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La gamba de Palamós recupera su talla

Los propios pescadores impulsaron restricciones tras detectar, en 2005, una disminución en el peso de este crustáceo

Gamba de Palamós.
Gamba de Palamós.

La gamba rosada (Aristeus antennatus), la captura estrella de las barcas de arrastre de Palamós, recupera su talla. Después de años con presencia de mucha gamba pequeña y mal pagada, el esfuerzo de los pescadores de este puerto recoge sus frutos. El Plan de gestión pionero basado en criterios biológicos, económicos y ambientales que aplican oficialmente desde hace dos años y en la práctica desde hace seis, está dando resultado.

En 2014 faenaron seis embarcaciones menos y las capturas descendieron un 30%, sin embargo la facturación se cerró con 3,1 millones de euros, prácticamente igual que el año anterior. Ha aumentado la talla de las capturas y con ella los ingresos. La flota que se dedica a la gamba en Palamós será la única que amarrará sus barcas durante dos meses. En el año 2005 los pescadores de este puerto de la Costa Brava detectaron una caída de las capturas y una disminución de la talla de las gambas, lo que menguaba notablemente sus ingresos. Sospechando de una posible sobreexplotación de la pesca de este crustáceo, los propios pescadores consensuaron impulsar una serie de medidas para revertir esta situación. Aunque empezaron a ponerlas en práctica en 2008, no fue oficialmente hasta hace dos años cuando la pesquera de Gamba de Palamós se empezó a gestionar mediante un Plan de Gestión específico establecido por el texto legislativo Orden AAA/923/2013, de 16 de mayo por la que se regula la pesca de gamba rosada con arte de fondo en determinadas zonas marítimas próximas a Palamós.

Esta pesquera, pionera en la cogestión pesquera de arrastre del Mediterráneo, tiene una vigencia de 5 años (2013-2018), se aplica sobre los 17 barcos dedicados a la gamba con puerto base en esta localidad del Baix Empordà y regula la actividad en 7 caladeros. Su regulación tiene dos objetivos fundamentales, por una parte ajustar el esfuerzo pesquero de la flota al recurso de gamba y por otra minimizar el impacto ambiental sobre el fondo marino. Para conseguir cada uno de estos objetivos se marcaron unas medidas concretas, entre ellas la reducción del tiempo permitido de pesca de 12 a 11 horas, la veda de 2 meses al año, la progresiva reducción de la capacidad pesquera de la flota en un 20% al finalizar el Plan – que ya se ha superado con creces- y la limitación de la actividad pesquera en los caladeros susceptibles de tener una mayor sobreexplotación y presencia de crustáceos juveniles.

Para reducir el impacto sobre el sustrato marino, han sido más selectivos en la red para evitar coger gamba pequeña y además están probando diferentes tipos de puertas para las embarcaciones de arrastre para “dejar de arar” el fondo. Con un menor impacto ambiental y un mayor ahorro energético. El 70% de la flota de Palamós es de arrastre.

Las medidas introducidas en la pesca de esta especie aportan un doble beneficio. Por un lado permiten dejar en el mar los ejemplares pequeños y asegurar capturas para el futuro, y por otro facilitan la pesca de los de talla mediana o grande, que son los incluidos en la marca Gamba de Palamós, los más bien valorados y pagados. El presidente de la cofradía Francesc Benaiges, asegura que capturar gambitas genera “un doble perjuicio para los pescadores”. Por un lado las gambas más pequeñas son también más baratas, cosa que se traduce en menos beneficios para el pescador y por otra, “capturarlas perjudica el futuro de la pesca porqué los ejemplares de esta medida todavía no se reproducen y pueden poner en peligro la supervivencia de esta especie”, indica.

La cofradía de Palamós ingresó en 2014 unos 9,5 millones de euros por la subasta de pescado y marisco en la lonja, 1,2 millones de euros más que el año anterior. De estos, 3,1 correspondieron a las capturas de este preciado crustáceo, que representa de media anualmente entre un 30 y un 50% del total de la facturación. A pesar de haberse desguazado 6 barcos y de haber disminuido las capturas de 141 toneladas en 2013 a 98 en 2014, los ingresos han sido prácticamente los mismos en los últimos dos años.

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Para Benaiges está claro, los ingresos han conseguido mantenerse gracias al aumento de la talla de la gamba capturada. “Afortunadamente, cada vez pescamos menos gambita y si más mediana, grande y extra, que tiene mucho más valor”, asegura. En 2014 la pesca de gambita se redujo respecto al año anterior en 33 toneladas y se aumentó en 4 toneladas la grande y en 2 la extra.

Los arrastreros del resto de puertos gerundenses que también pescan gamba sólo harán un mes de veda, y con dificultades, ya que la parada biológica de 2013 la cobraron a finales del año pasado y todavía se les deben las ayudas de 2014. Roses, Llançà y el Port de la Selva pararán del 6 de febrero al 8 de marzo y Blanes del 18 de febrero al 20 de marzo. Aunque en el Port de la Selva las gambas representan de forma destacable un 70% del total de capturas, el presidente de la cofradía, Manel Perelló mantiene que cada puerto es diferente, “tenemos diferente mar”. “En el Cap de Creus tenemos una veda natural, el mal tiempo hace que unos 30 días al año no podamos salir a pescar”, asegura.

En la actualidad en la Costa Brava quedan unos 80 barcos de arrastre que dan trabajo a unos 450 marineros. En los últimos 10 años la crisis que afecta a este sector, que ha sufrido de forma directa el elevado precio del petróleo, ha llevado al desguace a unos 25 barcos.

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