos que han sido cedidos a la Generalitat, como la parte del IRPF ya transferida. “Se han hecho estudios técnicos y jurídicos que avalan que es posible aplicar desgravaciones a las aportaciones e inversiones que se hagan en los diferentes sectores culturales”, sostiene Joan Francesc Marco, secretario de cultura del PSC y promotor del documento que recoge algo parecido a una hoja de ruta con las prioridades que ve esa formación. Un PSC que “ha estado en hibernación” en los últimos años en los que ha dejado de ser “el referente más sólido en la reflexión de la cultura y las políticas culturales de Cataluña”, según destaca la presentación del documento. Un declive que Marco achaca a que el PSC en los últimos años ha estado más pendiente de sus problemas internos que de otra cosa, especialmente de la gente y de la cultura.
Los socialistas se
Borrón y cuenta nueva. Es lo que pretenden ahora los socialistas que, de paso, cargan contra la política cultural del gobierno nacionalista, de CiU, en general, y, en particular, con las directrices que ha impulsado Mascarell, al frente del departamento de Cultura. “Destinar solo un 0,7% del presupuesto de la Generalitat es la prueba de la poca importancia que le dan al sector y a todo lo que puede llegar a generar”, explica Marco que recuerda que en otros países del entorno europeo la cultura genera entre un 6% y un 7% del empleo.
Los socialistas se comprometen pasar del 0,7% actual al 2% del total de los presupuestos. También critican el reduccionismo que supone limitar la cultura a la lengua, algo que entienden que ha hecho el gobierno de CiU, lejos de situar a la cultura en el eje central de su gobernanza. Y consideran primordial la corresponsabilidad de los municipios a quienes pedirían un esfuerzo mínimo del 5% de sus presupuestos. Algunas de las propuestas que lanzan se encardinan en el ámbito de la educación, como incluir la educación artística en la enseñanza obligatoria.
Y una de las que más destaca es la reforma del Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA) para que tenga más influencia, más competencias, especialmente en el liderazgo de las instituciones culturales catalanas. “Bajo la etapa de Mascarell se ha desnaturalizad el cometido del CoNCA que ahora realiza informes y auditorías que pueden estar muy bien pero entendemos que no debe ser ese su cometido”, apunta Marco.
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