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Una biblioteca vacía de 12 millones

Leganés estaba a punto de inaugurarla cuando la constructora quebró El edificio de 8.000 metros cuadrados se deteriora desde hace cuatro años

Elisa Silió
La Biblioteca Central de Leganés, abandonada desde hace cuatro años.
La Biblioteca Central de Leganés, abandonada desde hace cuatro años. Carlos Rosillo

La Biblioteca Central de Leganés estaba destinada a ser la de mayor tamaño del sur de Madrid con sus imponentes 8.000 metros cuadrados edificados, su archivo histórico municipal y un espacio para la filmoteca del productor local Andrés Vicente Gómez. Pero hoy, lejos de ser un motivo de orgullo y disfrute del barrio de Leganés Norte, es una mole moribunda dejada a su suerte desde hace cuatro años.

El Ayuntamiento de Leganés (188.000 habitantes) asegura que en pocas semanas saldrá el concurso para contratar a una nueva constructora, tras quebrar la anterior. Su presupuesto era de 12 millones de euros y cuando se inaugure rondará los 14,5.

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Cuando la constructora Imaga entró en suspensión de pagos en febrero de 2011 —ganó la subasta por seis millones menos que lo presupuestado por Leganés—, faltaba apenas un 12,96% del edificio por rematar, según cálculos de la dirección de obra. “Eso es lo que pasa cuando se hace una oferta temeraria. Se han hecho muchas locuras”, opina Desiderio Díaz, director general de Obras y Mantenimiento del Ayuntamiento de Leganés.

La mitad de la trasera del edificio de hormigón —separado en dos por un vestíbulo de cristal— está recubierto de placas metálicas negras y el resto, a la espera de cobertura en su parte de atrás. La fachada principal, con pinceladas de colores, simula ser los estantes de una estantería. Mientras que la zona verde que circunda la biblioteca está tomada por las malas hierbas y un vallado metálico —con los carteles aún de la extinta Imaga— trata de impedir la entrada al recinto. Antes ni eso, la puerta corredera de cristal se abría con facilidad. La dirección facultativa alertó entonces del “riesgo que se produce en la falta de control en el acceso de personas, especialmente niños jugando inconscientes del riesgo”. Se terminó cerrando.

Hoy hay alambrada, pero ni rastro de custodia de la biblioteca. Un informe del servicio de Mantenimiento del Ayuntamiento calculaba hace un año en 900.0000 euros las pérdidas por robos. En distintos momentos los ladrones se han ido llevando el cableado de la iluminación y hasta el aire acondicionado. “Al principio había quien la custodiaba, luego lo dejaron y robaron. Hace un año volvieron a poner policía por el día y la noche, pero ahora, desde hace meses, vuelve a no haber nadie”, cuenta Julián, un prejubilado ansioso por disfrutar de la biblioteca.

Nueve años de caos

En 2006el Ayuntamiento de Leganés convoca un concurso de ideas.

En 2007 Imaga se queda en la subasta con la construcción por 10 millones, seis menos de lo presupuestado.

Se pone la primera piedra en 2008.

El presupuesto se amplía en dos millones al incluirse una filmoteca en 2010.

En 2011 Imaga quiebra. Se deniega una ampliación del plazo de finalización.

En 2012 el Ayuntamiento suspende el contrato y el Consejo Consultivo resuelve que Leganés puede abrir expediente con otra empresa.

Una comisión da el visto bueno en 2014 a una partida de 2,5 millones para terminar la obra.

Tras la quiebra de la constructora, en 2011, el Consistorio intentó convencer a Imaga de que cediese el contrato “para evitar daños que serán de difícil recuperación y que, sin duda, representan un altísimo costo de reposición”, según el escrito municipal. No hubo acuerdo y el verano fue demoledor. “Se han producido fogatas en el interior, con nuevas roturas de cristales y daños materiales en instalaciones y mueble”, se afirmó en un informe.

Tras meses de rifirrafes con Imaga, el Consejo Consultivo de Madrid resolvió en junio de 2012 que Leganés podía contratar a otra constructora. Pero para entonces la alcaldía no era socialista —el PSOE proyectó la biblioteca en 2006 y gobernó hasta las elecciones municipales de 2011— sino del Partido Popular, que gobierna en minoría. Desde entonces unos y otros se han pasado la patata caliente y acusan al otro de no querer concluir las obras. El PP metió la biblioteca en un paquete de inversiones de 22 millones y la oposición lo bloqueó. El PSOE aseguró que había llegado a habilitar una partida de 1,5 millones para concluir las obras, pero el director general de Obras asegura que no era un extra, sino parte del dinero no pagado a Imaga.

Díaz detalla sus planes: “Parece que el Partido Popular no ha querido terminar la biblioteca y no es así. La oposición hasta última hora no ha querido sacarlo adelante. Se creó una comisión de trabajo todos los partidos y al pleno de febrero queremos llevar el pliego de condiciones del nuevo contrato para que una constructora termine la obra”. Para ese fin se van a destinar los cuatro millones que se han dejado de pagar a Imaga por incumplimiento del contrato y otros 2,5 millones que ha habido que sacar de otros remanentes municipales.

“Como necesitan seis meses para terminar la biblioteca, y ya no da tiempo a inaugurarla para las elecciones, pues han pasado de gastarse el dinero”, maldice Julián. La Biblioteca Central de Leganés, al menos, tendrá que seguir unos meses cerrada. Los libros no llegaron a comprarse y parte del mobiliario se lo llevaron las contratas.

Hace nueve años se habló de ponerle el nombre de un literato, pero ha llovido mucho desde entonces.

“Lo único que ofrecen es bares”

La biblioteca se enclava en Leganés Norte, un barrio que se levantó en 1996.  Para su pesar, este entró en la historia cuando cinco terroristas del 11-M se inmolaron en uno de sus pisos. “Lo primero que tuvimos es la iglesia, luego el ambulatorio y el colegio y ahí se ha parado todo”, se lamenta Julián, un prejubilado del barrio.

“De las 4.000 viviendas, 800 son de integración del Instituto de la Vivienda de Madrid” (IVIMA), que depende de la Comunidad de Madrid. “Son muchas, pero yo veo bien que convivamos”, explica el vecino mientras señala los edificios de titularidad pública, varios de ellos justo enfrente a la biblioteca.

“Pero también necesitamos que nos arropen un poco. Tampoco han construido el centro de mayores. Lo único que ofrecen es ir a los bares”, se queja. Aunque reconoce que “por tradición” Leganés tiene una buena programación cultural. “Aquí hay buen teatro por siete u ocho euros todos los sábados”. El espacio para mayores iba a integrar el Centro Extremeño de Leganés. No ha pasado de levantarse el esqueleto de hormigón,

El Ayuntamiento de Leganés arrastra no solo el lastre de una biblioteca de presupuesto millonario (va por 14,5 millones y aún no ha sido inaugurada), sino una plaza de toros —conocida como La Cubierta—que es una ruina económica.

El pasado verano se acordó que el foso —con capacidad para 12.000 personas y que se presentaba como la primera de Madrid con techo plegable— regresará a manos municipales transcurridos solo 18 años de los 75 por los que se concedió su explotación.

La operación le va a costar a la localidad unos 10 millones de euros.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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