Dos museos desde las ventanas

 ¿A qué no te acuerdas de cuántos países has visitado y qué museos has visto en ellos? Dos visitantes que ayer estrenaban el Museo de las Culturas del Mundo de Barcelona (MCMB), en los flamantes palacios Llió y del Nadal de la calle de Montcada, hablaban de sus recuerdos de viajes en una de las animadísimas salas en el día de apertura del nuevo museo municipal y día de puertas abiertas de muchos otros centros culturales por la festividad de Santa Eulàlia, copatrona de Barcelona. Un vistazo a las culturas de África, Oceanía, Asia y América por las tres plantas del museo que reúne 529 piezas y una exposición que se podrá ver gratis hasta el 7 de abril.

El gran globo terraqueo situado en la entrada del Museo de las Culturas del Mundo ejercía de extraño imán a los numerosos niños que ayer, con sus familias, lo estrenaban. Sobre el globo se trazan recorridos y van apareciendo algunos de los objetos destacados de las culturas que muestra la exposición. Está en uno de los primeros espacios de la planta baja y da una idea de qué se va a poder ver en el interior. Ya en las salas, las preguntas caían una detrás de otra: “¿Por qué no llevan ropa? ¿para qué usaban los escudos?¿se enterraban con ellos? ¿Es un cocodrilo de verdad?” La espectacularidad de algunas de las piezas que se exhiben en el Museo dio pie a un interrogatorio en toda regla de los chavales a sus padres. Especialmente en la sala de las máscaras, muchas de ellas del Congo en unos vistosos colores sobre madera policromada, y en otra, que inicia el recorrido del primer piso, que exhibe unas impactantes proas de canoas de Guinea. Mucho público autóctono y menos turistas en el primer día de vida del museo.

El nuevo centro es, en cierta forma, la agrupación de varias colecciones. Una parte muy importante de las piezas que exhibe proceden del Museo de Etnología —cerrado desde hace meses—, otras de colecciones particulares de gran valor, como la de la Fundación Folch —con obras del arte creado en África, Asia, América y Oceanía—; piezas de la Fundación Arqueológica Clos —la mayor parte de culturas precolombinas— y otros objetos de arte de la colección arqueológica Duran Vall-llosera, del museo de Arqueología y Antropología de Cambridge —prestadas hasta el 2018— y otras piezas de coleccionistas particulares.

El Museo de las Culturas refuerza el eje cultural de la calle de Montcada y se enfrenta, literalmente, al Picasso. La cercanía de las fachadas de ambos palacios en la estrecha calle hace posible un intercambio de miradas desde las ventanas. De manera que desde la sala de las piezas de la India se puede ver algunos platos de una de las exposiciones del Picasso. Y cabe suponer que desde las ventanas de aquél se atisbe algún Buda que reposa en una de las salas del Museo de las Culturas con un precioso techo artesanado que ya es, por si mismo, una obra de arte.

Y una cosa que se agradece en la disposición del nuevo centro es que se pueda salir sin tener que atravesar, forzosamente, el espacio de la tienda, una maniobra que es imposible evitar cada vez con más frecuencia.