Los directores de ‘Ciutat morta’ dejan a Trias con el galardón en la mano
Los autores se quedan con los 7.000 euros del premio y anuncian que los destinarán a investigar presuntos casos de abusos policiales
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, se ha quedado con la “B” del premio Ciutat de Barcelona en la mano cuando iba a entregársela a Xavier Artigas y Xapo Ortega, codirectores del documental Ciutat morta, premiado por el jurado de los premios que cada año otorga la ciudad en la categoría de mejor audiovisual. Los responsables de la cinta, que cuestiona la condena de cinco personas por los hechos del 4 de febrero de 2006 y en los que sufrió graves lesiones un guardia urbano, entraron en el Ayuntamiento con el tiempo más que justo para el acto después de mantener en el aire a lo largo de todo el día si asistirían o no.
En el mensaje, grabado por vídeo previamente, los coautores de Ciutat morta agradecieron a los miembros del jurado “por haber reconocido un trabajo incómodo para el poder. Es una decisión valiente y no cómoda”. Los autores del documental afirmaban en el vídeo que con el premio “el ayuntamiento quiere lavarse la cara porque siguen personándose como acusación particular en casos recientes, como el proceso de Can Vies o el del Forat de la Vergonya”. El mensaje grabado acababa así: “aceptamos el premio del señor alcalde y el dinero será para lo que deberían hacer ustedes, investigar los abusos policiales”. En ese momento, los dos fueron llamados en el Saló de Cent para recoger el premio –una B de Barcelona tallada en madera- de mano del alcalde, al que no le estrecharon la mano y le dejaron con la “B” en la otra, mientras abandonaban la sala inmediatamente, saludados con los gritos y aplausos de algunos miembros de su equipo y amigos que asistieron como invitados. El alcalde ha encajado el desaire aunque con cara de circunstancias y ha entregado la B a un miembro de protocolo.
Vídeo de BTV
La asistencia o no de los coautores del documental y la misma aceptación, o no, del premio estaba en el aire desde la semana pasada, cuando el Ayuntamiento hizo públicos los galardones y tanto Ortega como Artigas no ahorraron críticas por la “hipocresía” del consistorio al defender la actuación de la Guardia Urbana en todo momento y dar un premio a un documental que es toda una carga contra el cuerpo policial y algunos responsables políticos de la época en la que ocurrieron los hechos, de administración socialista, pero también de la actual. El premio a Ciutat morta fue concedido por mayoría del jurado presidido por Àlex Gorina como reconocimiento al ejercicio de la libertad de expresión a través de un cine de denuncia “indispensable en cualquier sociedad”. Y a esa misma libertad de expresión se refirió el alcalde al concluir el acto en el Saló de Cent : “Los premios Ciutat de Barcelona evidencian que el jurado es independiente y que, por encima de todo, está la libertad de expresión”.
El alcalde ha encajado el desaire con cara de circunstancias y ha entregado la B a un miembro de protocolo
Varios de los galardonados se refirieron en sus discursos grabados –una fórmula que se introdujo en los premios de 2012 para evitar que se prolongara demasiado la ceremonia pero que también evita algún que otro bochorno- al reconocimiento de los respectivos jurados. Lo hizo, por ejemplo, Ignacio Vidal Folch, premio de literatura en lengua castellana por Pronto Seremos Felices, una novela sobre el hundimiento de los países del Este a través de la vida de personas corrientes: “La novela parte de la admiración por el Este de Europa, por los viajantes de comercio, por una gente poco glamurosa y poco conocida que se dedicaban a buscar negocios en mercados difíciles. Y quiero agradecer al jurado por otorgarme un premio con el nombre de la ciudad a la que he dedicado varios libros. Y especialmente por la calidad del jurado que es excepcional”, ha comentado el escritor y colaborado de EL PAÍS.
Y otro reconocimiento especial a la independencia del jurado vino de la mano del escritor Toni Sala, premio Ciutat de Barcelona en literatura en lengua catalana por El cas Pujol. “Tengo que reconocer la independencia del jurado y la del propio Ayuntamiento porque se trata de un libro muy crítico con implicaciones políticas del que ha sido el principal personaje del partido de CiU –Jordi Pujol- la misma formación a la que pertenece el alcalde”. Sala añadió que escribió el libro como un reportaje: “como si estuviera en una trinchera, sobre todo durante los primeros días tras la sacudida por la confesión de Pujol pero no hice nada más que reflejar las reflexiones de sentido común de la gente”.
Los premios Ciutat de Barcelona reconocen la creatividad y la innovación en la investigación científica, las artes escénicas y visuales, la música, las letras, el diseño y la arquitectura y se instauraron en 1949. Otros de los galardonados en la edición de este año y que ayer recogieron la “B” fueron Albert Guinovart (música), Marcel·lí Antúnez (Artes Visuales), Circ Raluy (Circo), Sol Picó (Danza), Carles Martínez (teatro), L’Avenç (medios de comunicación), y Jaume Plensa, por su contribución a la proyección internacional de la ciudad, entre otros de los premiados.
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